Antonio Hernando decide imponer la multa máxima a los diputados que votaron 'no' a Rajoy
El PSOE sigue en tensión. Los socialistas no consiguen calmar los ánimos desde el enfrentamiento por el liderazgo de Pedro Sánchez y la decisión de permitir dejar gobernar a Mariano Rajoy. El último rifirrafe se ha producido en la reunión de grupo este martes entre los críticos y la gestora poco antes de que Antonio Hernando decida imponer la multa máxima a los diputados que se saltaron la disciplina de voto en la investidura.
En las filas socialistas dan por hecho que el jefe del grupo sancionará con la máxima cuantía que prevé el reglamento interno (600 euros) a los 15 diputados que votaron 'no' a Rajoy. “Fue una votación muy importante”, argumentan socialistas, que aseguran que no puede compararse con otras. El ejemplo más repetido es el producido en la pasada legislatura con una iniciativa de ERC que reclamaba más agua del Ebro para Cataluña y en la que cuatro diputados aragoneses votaron en contra rompiendo la unidad de voto de la bancada socialista. En aquella ocasión la sanción fue la máxima.
El trámite se ha dilatado en el tiempo. Ya han pasado casi tres semanas desde la investidura y en el PSOE quieren pasar página de una vez. El responsable de disciplina del grupo, Luis Carlos Sauquillo, informó de la apertura del expediente sancionador dos días después de la votación.
Los 'díscolos' tuvieron una semana de plazo para presentar sus alegaciones. El PSC se escudó en la decisión de su máximo órgano de mantener el 'no' -lo que ha precipitado la revisión de las relaciones entre ambas formaciones- y los otros ocho diputados apelaron a razones de “conciencia” para saltarse la disciplina de voto.
Sahuquillo ya ha elevado a la dirección de grupo su informe y será Hernando el que transmita la decisión definitiva. Los sancionados, que han sido mayoritariamente apartados de sus cargos de responsabilidad, tendrán la posibilidad de recurrir dicha sanción.
“Desagradable” enfrentamiento en una reunión
Los diputados que votaron 'no' tienen asumido que tendrán que pagar la multa máxima, pero todos reconocen que es lo que menos les importa. La degradación en sus funciones les ha provocado un profundo enfado y el malestar en el sector sanchista del grupo parlamentario es evidente.
Una vez más la división ha quedado patente en la reunión del grupo socialista previa al pleno en la que los socialistas debían aprobar la nueva estructura de la dirección (sin Meritxell Batet y Sofía Hernanz, que votaron 'no') y con la inclusión de Pedro Muñoz. Tras la ratificación, el diputado Odón Elorza ha exigido al responsable de organización de la gestora, Mario Jiménez, que diera explicaciones por el resto de cambios que se han producido en la composición del grupo y le ha afeado que todos ellos se enteraron por la prensa de que quedaban relegados de parte de sus funciones. La gestora decidió castigar a buena parte de los díscolos y críticos del PSOE.
El exnúmero dos del PSOE César Luena ha intervenido a continuación para afear a la gestora la imposición de castigos. Le han secundado Sofía Hernanz y Luz Seijo. El portavoz de la gestora ha recriminado a Luena que cuestionara la actuación de la dirección y ha recordado que siempre que cambian los mandos el grupo parlamentario sufre cambios.
A Jiménez le ha enfadado especialmente que el exsecretario de Organización hiciera esa intervención. Además, ha repetido que las modificaciones responden a criterios de confianza y capacidad. El segundo argumento genera mucho enfado a los críticos (Zaida Cantera ha sido relevada de Defensa, Pere Joan Pons de la comisión sobre la UE, y Rocío de Frutos, inspectora de trabajo, de Empleo). Eduardo Madina, Antonio Pradas y Soraya Rodríguez han defendido el posicionamiento de la gestora y han apelado a la “cultura de partido”.
Fuentes consultadas por eldiario.es admiten que la reunión ha sido muy “tensa” y “desagradable”. “Nos hemos quedado sin hilo de tanto coser”, ironizaba un diputado en el patio del Congreso.