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La senadora de “los 15 millones para desenterrar huesos” recibió un premio de oratoria de la Fundación de Abascal

La senadora del PP Esther Muñoz durante la sesión de control al Gobierno en el Pleno del Senado

Luis V. Huerga

No es la primera vez que una intervención suya salta a la palestra mediática, por polémica. Esther Muñoz de la Iglesia (León, 1985) comenzó a destacar en los albores de su carrera política por su visceralidad en el argumentario. Con mucha pasión defendía hace años los postulados del Partido Popular, ya desde Nuevas Generaciones del PP de León y acudía, junto con jóvenes políticos de otros partidos, a la tertulia de Radio Universitaria de la Universidad de León. Debates que, en muchas ocasiones, derivaban en momentos de tensión cuando Esther Muñoz participaba en ellos. Una política que comenzaba a destacar.

Licenciada en Derecho, estudios que realizó en A Coruña y León, Esther Muñoz, tuvo una efímera toma de contacto con el ejercicio de la abogacía, antes de que llegara a Génova, a la sede nacional del Partido Popular, donde ha ocupado puestos desde muy joven. Fue jefa de Gabinete de Carlos Floriano, con tan sólo 26 años. Después, de Fernando Martínez Maíllo y, posteriormente, de Javier Arenas.

Mujer del aparato del partido durante la etapa de Mariano Rajoy, fue designada en 2015 para ocupar un puesto en las listas al Senado por el Partido Popular de León, por detrás de Luis Aznar, de la línea dura del Partido Popular en el Senado, que ha acogido a Muñoz como su pupila.

Ahí como portavoz en la Comisión de Justicia, y de vocal en varias relacionadas con Igualdad y Violencia de Género, empezó a hacerse famosa por sus perlas políticas. A finales del pasado año aseguró en uno de los debates parlamentarios que ella misma habría podido ser “violada en multitud de ocasiones”, cuando trataba de rebatir al Gobierno de España en sus intenciones de articular fórmulas para que las mujeres pudieran aceptar expresamente mantener relaciones sexuales con un hombre. “El feminismo no es eso, esto es otra cosa. No se defiende a las mujeres quitando los derechos a la mitad de la población”, aseguró.

Esther Muñoz desciende de una familia conservadora procedente de la localidad leonesa de Valencia de Don Juan. Mantiene esos ideales y se distingue por ser una política de carácter agradable. Sus intervenciones parlamentarias le han hecho alcanzar cierta fama en la política nacional. En las últimas horas ha tratado de matizar las palabras que le han llevado a convertirse por otra salida de tono, cuando lamentó en el Senado que se destinen 15 millones de euros a “desenterrar unos huesos”. Ante la polémica, la propia senadora trata de dar a entender en las últimas horas que se refería a los restos de Franco y no “a la gente que está en las cunetas”. “Mis palabras están sacadas de contexto”.

Desde su entorno explican que “se calentó” durante la intervención, un error en el que ya había caído otras veces. Recuerdan en ese mismo entorno, sin embargo, que fue ella quien logró desbloquear la situación para que el prior del Valle de los Caídos permitiera cumplir la sentencia que reconocía el derecho a exhumar los restos de dos represaliados de la Guerra Civil, cuyos cadáveres se encontraban en el mausoleo franquista.

Esther Muñoz llegó a ganar un concurso de Oratoria convocado por la Fundación para la Defensa de la Nación Española, que llegó a presidir Santiago Abascal, actual líder de Vox. Ahora, con 33 años y con varios cargos ejecutivos a nivel provincial y autonómico, su futuro político podría estar situado en la política local, lejos de los grandes debates parlamentarios nacionales.

La ‘genovesa’ logró pronto buscarse un hueco dentro del aparato del partido, hasta que la redacción del partido cambió. De aquella etapa como trabajadora en la sede nacional del Partido Popular, Muñoz se lleva un enemigo, que no es un enemigo cualquiera. La relación con Pablo Casado, otro joven político criado al resguardo del Partido Popular que ahora preside, no es buena. Se da por hecho que la senadora de la polémica de los “huesos” se batirá en retirada, una vez finalice la presente legislatura.

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