Piedras de papel es un blog en el que un grupo de sociólogos y politólogos tratamos de dar una visión rigurosa sobre las cuestiones de actualidad. Nuestras herramientas son el análisis de datos, los hechos contrastados y los argumentos abiertos a la crítica.
Desde el inicio de la campaña electoral, el PP utiliza el concepto de la moderación como uno de sus argumentos clave. Según Rajoy, el PP abandera “un proyecto de moderación, que es lo que necesita España”. Sobre lo que necesita España, que es mucho, no puedo discutir en esta columna. De lo que sí puedo hablar, sin embargo, es si el PP ha conseguido transmitir una imagen de moderación.
Empecemos por definir el concepto, así todos sabemos de qué hablamos. Según la Real Academia Española (RAE), moderación tiene dos acepciones. La primera “Acción y efecto de moderar.”; la segunda, “Cordura, sensatez, templanza en las palabras o acciones.” Siguiendo la RAE, moderar es “Templar, ajustar o arreglar algo, evitando el exceso”. Evitar el exceso, los extremos.
Una vez definida moderación, podemos entender que un partido moderado, sería aquel que no tiene o está en posiciones extremas. La pregunta que sigue es averiguar como sabemos si alguien esta o tiene posiciones extremas. Normalmente lo hacemos por comparación: X es más extremo que B, pero menos que Z. Piensen en una recta imaginaria en la que podemos situar a los individuos o los partidos. Aquellos que colocamos en los extremos son menos moderados que aquellos que están en el centro. Desde la ciencia política o la economía, se lleva décadas utilizando esta recta, en la que ubicamos a los partidos según sus posiciones ideológicas. Se asume que los partidos progresistas se sitúan en la izquierda mientras que los partidos conservadores están en la derecha del gráfico. Lo mejor de todo esto es que el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) hace años empezó a preguntar dónde ubicaban a los partidos los españoles y donde se situaban ellos. Y pregunta cada tres meses.
El gráfico muestra la evolución de los partidos a ojos de los ciudadanos desde julio de 2012. He coloreado en negro, la posición de los individuos; en azul, el PP; en rojo, el PSOE; en verde, IU; en morado, Podemos; en naranja, Ciudadanos y en magenta, UPyD.
El gráfico muestra varias cosas. En primer lugar, la ideología de los españoles se ha mantenido muy estable; apenas ha variado en cuatro años con un promedio del 4.6. Segundo, la ubicación de los partidos también es muy estable, menos Ciudadanos, que se ha derechizado en más de un punto en un año, que no es poco. Tercero, la moderación discursiva de Podemos de los últimos tiempos, no ha venido acompañada de un cambio en la percepción de este partido. No parece que el pacto con IU vaya a moderarles. Cuarto, el partido más próximo a las preferencias ideológicas de los ciudadanos es el PSOE, pues es el que minimiza las distancias. En quinto y último lugar, y para el interés de la pregunta inicial de esta entrada, a la luz de los datos, el PP de Rajoy no es un partido moderado ni parece dirigido a estos. Más bien lo contrario. Además, no ha habido cambio apenas en la percepción en los últimos años.
Escribo esto el 22 de junio de 2016, días antes de las elecciones. Todas las encuestas parecen indicar que, precisamente, los partidos menos moderados, los más alejados ideológicamente del ciudadano medio, van a ganar las elecciones. Algunos dicen que las ideologías ya no cuentan y eso explicaría esta situación. Si es así, ¿por qué esta batalla por las etiquetas en las elecciones? ¿Por qué las discusiones por ver quién se dice más o menos socialdemócrata? Otros apuntan a que los partidos más moderados han tenido tanto éxito en sus políticas que ahora nos podemos permitir partidos más extremos.Esto plantea preguntas interesantes que seguiremos debatiendo.
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