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PSOE y Podemos arremeten contra Ciudadanos por mantener la “suciedad” y la “mafia” del PP en Madrid

Pablo Iglesias, Pedro Sánchez y Albert Rivera en la entrega de los premios Goya.

Irene Castro / Aitor Riveiro

No hay un nombre sobre la mesa, al menos públicamente, pero Ciudadanos ya ha anticipado que apoyará al “candidato limpio” que le proponga el PP para suceder a Cristina Cifuentes, dimitida el pasado miércoles de la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Albert Rivera no ha querido ni mantener la conversación que le pidió Pedro Sánchez sobre un eventual apoyo o abstención que permitiera a Ángel Gabilondo ser presidente de la región. Pablo Iglesias ni siquiera lo ha intentado. Ambos partidos han arremetido contra Ciudadanos por mantener en el poder a la “mafia” del PP de Madrid.

La jugada del partido que lidera Ignacio Aguado en Madrid pasa por que el PP llegue a las elecciones con un presidente de segundo nivel en la Puerta del Sol para mantener su captación de votos. La sucesión de Cristina Cifuentes no es sencilla. Su hiperliderazgo impidió que otros miembros de su Gobierno adquirieran ninguna relevancia pública. Y la recién dimitida presidenta del PP de Madrid ya ha enviado el mensaje de que su sustituto debe ser Ángel Garrido para evitar una crisis interna en la formación. En la dirección nacional no quieren a nadie que haya tenido relación con los últimos Ejecutivos, todos bajo sospecha. Algo complicado de lograr.

La estrategia de Ciudadanos va a chocar con PSOE y Podemos. Ambos partidos han comenzado una ofensiva contra Ciudadanos por mantener en el poder a un “partido corrupto”.

Los socialistas reclaman a Ciudadanos su abstención y argumentan que Gabilondo tiene el respaldo de 54 diputados (37 del PSOE y 27 de Podemos) frente a los 48 que de momento tiene el PP. “Queremos instar al señor Rivera, desde lo público ya que desde lo privado no hay tiempo ni posibilidades –ha recriminado José Luis Ábalos por la negativa del líder de Ciudadanos a hablar con Sánchez– a que no tiene por qué optar necesariamente por un proyecto podrido y en descomposición salvo que quiera formar parte de lo mismo”.

Podemos está dispuesto a sumar sus votos con los del PSOE. El secretario general del partido, Pablo Iglesias, conminaba este viernes a sus líderes regionales, Íñigo Errejón como candidato y Ramón Espinar como secretario general autonómico, a “buscar un acuerdo con el PSOE para apostar por un gobierno del cambio”.

El futuro aspirante de Podemos a presidir la Comunidad de Madrid ya ha dicho que está a favor de apoyar a Gabilondo y ha pedido a Rivera que abandone el “sectarismo” y trate de buscar un acuerdo con las otras dos formaciones: “Creo que Ciudadanos se ha apresurado a decir que va a apoyar cualquier candidato que presente el PP. Últimamente está anteponiendo demasiado determinados prejuicios de poder y de siglas”.

PSOE y Podemos reprochan a Ciudadanos que le haya dado ya el apoyo al PP a ciegas, es decir, sin saber siquiera cuál va a ser la propuesta de Mariano Rajoy. “Dicen que van a plantear un candidato limpio, es todo un desafío. Pensé que en principio no debería haber candidatos sucios, pero debe de ser toda una proeza”, aseguró tras la dimisión el secretario de Organización del PSOE.

Iglesias, por su parte, utilizaba el viernes la imputación del expresidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, y parte de su equipo de confianza por los negocios del Canal de Isabel II. “Ciudadanos debería plantearse si hay alguien limpio en el PP. La mafia sigue atrincherada en el Gobierno regional porque Ciudadanos lo permite”, zanjaba.

La percepción de los dos partidos que reclaman el viraje de Ciudadanos es que el problema no era solo Cifuentes, sino el PP en su conjunto –la imputación de Alberto Ruiz-Gallardón es un argumento nuevo– y ven en la forma en la que se precipitó su caída (el vídeo en el que está retenida en un supermercado por el hurto de dos tarros de crema) un elemento más para mandar al PP a la oposición para que se regenere.

“El caso de la señora Cifuentes no es un hecho puntual sino el colofón de lo que está siendo el Gobierno del PP en la Comunidad de Madrid desde hace muchos años y Albert Rivera será cómplice de esa corrupción si apoya a otro presidente del PP”, ha expresado la portavoz parlamentaria, Margarita Robles. Su homólogo en la Ejecutiva, Óscar Puente, lo calificó de “mafia nauseabunda”.

Cloaca y mafia son los términos en los que también se pronuncia Podemos. “El problema no es solo Cifuentes, sino la mafia del PP, sus sicarios, sus tabloides y sus cloacas”, expresó Pablo Iglesias.

Para ambos partidos, la dimisión de Cifuentes no ha cambiado, por tanto, la situación y consideran que para que la región tenga una política “respirable” es necesario un cambio de signo. A pesar de que la moción de censura ha decaído automáticamente con la dimisión de la presidenta, PSOE y Podemos presionan a Ciudadanos para que permita un gobierno temporal de Gabilondo que “abra cajones y ventanas”.

El PSOE trató de ponérselo fácil planteando un programa de gobierno basado en las inciativas que los tres partidos (e incluso el PP) habían votado conjuntamente en la Asamblea de Madrid. Además, dejaba fuera las leyes estrella de Cifuentes que Ciudadanos había apoyado. Sin embargo, Ciudadanos no pretende ni sentarse a ver el documento. Podemos, por su parte, no puso ninguna condición precisamente para allanar el camino a los de Rivera.

No obstante, el PSOE ha sido siempre escéptico sobre la posibilidad de que Ciudadanos fuera a permitir que Gabilondo llegara a las elecciones del próximo año como presidente. Pedro Sánchez estaba convencido de que evitarían a toda costa que se consolidara ya que a Ciudadanos le beneficiaba más llegar con un PP gobernando pero en horas bajas.

Aún así, daban por ganada la batalla del relato porque consideran que Ciudadanos se ha retratado: ante la posibilidad de situar en la Puerta del Sol a lo que consideran un candidato “ejemplar” han optado por mantener “la suciedad” del PP. Es el mantra del PSOE, que lo explotará hasta 2019.

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