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Casado dilata la designación de los portavoces parlamentarios del PP ante las discrepancias internas

Pablo Casado y Cayetana Álvarez de Toledo en un acto de campaña del partido.

Iñigo Aduriz

El Partido Popular mantiene su debate interno sobre si debe prevalecer el giro a la derecha iniciado por Pablo Casado desde su triunfo en las primarias o si, por el contrario, debe acercarse al centro como le exigen los principales barones. Esa decisión sobre el rumbo ideológico y la incertidumbre sobre la investidura están retrasando la elección de los portavoces de la formación conservadora en el Congreso y el Senado. Los nombramientos marcarán la estrategia y la línea política de la formación conservadora para los próximos cuatro años y su líder no quiere tomar la decisión a la ligera.

Una vez pasado el ciclo electoral, la dirección popular esperaba elegir a sus portavoces parlamentarios “antes del verano” en una reunión de la Junta Directiva Nacional, máximo órgano del partido entre congresos. Pero fuentes del equipo de Casado reconocen ahora que aún no hay fecha para ese encuentro, por lo que no esperan que la elección se produzca hasta que se aclare qué sucede con la investidura de Pedro Sánchez y se conformen los gobiernos autonómicos que dibujen el nuevo mapa del poder territorial. 

Para portavoz en el Congreso –puesto que actualmente ocupa “en funciones” José Antonio Bermúdez de Castro– Casado mantiene encima de la mesa el nombre de la polémica diputada popular por Barcelona, Cayetana Álvarez de Toledo, pese al rechazo interno que genera su posible nombramiento.

En contra de su elección se manifestaron abiertamente los dos barones con mayor peso institucional del partido, el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, y el de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, en la convulsa comida que mantuvieron al día siguiente de las elecciones del 26M los líderes autonómicos del PP con Casado, al que reprocharon que no reconociera que el partido obtuvo mejores resultados que el 28A por el intento de girar al centro que habían forzado estos mismos dirigentes y que dos días después de las generales llevó al líder del PP a llamar por primera vez “extrema derecha” a Vox.

García Egea o Gamarra

Ese pulso interno entre la dirección, que se reafirma ahora en su estrategia de llevar al partido a la derecha, y los barones, que abogan por la moderación, está ralentizando la toma de decisiones para la nueva legislatura. Casado espera ver fortalecida su posición logrando que fructifiquen los acuerdos de las tres derechas –PP, Ciudadanos y Vox– para gobernar territorios como la Comunidad de Madrid, Castilla y León o la Región de Murcia. 

Aunque la opción preferida del líder del PP para el Congreso sigue siendo Álvarez de Toledo –la dirección popular insiste en que nunca se ha descartado su nombramiento pese al batacazo del PP en Catalunya donde logró un único escaño en las generales–, dirigentes del partido reconocen que entre los nombres que se barajan para ese puesto también están los del secretario general, Teodoro García Egea, hombre de máxima confianza de Casado y que pilota las negociaciones postelectorales, o el de la vicesecretaria de Política Social, Cuca Gamarra.

El primero ahondaría en el perfil más duro de los populares, mientras la segunda garantizaría un discurso más moderado. La exalcaldesa de Logroño es, de hecho, la única dirigente de la cúpula del PP que en las primarias no apoyó a Casado e hizo campaña a favor de su rival interna, Soraya Sáenz de Santamaría. Su nombramiento como portavoz, apuntan dirigentes populares, ayudaría a la “integración” en el partido, a “calmar las aguas” con los barones díscolos y permitiría a la formación conservadora pugnar por el electorado más centrista con Ciudadanos. 

Para el Senado la dirección popular barajó el nombre del vicesecretario de Organización, Javier Maroto, pero éste no es senador y tendría que ser designado por parte de algún parlamento autonómico de acuerdo con la cuota que corresponde a cada comunidad. Se trata de un gesto permitido por la ley y que el PP podría realizar proponiendo al vasco como senador autonómico desde la Comunidad Valenciana, Castilla y León o Castilla-La Mancha.

El papel en la investidura

Otra opción encima de la mesa de los populares es la de nombrar protavoz en la Cámara Alta a Rafael Hernando, que ya ejerció como vocero en el Congreso en la pasada legislatura y que se caracteriza por su tono bronco y agresivo, que según dirigentes populares podría hacer frente a la abrumadora mayoría absoluta que ostenta el PSOE en el Senado. 

Además de las diferentes posturas sobre el rumbo que debe adoptar el partido, lo que se reflejará en la elección de sus portavoces para los próximos cuatro años, Casado también tiene que hacer frente a las crecientes discrepancias internas sobre si el PP debe abstenerse para facilitar la investidura de Sánchez y desbloquear el inicio de la legislatura.

La dirección popular insiste una y otra vez en que de ninguna manera permitirá la reelección del socialista aduciendo a su condición de principal partido de la oposición, pero en los últimos días varias voces del partido han sugerido esa abstención. Entre ellas, la candidata a presidir la Comunidad de Madrid Isabel Díaz Ayuso, la expresidenta madrileña Esperanza Aguirre, la presidenta del PP asturiano, Mercedes Fernández o, según desveló La Vanguardia, el exministro de Justicia Rafael Catalá.

Este jueves, tras participar en el acto de homenaje a las víctimas del terrorismo que tenía lugar en el Congreso de los Diputados, Casado insistía en que la investidura de Sánchez se la tienen que facilitar “los partidos que tienen algo que ver con él”. “El PP no solo es la oposición, sino la alternativa en España, no sería bueno para España que nos quedásemos sin alternativa y sin oposición”, zanjaba.

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