José Zaragoza abandona la Ejecutiva del PSOE por su implicación en el escándalo de espionaje
El diputado del PSC y hasta este miércoles uno de los representantes catalanes en la Ejecutiva del PSOE abandona su cargo en la dirección del partido por el escándalo de espionaje de Método 3. La dimisión de Zaragoza ha trascendido a media tarde de hoy y ha sido comunicada a la dirección del PSOE a las ocho de la tarde.
Zaragoza, que fue secretario de organización del PSC, está señalado por las investigaciones policiales que pretenden aclarar el espionaje y grabación de una comida en la que participaron la dirigente popular Alicia Sánchez Camacho y la exnovia de Jordi Pujol Ferrusola en el restaurante La Camarga de Barcelona.
Según fuentes socialistas, la presión se ha hecho insostenible para el PSC, que ha exigido a Zaragoza que dimita y cargue con la responsabilidad que pudiera derivarse del resultado de las pesquisas policiales. Sin embargo, el PSC no ha aclarado a la dirección socialista si Zaragoza abandonará también su escaño en el Congreso. De hacerlo, perdería la condición de aforado de la que ahora goza.
El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha calificado este miércoles en una entrevista en la Cadena SER de “repugnante” el espionaje político, y ha añadido que, de confirmarse las indagaciones policiales, el PSC “tendrá que tomar decisiones”. Zaragoza fue el encargado de dirigir la campaña de Carme Chacón en su intento por hacerse con la secretaría general socialista.
Realizó dos encargos a Método 3
El Cuerpo Nacional de Policia señala a Zaragoza como origen de por lo menos dos encargos la agencia de detectives relacionados con el espionaje a políticos: la grabación de la conversación entre Alicia Sánchez Camacho y la exnovia de Jordi Pujol Ferrusola en el restaurante La Camarga y una investigación sobre el domicilio de Xavier Garcia Albiol, alcalde de Badalona.
Mientras los trabajos del Cuerpo Nacional de Policía cierran el cerco sobre la figura de José Zaragoza como demandante de los servicios de Método 3, las declaraciones ante el juez del director de la agencia sitúan a Alicia Sánchez-Camacho como conocedora con toda probabilidad de que su conversación estaba en La Camarga estaba siendo grabada.
Estas palabras, sumadas al hecho que el PSC encargó y pagó 1.750 euros por la grabación de La Camarga, han llevado al resto de formaciones políticas catalanas a pensar en un pacto entre PP y PSC para recabar información que pudiera servir de munición política contra CiU mediante el espionaje.