Valls: “Quiero ser el alcalde de todos: no hay ni buenos ni malos catalanes”

El candidato a la alcaldía de Barcelona Manuel Valls ha afirmado este viernes que quiere ser el alcalde de “todos” los barceloneses porque, ha dicho, “no hay fronteras, ni trincheras, ni enemigos, ni buenos ni malos catalanes, como dicen los supremacistas”, y se ha erigido como el “único” voto “útil”.

Valls ha cerrado la campaña electoral con un acto en el Espai Camps Elisis de Barcelona, en el que ha estado arropado por miembros de su candidatura, entre ellos, el exministro socialista Celestino Corbacho, número 3 de la lista, y por el portavoz del grupo parlamentario de Ciudadanos, Carlos Carrizosa.

“Quiero ser el alcalde de todos los barceloneses, porque para mí no hay enemigos ni adversarios”, ha clamado el candidato independiente avalado por Ciudadanos al inicio de su discurso.

Ha recalcado que quiere ser el alcalde de “todos” para que la capital catalana vuelva a ser una “gran marca”, la que “iluminó al mundo” durante los Juegos Olímpicos de 1992, el alcalde para “todos” porque “no hay fronteras, ni trincheras, ni buenos ni malos catalanes, como dicen los supremacistas”.

El exprimer ministro francés ha considerado que los barceloneses quieren “cambio, cambio, cambio”, y ha erigido su candidatura transversal como el “único” voto “útil” para liderar este cambio, frente a un PSC que se mueve en la “ambigüedad” pero que acabará apoyando a la alcaldesa Ada Colau bajo las órdenes del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, para no poner en riesgo su acuerdo con Podemos en Madrid.

Ha advertido del “peligro” del “separatismo” y del candidato de ERC a la alcaldía, Ernest Maragall, que pretenden hacer de Barcelona la “palanca” para la independencia.

“Colau y Maragall son las dos caras de la misma moneda y nosotros somos el único voto del cambio, el que echará a Colau y el que impedirá que Maragall la convierta (a Barcelona) en la palanca de la república imaginaria”, ha insistido Valls.

Según Valls, en las elecciones del 26M no solo está en juego el modelo de ciudad, también el futuro de Barcelona en España y en Europa y su papel como gran capital del sur de Europa: “Son las elecciones más importantes de la historia de la democracia”, ha sentenciado.