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PSOE y Unidas Podemos ultiman la estructura del Gobierno de coalición: cada partido gestionará áreas separadas

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias el pasado martes cuando firmaron el preacuerdo para un Gobierno de coalición.

Aitor Riveiro / Irene Castro

Pedro Sánchez asumió el domingo 10 de noviembre por la noche, cuando el recuento electoral llegaba a su fin, que no había otra que gobernar en coalición con Unidas Podemos. Así se lo trasladó a su equipo más cercano del PSOE, que le acompañaba en ese momento en su despacho de Ferraz. A la vista de lo ocurrido en la última semana, los socialistas aplauden ahora que el presidente en funciones actuara con rapidez para cerrar el acuerdo con Pablo Iglesias al día siguiente por la tarde y que lo anunciaran públicamente menos de 48 horas después de las elecciones.

Durante los últimos días, las reuniones para avanzar en la estructura que tendrá el Ejecutivo se han repetido. Todas con la máxima discreción, para evitar fugas como las que según ambos partidos añadieron ruido a las negociaciones del pasado julio. Sánchez e Iglesias han vuelto a sentarse al menos una vez desde que el pasado lunes ambos estampasen sus firmas sobre el acuerdo que pretende poner en marcha el primer bipartito de la democracia española. Según avanzaba La Información, Iglesias regresó este lunes al Palacio de la Moncloa.

Habrá nuevas reuniones al máximo nivel porque de momento, no se han constituido equipos negociadores.

Tras el texto del preacuerdo ambos líderes tratan de cerrar la estructura del Gobierno. Especialmente la de aquellos departamentos que dependerán de Unidas Podemos. Salvo excepciones, las fuentes consultadas por eldiario.es certifican que dichas estructuras serán paralelas y que, a diferencia de lo que ocurre en la Comunitat Valenciana, no existirá una cogestión en el día a día de los ministerios, sino que cada formación designará al completo a sus cargos. La experiencia del “mestizaje” en el Ejecutivo autonómico no termina de convencer a los integrantes de la coalición valenciana. El compromiso, no obstante, entre Sánchez e Iglesias es que no haya “vetos previos” para configurar los departamentos que cada formación gestionará en exclusiva.

Pero no solo el organigrama del Ejecutivo está sobre la mesa. También el programa de Gobierno. La negociación está siendo integral, una palabra que repitió Iglesias mucho tanto en la anterior intentona como durante la campaña. El diseño de las políticas que el Ejecutivo se comprometerá a poner en marcha tendrá como punto de partida el acuerdo programático firmado por los mismos protagonistas en octubre de 2018 y que sirvió de base para el corto mandato tras la moción de censura.

Un puñado de personas al tanto

Cuando Sánchez e Iglesias posaron para su comparecencia conjunta apenas un puñado de dirigentes de ambas formaciones sabía que se había llegado a un entendimiento. Por parte del PSOE Adriana Lastra, que negoció con Irene Montero los términos del documento, y pocos más conocían la letra pequeña –Félix Bolaños, que fue el encargado de hacer ligeros cambios antes del ok definitivo– e Iván Redondo, que actuó como correa de transmisión entre unos y otros.

Ese mismo día, tras el abrazo con Iglesias, Sánchez almorzó con su núcleo duro en la Moncloa. A la comida asistieron la vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo; el ministro de Fomento en funciones y secretario de Organización, José Luis Ábalos; el responsable orgánico de Coordinación Territorial, Santos Cerdán; y el jefe de Gabinete de Sánchez. Lastra no pudo asistir. En esa reunión, Sánchez confirmó a Calvo y Ábalos que contaba con ellos para el futuro Ejecutivo.

Calvo será la vicepresidenta primera –coordinará las distintas áreas del Gobierno y presidirá la Comisión de Secretarios y Subsecretarios, el filtro previo de los asuntos que se aprueban en el Consejo de Ministros– y Ábalos seguirá al frente de Fomento –un departamento delicado para los intereses económicos y territoriales–.

Del organigrama del Ejecutivo se conocen pocos detalles más allá de que Nadia Calviño será la vicepresidenta económica, tal y como Sánchez anunció en el debate electoral, e Iglesias que asumirá la vicepresidencia de asuntos sociales.

También Teresa Ribera está confirmada como ministra de Transición Ecológica del futuro Ejecutivo, tal y como adelantó eldiario.es. Sánchez siempre ha sostenido que es la mayor experta en esa materia de España y su ratificación se produce cuando será la encargada de organizar en Madrid la cumbre climática COP25, que tendría que haberse celebrado en Chile y finalmente se suspendió por los disturbios en aquel país.

Fuentes socialistas dan por hecho que María Jesús Montero seguirá al frente de Hacienda. “Es un valor emergente”, dice una persona con mando en Ferraz, que ve factible que sea la sucesora de Susana Díaz al frente de la federación andaluza. No obstante, en la Moncloa reclaman cautela respecto a las atribuciones de cada uno de los departamentos. “Ábalos sigue, pero ¿con más o menos atribuciones? ¿Montero será ministra de Hacienda solo o tendrá más competencias?”, responde una de las personas de confianza de Sánchez al preguntarle por el organigrama.

Uno de los motivos por los que Sánchez ha reclamado discreción a su núcleo duro es porque inevitablemente algunos de los ministros se quedarán fuera del gabinete en la próxima legislatura. Por eso no se ha confirmado que los titulares de los denominados 'ministerios de Estado' (Justicia, Interior, Defensa, …) vayan a seguir en las mismas manos, aunque vaya a gestionarlos el PSOE. En las filas socialistas no descartan algún cambio en esas carteras y admiten que las de Pedro Duque, Magdalena Valerio o Luisa Carcedo, que estuvieron de un modo u otro en el centro de la negociación de julio, están en “el alero”. Sin embargo, insisten en que aún se están cerrando los flecos y que es pronto para hablar de una estructura cerrada de Gobierno.

Sobre la mesa, Trabajo, Igualdad y Universidades

Sí se sabe que Iglesias asumirá una vicepresidencia social que, según los primeros esbozos de la negociación, estará acompañada de tres ministerios: Trabajo, Igualdad y Universidades. Este medio ha intentado recabar, sin éxito, una confirmación oficial tanto de las direcciones de Podemos como del PSOE al respecto. Desde la formación de Iglesias insisten en su intención de guardar absoluto hermetismo “para proteger las negociaciones” y confían en que el Gobierno de coalición pueda ser una realidad en las próximas semanas.

Las tres carteras que Unidas Podemos negocia con el PSOE estuvieron encima de la mesa, de una u otra manera, en la negociación tras las elecciones de abril. Igualdad y Universidades ya fueron ofrecidas, de manera directa o indirecta, antes de la investidura fallida de julio. Trabajo, por contra, era una de las reclamaciones de los de Iglesias, quien incluso planteó desde la tribuna del Congreso que aceptarían la propuesta de Sánchez si le añadía “las políticas activas de empleo”.

Igualdad era una de las responsabilidades que dependían de la vicepresidenta Carmen Calvo, que repetirá en el cargo, si el bipartito logra la investidura, pero sin esta competencia. Entre los nombres que suenan para ocupar el cargo destaca el de Irene Montero, lo que derivaría además en una segunda decisión: quién se queda al frente del grupo parlamentario de Unidas Podemos para ayudar al hipotético Gobierno a armar las mayorías necesarias y, también, para contrarrestar la oposición de las derechas, que se espera muy dura. Las diferentes fuentes consultadas apuntan en este sentido, pero otras creen que se puede optar por perfiles diferentes precisamente para no desvestir el Congreso en el día a día.

Irene Montero gestionará así una de las materias más sensibles para su espacio político y que más han disputado con el PSOE. En el documento del preacuerdo sellado por Sánchez e Iglesias, son varias las referencias relacionadas con Igualdad: el “impulso a las escuelas infantiles de 0 a 3 años”, “la lucha decidida contra la violencia machista”, “la igualdad retributiva”, los “permisos de paternidad y maternidad iguales e intransferibles”, una Ley de Igualdad Laboral o “el fin de la trata de seres humanos con fines de explotación sexual”.

Trabajo y Universidades

El Ministerio de Trabajo sería por su parte uno de los grandes logros para Unidas Podemos. En este caso, también es un nombre de mujer el que tiene todas las papeletas para hacerse cargo de la cartera: Yolanda Díaz. La diputada, portavoz de la confluencia gallega, es militante de IU y una de las personas de la máxima confianza de Iglesias. Ambos se conocen desde la juventud. El hoy secretario de Podemos fue asesor de Díaz en la campaña de las gallegas de 2012, en la que una nueva candidatura (AGE) irrumpió con nueve diputados en el Parlamento gallego.

Iglesias reclamó a Sánchez este departamento en la negociación infructuosa tras el 28A. Pero el candidato socialista lo rechazó de plano. Ahora, Sánchez parece haber accedido.

Si se repite el planteamiento de hace unos meses, el ministerio se podría desgajar. Por un lado las materias laborales, que incluyen el departamento de Migraciones. Pero la gestión de la Seguridad Social, las pensiones, seguiría bajo control del PSOE. Esta separación de materias no se da desde la primera legislatura de la democracia. Desde los años 80, las pensiones siempre han estado insertadas en el Ministerio de Trabajo.

Las competencias en materia laboral también son una de las banderas de Unidas Podemos. Y, otra vez, donde más rivaliza con el PSOE. La formación de Pablo Iglesias ha defendido con mucha intensidad la necesidad de derogar la reforma laboral que en 2012 puso en marcha el PP, pero también la de 2010 de José Luis Rodríguez Zapatero. Esta se anticipa como una de las batallas del futuro Gobierno, si se concreta, ya que Nadia Calviño se ha opuesto frontalmente a una derogación completa, la última vez esta misma semana, y plantea solo una pequeña contrarreforma. También la lucha contra la precariedad, los falsos autónomos o la subida del salario mínimo hasta alcanzar los estándares europeos: un 60% del saldo medio, lo que lo situaría a final de legislatura en el entorno de los 1.200 euros.

El futuro Gobierno, pendiente de concretarse, se plantea desgajar en dos uno de los actuales ministerios: Ciencia, Innovación y Universidades. La tercera de las patas recaerá en Unidas Podemos. El nombre de quién ocupará el ministerio no está confirmado, aunque entre las opciones está Pablo Echenique, quien antes de dar el salto a la política ejercía como investigador titular del CSIC, o Joan Mena, diputado de En Comú Podem. Mena, profesor de secundaria, ha ejercido como portavoz del grupo confederal en diferentes debates sobre Educación y ha presidido en la pasada legislatura la comisión de Ciencia del Congreso.

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