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El Gobierno recibe a Biden con optimismo tras años de desencuentros con Trump pero asume que la guerra comercial no cambiará de golpe

En la imagen el presidente electo de los Estados Unidos, Joe Biden, EFE/EPA/Robert Deutsch /

Irene Castro / Javier Biosca Azcoiti

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El Gobierno no oculta que la victoria de Joe Biden supone un alivio para las relaciones entre EEUU y la UE y también con España. El recuento de las elecciones mantuvo en vilo a los socialistas, que nada más confirmarse la derrota de Donald Trump no dudaron en celebrarlo en las redes sociales. En Moncloa fueron más precavidos y coordinaron la respuesta del Ejecutivo con los socios europeos, cuyos líderes salieron en tromba a reconocer al nuevo presidente electo el sábado por la tarde a pesar de que Trump no admita el resultado y haya iniciado una ofensiva legal con escasas opciones.

“El pueblo americano ha elegido a su 46 Presidente. Felicidades Joe Biden y Kamala Harris. Os deseamos suerte. Estamos preparados para cooperar con los EEUU y hacer frente juntos a los grandes retos globales”, fue el mensaje de Pedro Sánchez en sintonía con el de otros líderes del continente, como Emmanuel Macron o Angela Merkel. Mensajes protocolarios aparte, tanto en el seno del Gobierno como en la UE reconocen que la victoria de Biden es positiva tras cuatro años de fuertes desencuentros, pero tratan de combinar ese optimismo con las cautelas, dada la importancia de los intereses en juego.

“La victoria de Joe Biden como el presidente electo se ha recibido con satisfacción en Europa. Ahora, necesitamos aprovechar las oportunidades que esto ofrece, para reconstruir la cooperación de la UE con EEUU”, expresó el Alto Representante de la UE, Josep Borrell, quien reconoció tener esperanzas en que la nueva Administración americana que echará a andar el 20 de enero cambie el rumbo hasta ahora adoptado por Trump respecto a los acuerdos sobre la emergencia climática y revierta la salida del país del pacto nuclear con Irán. “Con que se arreglen esas dos cosas tendremos mucho ganado”, expresó el jefe de la diplomacia europea en una entrevista en Hoy por Hoy en la cadena Ser. 

Por parte del Gobierno fue la portavoz, María Jesús Montero, la que fijó posición. “El multilateralismo y cooperación son las mejores fórmulas para afrontar los muchos retos que tenemos como sociedad. En este sentido y en nombre del Gobierno, quiero felicitar al presidente electo de EEUU esperando que esta nueva etapa que se abre contribuya a incrementar la colaboración necesaria entre la UE y EEUU. Confiamos en que esa cooperación se pueda ampliar a muchos ámbitos, especialmente en lo que se refiere a las nuestras comerciales y a la lucha contra el cambio climático”. 

Sumar los esfuerzos de esa gran potencia mundial a la descarbonización y los objetivos de neutralidad climática es un reto para los gobernantes de la UE. Pero Montero aludió, además, al gran desafío económico que ha planteado Trump en los últimos años: la política arancelaria que ha hecho daño especialmente al sector agroalimentario exportador de España. EEUU impuso un arancel del 25% a determinados productos agroalimentarios en respuesta a las ayudas de algunos gobiernos europeos, entre ellos el español, a Airbus. La Organización Mundial del Comercio (OMC) autorizó al país norteamericano a tasar con aranceles de hasta 7.500 millones de euros exportaciones que afectaron especialmente al vino, el aceite o las olivas de mesa, entre otros. 

Una negociación para quitar los aranceles

Estados Unidos es el principal mercado de España fuera de la Unión Europea -el sexto destino de las exportaciones-. Desde Comercio atribuyen la caída general de las exportaciones en la crisis de la COVID-19. Sin embargo, los principales sectores afectados llegaron incluso a articularse en torno a una plataforma contra los aranceles que estimó las pérdidas para el sector agroalimentario podría alcanzar los mil millones de euros. De hecho, entre noviembre y abril cayeron un 10,5% respecto al mismo periodo del año anterior y calcula que, al representar los productos afectados el 53,1% del total de alimentos y bebidas exportados a EEUU se produjo solo en ese tiempo una pérdida de 193,57 millones de euros, informa Europa Press.

“El sector más afectado es el aceite de oliva y la aceituna de mesa porque se ha impuesto el arancel concretamente para España”, explica Rafael Pico, director general de la Asociación Española de la Industria y el Comercio Exportador del Aceite de Oliva (Asoliva), que explica que para el resto de productos los competidores de otros países han contado con el “mismo handicap”. Según sus datos, el sector del aceite español ha perdido el 77% de esas exportaciones, aunque confía en que se retiren pronto. En el caso del vino, la caída ha sido del 10,8% en valor desde que entraron en vigor los aranceles. En ambos casos la mayoría de empresas trata de sobrevivir en el mercado estadounidense con la esperanza de recuperar los niveles anteriores a la guerra comercial y no perder el esfuerzo invertido en los años anteriores. Sin embargo, lo que destacan desde la Federación Española del Vino es que el problema ya no es solo la caída sino también la pérdida de margen. “El 86% de las bodegas españolas se han visto obligadas a reducir su margen comercial para poder hacer frente a los aranceles”, señalan en la organización, que fija en un 18,9% negativo respecto al periodo anterior.

Ni la UE ni el Gobierno de Pedro Sánchez consideran que la llegada de Biden a la Casa Blanca vaya a suponer un cambio radical en la política comercial, pero sí consideran que se puede generar un clima más propicio a la negociación fructífera, que ha sido nula en los años de la Administración Trump. La postura del republicano en materia comercial le permitió ganar en 2016 muchos votos de la clase trabajadora blanca que veía la globalización como una amenaza a su situación, social, económica y laboral. Biden ha aprendido la lección. “No volvería a unirme al TPP [Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica] tal y como se planteó inicialmente”, afirmó el año pasado el exvicepresidente a pesar de haber sido una de las personas que ayudó a levantar el acuerdo. “No hay una vuelta al comercio tal y como funcionaba antes. Nos aseguraremos de que negociamos desde la posición más fuerte posible”, reza su programa.

“El partido demócrata tiene un ramalazo proteccionista nada despreciable. También tienen una aproximación al comercio internacional de defender sus intereses a través del arancel como arma -expresó Borrell-. No creo que mañana nos encontremos en la situación idílica de que la Administración Biden decide suprimir los aranceles que puso la Administración Trump”. Lo que sí ve más factible el jefe de la diplomacia europea es que haya un allanamiento en las relaciones comerciales. “Habrá que negociarlo, pero seguramente la actitud será distinta”, expresó Borrell, que ve al líder demócrata más proclive a la vuelta al multilateralismo y no a la toma de decisiones “unilaterales como la Administración Trump”.

La UE ha recibido a Biden con la imposición este martes de nuevos aranceles a importaciones de EEUU –aunque no se ha anunciado el valor total de los mismos, la OMC ha autorizado al bloque comunitario a imponer aranceles por valor de 4.000 millones de dólares–. Sin embargo, la intención de Europa es llegar a un acuerdo y que ambas partes retiren esas barreras comerciales. La UE intentó negociar sin éxito con el gobierno de Trump para que este retirase sus aranceles y que Europa no tuviese que imponer los suyos. En este sentido, Trump ha mantenido una línea dura con el bloque comunitario y en 2018 lo calificó durante una entrevista como un “enemigo”. “En términos comerciales se han aprovechado mucho de nosotros”, afirmó el presidente justificando sus palabras.

“Hemos aprobado un reglamento en el que incorporamos que dejará de tener efecto en el momento en que EEUU levante sus aranceles”, expresó la ministra de Industria y Comercio, Reyes Maroto, en Hora 25 en referencia a los aranceles europeos. “Esperamos que sirva para retomar las conversaciones, que permita acabar con un conflicto comercial que lo único que ha hecho ha sido dañar la relación comercial trasatlántica entre la UE y EEUU”, agregó Maroto antes de sentenciar: “El marco de la negociación sin duda es distinto”. 

La batalla tecnológica

“No es fácil pensar que se van a quitar los aranceles inmediatamente, pero sí que habrá una política de menos confrontación”, señalan fuentes gubernamentales a elDiario.es, que creen que el futuro ejecutivo estadounidense “en el tema de Airbus se sentará a negociar”. Hasta ahora de nada ha servido la cesión del fabricante europeo, que renunció a las condiciones preferentes de los créditos concedidos por España y Francia para su avión A350 y fueron las que conllevaron la imposición de aranceles de miles de millones de dólares al año a productos europeos.

Esas mismas fuentes tampoco creen que haya un gran cambio con respecto a la guerra comercial con China, que ahora tiene en el sector tecnológico su principal batalla. “España quiere una posición fuerte de la UE. Tiene que haber una Europa fuerte con una voz independiente”, señalan desde el Gobierno respecto a la presión de EEUU para arrinconar a Huawei en el despliegue del 5G. En todo caso, lo que sí enfatizan es que “las relaciones comerciales serán más constructivas”. 

A eso se agarra el Gobierno español, a que por lo menos Biden recupere la diplomacia y resitúe a EEUU en los foros multilaterales que Trump ha cuestionado, como la vuelta al Consejo de Derechos Humanos de la ONU o cambiar la posición sobre la OMS, además del Acuerdo de París o el Pacto nuclear con Irán, entre otros. “No es el momento de cuestionar el multilateralismo. Es el momento del renacimiento del multilateralismo”, dijo Sánchez el martes en un acto de conmemoración del 75º aniversario de la Carta de Naciones Unidas. En ese sentido, se espera que aunque los objetivos de EEUU en determinados sectores no cambien radicalmente, sí pueden cambiar las formas de llegar a ellos bajo una Administración Biden. En los últimos cuatro años, Trump ha apostado por la vía del unilateralismo, mientras el demócrata ha expresado que es partidario de llegar a acuerdos multilaterales para cumplir sus intereses: desde el desafío de China a la crisis en Venezuela, pasando por el tema comercial.

Frente al énfasis de una nueva política internacional por parte de uno de los países más poderosos del planeta que hace la parte socialista del Gobierno, el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, evitó celebrar la victoria de Biden y puso el énfasis en la derrota de Trump y sus repercusiones ideológicas. “Es una buena noticia para el planeta, en la medida en que la ultraderecha global pierde su activo político más poderoso. Pero la ultraderecha que solo acepta la democracia si gana, sigue siendo un enorme peligro en América y Europa”, expresó en Twitter el sábado antes incluso de que el presidente formulara la felicitación oficial en la línea de los líderes europeos.

Esa lectura también la comparten los socialistas. “Vuestra victoria lleva un aire de cambio a la Casa Blanca. Hemos ganado un gran aliado progresista para enfrentar juntos los retos globales que compartimos”, expresó la jefa de los socialdemócratas en el Parlamento Europeo, Iratxe García. Borrell sí admitió que la derrota de Trump es hasta cierto punto un golpe para la extrema derecha, que pierde su principal referente. “Algunos de los ideólogos de Trump luego se desplazaron a Europa para intentar aquí sembrar su cosecha y, de alguna manera, forman parte de los nacional populismos. Probablemente la victoria de Biden en algunos países europeos ha producido más satisfacción que en otros”, sentenció Borrell, que también aplaudió que el futuro presidente de EEUU no seguirá alentando procesos de separación como el Brexit.

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