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¿Para qué sirve un colegio profesional?

Economistas Sin Fronteras

Juan A. Gimeno —

La imagen social de los economistas se ha ido deteriorando vertiginosamente en los últimos años. Para buena parte de la opinión pública, la profesión de economista parece unida a ideas como corrupción, incompetencia o insensibilidad social. Pero la mayoría de los economistas no somos insolidarios, ni corruptos ni incompetentes.

Somos muchos los economistas que no podemos comprender que el Colegio de Economistas de Madrid haya guardado silencio ante ese deterioro. Y, lo que es peor, incluso parece haber contribuido a agravarlo.

Por otro lado, en los últimos años, por causa de la crisis pero también de las políticas económicas que con el pretexto de solucionarla se han arbitrado, la mayor parte de la población ha sufrido graves pérdidas de bienestar y padece el progresivo deterioro de los servicios públicos. La pobreza y la desigualdad crecen a ritmos vertiginosos y casi uno de cada tres niños en España está en situación de pobreza y riesgo de exclusión social.

Somos muchos los economistas que no podemos comprender que el Colegio de Economistas de Madrid haya guardado silencio ante esa evolución, como si fuera verdad que no nos importara nada el bienestar de la ciudadanía ni la miseria de tantas familias.

Como tampoco entendemos que la voz de los economistas, a través del Colegio que teóricamente nos representa, haya dejado de ser influyente. La prestigiosa revista, cuyos números eran siempre citados por los medios e influían en la opinión pública y en los círculos de decisión, ha pasado a ser un trámite anodino. Su publicación pasa totalmente desapercibida. Y resulta desasosegante la sensación de que buena parte de las opiniones están excluidas de sus páginas.

Visto el papel jugado por el Colegio de Economistas de Madrid, la pregunta que muchos se harán es, ¿para qué sirve un colegio profesional que no defiende nuestra imagen, que proyecta un estereotipo de insensibilidad y puro afán de lucro, que no hace oír la opinión de los economistas ante los problemas sociales, que parece vivir en un limbo donde las preocupaciones ciudadanas están ausentes?

Ante las elecciones convocadas para elegir la nueva junta de gobierno, muchos pensamos que otro Colegio es posible.

Por supuesto, un colegio profesional debe prestar servicio a los colegiados, apoyar su labor, facilitar su desarrollo profesional y la inserción laboral, proveer de formación e información, conseguir ventajas y economías de escala, facilitar la modernización tecnológica y el progreso permanente. Pero no basta con eso.

Queremos un Colegio que recupere el prestigio de los economistas, que impulse estrictos códigos éticos profesionales y que sea un referente social ejemplar. Queremos un Colegio que se haga oír ante los problemas sociales, ante las decisiones de política económica, ante los debates sobre el nuevo modelo productivo o los planes de estudio y formación permanente sobre Economía. Queremos un Colegio abierto y plural donde todas las perspectivas tengan oportunidad de expresarse y donde se acoja y potencie a las asociaciones y organizaciones de economistas que canalizan el trabajo y las ideas de grupos de economistas.

Por ello, en Economistas sin Fronteras damos un paso adelante para contribuir a que nuestra sociedad perciba al economista como un profesional comprometido y solidario, para intentar ese otro Colegio posible en el que creemos. Algunos miembros de la Junta Directiva nos hemos integrado en la candidatura Economistas por el Progreso, que encabeza Juan Ignacio Bartolomé, que ya fue decano ejemplar hace años. La única candidatura que supone un cambio respecto a la línea que ha dominado en los últimos años.

Está claro que los actuales responsables del Colegio desean una escasa movilización, de forma que con unos pocos votos cautivos puedan renovar su gobierno. La baja participación tradicional en las elecciones anteriores facilitaría la victoria con una representación ínfima del colegio electoral. Por ello se han convocado las elecciones prácticamente en Semana Santa y con escasísimos plazos hábiles para la presentación de candidaturas y el debate electoral. Por ello se relega la información oficial en la web del Colegio, que aparece en letra minúscula y bajo el epígrafe de “ventanilla única” (¿?).

Los colegiados deben ir masivamente a votar para defender otra imagen de la profesión, para posibilitar un Colegio Profesional del que nos sintamos orgullosos. Puede votarse anticipadamente, por correo o presencialmente en la sede, calle Flora 1, hasta el día 6 de mayo, fecha oficial de las elecciones. Otro Colegio es posible.

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