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El manual de instrucciones de León de Aranoa para ver a Podemos (casi) sin filtros

Fotograma de 'Política, manual de instrucciones' durante la Asamblea de Vistalegre.

Aitor Riveiro

La historia de Podemos se ha retransmitido en vivo y en directo. El partido que lidera Pablo Iglesias nació en televisión y ha hecho de su sobreexposición en redes sociales una de las palancas para mover la losa del bipartidismo. Se han escrito decenas de libros, miles de artículos. Pero Podemos había logrado mantener fuera de los focos algunos momentos fundamentales, y fundacionales. Hasta ahora.

Este viernes, a una semana de que arranque la campaña electoral, se estrena en los cines Política, manual de instrucciones, el documental dirigido por Fernando León de Aranoa que repasa el nacimiento, crecimiento y consolidación del partido hasta su culmen: las elecciones generales del 20 de diciembre. 500 horas de grabación resumidas en dos de metraje que disfrutarán sobre todo las personas que hayan seguido los pasos de la organización.

La película, producida por Mediapro y Reposado, huye del tono épico. El director, quizá temiendo las reacciones de los detractores, opta por mantenerse al margen lo máximo posible. Sin voz en off y con muy pocas referencias temporales se suceden pequeños episodios de la vida de Podemos, con especial hincapié en lo interno, en aquello que no suele verse: las reuniones en las que se define el argumentario, importantes sesiones de las direcciones estatales, debates ideológicos y estratégicos de fondo entre antagonistas, personas que desaparecen y otras que emergen. Algunas que sorprendentemente pasan de puntillas, pese a que han jugado un papel importante. Y dos figuras por encima de las demás: Pablo Iglesias e Íñigo Errejón.

Política, manual de instrucciones arranca durante la preparación de la asamblea ciudadana de Vistalegre, el gran hito fundacional de Podemos. Las cámaras de León de Aranoa no graban solo el ambiente. Entran en el backstage, en las salas donde los dos equipos que pugnaron por el control del partido diseñaron sus estrategias y las cambiaron para adaptarlas a los acontecimientos.

El filme recoge dos momentos muy concretos de Vistalegre y deja fuera la resolución de uno de ellos. El primero es cómo preparan Errejón e Iglesias el discurso inaugural y el debate sobre la necesidad de concluirlo con una frase que, temía Errejón, copara los titulares: “El cielo no se toma por consenso: se toma por asalto”.

Tras el discurso Errejón dice a Iglesias: “Ha hecho mucho ruido”; este le responde con ironía: “Hay que dejar alguna señal para los historiadores”. Y efectivamente, el parafraseo de Karl Marx ha acompañado a Podemos hasta la precampaña del 20D.

Enfrente, el equipo de Pablo Echenique y Teresa Rodríguez que quiso utilizar el carisma de Pablo Iglesias (el “macho alfa”) en su contra. El grupo de Iglesias reconoce el gol pero, inexplicablemente, León de Aranoa ha dejado fuera del metraje el discurso con el que el entonces líder de facto consiguió reconvertir una derrota en una victoria: el discurso 'sin aplausos' de Pablo Iglesias en el que pronunció la frase “soy un militante, no un macho alfa”.

El documental sirve también para que los más avezados puedan identificar esas figuras que, en toda estructura, aparecen o desaparecen. Quienes están al principio cerca del poder y en un momento determinado dejan de figurar. Y viceversa. Un ejemplo para el gran público es el del primer ministro griego Alexis Trispras. Fue uno de los invitados estrella en la proclamación de Pablo Iglesias como líder de Podemos un mes después de Vistalegre.

En un encuentro previo con Iglesias le dice: “Ha llegado el momento”. Y el español le responde: “Necesitamos que empieces antes que nosotros”. Pocos meses después Tsipras llegó al Gobierno y lo que ocurrió después empujó a Podemos a dejar de usar a Syriza como un referente.

La película repasa momentos críticos de Podemos. Como el escándalo fiscal de Juan Carlos Monedero. Fue cuando “en Podemos se nubló”, en palabras de Errejón. El sol no volvió a salir, siguiendo la metáfora, hasta meses después. Justo antes de las elecciones municipales y autonómicas de 2015, que sirvieron de revulsivo al partido.

Entre medias se desata el debate ideológico en la dirección estatal de Podemos. ¿Ha fallado la “hipótesis populista” de Íñigo Errejón? ¿La irrupción de Ciudadanos corta las alas a Podemos? ¿Tiene razón Juan Carlos Monedero? León de Aranoa dedica muchos minutos del documental a que el secretario político de Podemos explique su tesis.

La discusión, tensa, es recogida por las cámaras. Y reproducida con crudeza en las pantallas. Se pueden oír frases como “reformistas de mierda”. En primera persona. Monedero muestra su desencanto con la deriva de Podemos a lo largo de todo el filme. Ya no se siente parte del proyecto, al menos de cómo lo encara la dirección, y se ve más fuera de ella que dentro. Sus problemas con Hacienda, que fueron archivados por los tribunales después de que se utilizaran como arma arrojadiza incluso desde la mesa del Consejo de Ministros, no ayudan, y termina por dimitir.

La preparación de las autonómicas acelera el tempo del documental. La estrategia definida pone su punto de mira en los votantes del PSOE. ¿Cómo? Polarizando la campaña. PP o Podemos. Una dicotomía que se mantiene hasta hoy y que busca superar en votos a los socialistas; la única manera, explica Iglesias en pantalla, de lograr que pacten con ellos.

La velocidad aumenta. La película pasa rápido por el fiasco de las catalanas de septiembre de 2015, resuelve con un suspiro el fracasado intento de confluencia con Alberto Garzón previo al 20D y llega, casi sin tiempo, a las elecciones generales. El objetivo de Podemos cuando nació. La última estación del plano del tesoro definido en Vistalegre. Y el final lógico para el documental.

Lógico si los partidos no hubieran fallado a la hora de formar Gobierno y no se hubieran convocado nuevas elecciones. Y si no hubiera pasado todo lo que ha pasado desde enero. La destitución de Sergio Pascual o el acuerdo electoral con IU, por ejemplo. Y muchas más.

La película la cierra Juan Carlos Monedero con una frase que, sin contexto, puede interpretarse de muchas formas: “Podemos es un partido cuyo éxito es negarse a sí mismo”.

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