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La nueva IU que liderará Alberto Garzón: más ágil y más pegada a la calle para lograr la “unidad popular”

Alberto Garzón, junto a Cayo Lara, en una reunión de IU.

Aitor Riveiro

Este fin de semana Izquierda Unida elegirá a su dirección para los próximos cuatro años. Al frente de la organización estará Alberto Garzón, que será el coordinador federal más joven que ha tenido la coalición desde su fundación en 1986. Líder y organización tendrán una edad muy similar. Los cambios que plantea Garzón y el equipo que encabeza serán de forma y de fondo: cambian los órganos que regirán la vida interna de IU pero también los planteamientos políticos. La ponencia que ha salido triunfante del proceso asambleario, Una IU para un nuevo país (aquí en PDF), recoge aportaciones de otros documentos y define las líneas generales que deberán ser discutidas, puestas blanco sobre negro y ratificadas en la parte presencial de la asamblea por los delegados de cada federación regional y cada cortriente y partido integrado en IU los días 4 y 5 de junio.

La misión: crear un bloque político y social

Se ha convertido en un mantra dentro de IU desde su fundación: trascender el partido hacia un movimiento. Un horizonte que nunca estaba al alcance de la mano. Como explicaba Gaspar Llamazares recientemente a eldiario.es, cuando IU aumentaba su suelo electoral perdía influencia en la calle. Y viceversa. La intención de Alberto Garzón es conseguir dar por fin ese paso y por eso el subtítulo de su documento: Construyendo un movimiento político y social socialista, feminista y ecologista.

El equipo que comanda Garzón apuesta por “avanzar en la más amplia unidad popular” y que se concrete en el ciclo político que ahora empieza y que debería estar libre de convocatorias electorales. Precisamente el objetivo es desligar la creación y ampliación de este bloque superador de los comicios. Que no parezca una jugada de tinte electoral. “La IU resultante de la XI Asamblea debe ser una organización en transición hacia un nuevo movimiento anticapitalista, ecologista y feminista que esté volcado en los conflictos sociales”, asegura el documento.

Para ello, Garzón quiere una IU más pegada a la calle y más relacionada con el conflicto social.

¿Cuántos órganos tendrá IU?

Uno de los problemas que detecta la ponencia Una IU para un nuevo país es que la coalición es cada vez más “burocrática”, y “lenta”. “Hemos construido unas estructuras típicas de partido con hasta cuatro niveles de dirección. (...) Tal proliferación no solo no es más democática sino que crea las condiciones para que las decisiones se tomen en otro sitio”. Así describe el documento la actual estructura interna de IU. La propuesta de Garzón quiere que “la mayor parte” del tiempo del militante sea para “vincular a la organización con la sociedad”.

La nueva dirección de IU quedará reducida a dos órganos: el Consejo Político Federal (CPF), el máximo órgano entre asambleas, y la Comisión Ejecutiva Federal. Ambos verán reducidos notablemente su tamaño: de 255 a 154 el primero y hasta poco más de la veintena el segundo, aunque el número está por definir

Por el camino desaparece un órgano intermedio, la Presidencia Federal, aunque el documento plantea un nuevo órgano que haga las funciones de “asamblea político y social” que se reuniría solo dos veces al año y tendría entre sus principales competencias la de servir de foro de rendición de cuentas de los dos anteriores órganos.

¿Quiénes integrarán cada órgano?

El CPF de IU se elige en dos tandas. La primera, por sufragio universal de toda la militancia por primera vez, supone 90 de los 154 miembros. El resto es designado por las federaciones regionales en función del peso que tienen en el censo de militantes. Andalucía, la federación de Alberto Garzón, será así la que más aporte por lo que el futuro líder se asegura un amplísimo control del principal órgano de IU durante cuatro años. Sus dos primeras decisiones serán designar al coordinador y su Comisión Ejecutiva.

Este órgano tendrá una veintena de miembros y, salvo sorpresa, su composición será proporcional al número de votos obtenidos por cada candidatura en el proceso del pasado fin de semana. Así, Garzón contará con 18 miembros, lo que también le permitirá controlar este órgano.

Aunque no tiene por qué cumplirse a rajatabla lo normal es que Garzón elija a sus dirigentes de su lista a la Asamblea (aquí en PDF). En los primeros puestos destacan la portavoz en el Parlamento Europeo y número dos de la lista, Marina Albiol; el secretario de Organización andaluz, Toni Valero; la actual responsable de Finanzas de IU, Lola Sánchez; el secretario general del PCE, José Luis Centella; o la secretaria de Comunicación, Clara Alonso. También figuran en puestos de salida la coordinadora de IU en Galicia, Yolanda Díaz; o la responsable de Programa, Marga Ferré; los dirigentes madrileños Sira Rego e Ismael González; o el concejal de Conil (Cádiz), Ernesto Alba.

Más atrás en la lista, pero también con opciones de entrar en la Ejecutiva, están el concejal de Economía y Hacienda del Ayuntamiento de Madrid, Carlos Sánchez Mato; y su jefa de gabinete, Esther López Barceló.

Apuesta por la República pero con apellidos

IU ha cedido una de sus reivindicaciones históricas, la instauración de una III República en España, en su acuerdo programático con Podemos. Pero lo mantiene en su propio programa y figura destacada en el documento avalado por Garzón. El epígrafe Modelo de Estado ahonda la definición y pone apellidos a la forma jurídica república.

“Por lo tanto, la República, el pacto federal, el reconocimiento efectivo del derecho de autodeterminación, la lucha contra el patriarcado, la democracia participativa, la justicia social y el laicismo son las bóvedas que levantan una nueva arquitectura política y social favorable a la mayoría social trabajadora y constituyen el compendio de nuestra propuesta de Estado”, describe el documento, que desarrolla cada aspecto más pormenorizadamente.

¿Y después de la Asamblea?

La realidad define la política. Y la realidad electoral ha definido lo que son y lo que no son los partidos en los dos últimos años. En su búsqueda de ese bloque político y social y de esa “amplia unidad popular” todo, o mucho, queda a expensas de lo que suceda el próximo 26 de junio.

Del éxito, o fracaso, de Unidos Podemos dependerán aspectos clave que determinarán el futuro de IU. Así lo aseguraba este mismo lunes Alberto Garzón en declaraciones a los periodistas. Pero lo expuso igualmente el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, en una entrevista con eldiario.es. “Me veo construyendo un futuro con Alberto Garzón”, aseguró entonces Iglesias.

Ambos coinciden en que no será lo mismo gobernar que estar en la oposición. Ni ser determinantes en el día a día o tener un papel menos trascendente en el nuevo Parlamento.

El documento que ha salido aprobado en el proceso asambleario no hace ni una alusión directa al acuerdo con Podemos ni al partido de Iglesias. Pero su presencia revoloterará durante el cónclave. La doble oposición al proyecto de Garzón se centra precisamente en el riesgo de que IU sea “absorvida” por Podemos. Entre las dos candidaturas han sumado un 25% de los apoyos de la militancia y tendrán una representación similar en los órganos.

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