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El Gobierno insta a Torra a elegir entre la “radicalidad” o el “diálogo” tras los disturbios del 1-O

La ministra de Política Territorial, Meritxell Batet.

Irene Castro

Los disturbios del aniversario del 1-O han llevado al Gobierno a endurecer su discurso contra Quim Torra. Mientras los socialistas consideraban el lunes por la mañana que la jornada estaba transcurriendo de manera “asumible” y tachaban de “fake news” que el presidente catalán hubiera llamado a la violencia al pedir a los CDR que siguieran apretando, el Ejecutivo reconoce ahora que sí alentó “más movimiento en la calle”.

“Ya es hora de que el Govern decida qué rumbo quiere tomar: si quiere seguir apoyando la radicalidad o si quiere sumarse a la vía abierta de diálogo”, ha advertido la ministra de Política Territorial, Meritxell Batet, desde Madrid. A primera hora de la mañana, fuentes de Moncloa ya avisaban de que el “president Torra debería cumplir con sus responsabilidades institucionales y no poner en riesgo la normalización política emprendida por el Gobierno de Sánchez”.

Tras horas de silencio en plenos altercados -fundamentalmente en las calles de Barcelona y en los alrededores del Parlament-, Sánchez se ha pronunciado vía Twitter en la misma línea que el departamento de comunicación del Ejecutivo. “La violencia no es el camino”, ha agregado.

Batet ha cargado contra Torra en su calidad de “máximo responsable de la seguridad en Catalunya” por cometer “el error de alentar más movimiento en la calle cuando en realidad tenía que garantizar la seguridad de todos los catalanes y catalanas”. Es un gesto que el Gobierno considera una “irresponsabilidad”, aunque este lunes trató de restarle importancia a sus palabras: “Apretad, hacéis bien en apretar”, les dijo Torra a los CDR que habían cortado algunas carreteras y vías ferroviarias.

El Gobierno pone el énfasis en la recuperación de la “agenda de la normalidad” a través de la reactivación de las comisiones bilaterales entre Generalitat y Estado así como la incorporación del Govern a los órganos multilaterales en los que participan las comunidades autónomas. El Ejecutivo de Sánchez confiaba en que en Catalunya no se pasase de la “inflamación verbal”.

El líder del PSC, Miquel Iceta, cree que al Govern se le ha venido en contra el aniversario del 1-O: “Ayer el independentismo se puso un espejo y no se gustó. Lo que para ellos tendría que haber sido una jornada para recordar los errores del Gobierno de España sirvió para ver la incapacidad del Govern de Catalunya”, ha expresado en una entrevista en Cope.

Iceta ha condenado el “error político monumental” de Torra: “Un president de la Generalitat no puede animar a la movilización si después no sabe dar respuesta”, ha aseverado el socialista, que cree que la “radicalidad” fue “alimentada” desde el Govern. No obstante, la manifestación se convirtió en una presión más para Torra ya que le reclamaron que “desobedezca o dimita”.

“Nosotros vamos a seguir trabajando para todos los catalanes y seguir construyendo una sociedad que es la que está esperando Catalunya”, ha afirmado Batet. “Lo importante en estos momentos es mantener abierta la puerta de esperanza que el Gobierno ha conseguido abrir después de siete años sin relación de los gobiernos”, ha agregado en una advertencia que no solo sirve para Torra sino también para PP y Ciudadanos, que acusan al Gobierno de Sánchez de tibieza y reclaman una aplicación del 155. Pablo Casado ha ido un paso más allá y ha sugerido la ilegalización de las fuerzas independentistas por no condenar la violencia.

“Los líderes de partidos cada vez que hacemos una declaración o tomamos una decisión debemos tener muy en cuenta si contribuye a la concordia o si alienta la crispación, es una mala vía alentar la crispación”, ha sentenciado la ministra catalana. El Gobierno considera que más allá de los “discursos retóricos”, el Govern de Torra no ha cometido ninguna ilegalidad y que sería ese el momento de tomar decisiones como la aplicación del 155.

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