La extrema derecha ha vuelto a quedarse sola en el Congreso, esta vez con una ley con la que intentaban rebajar la edad penal a 12 años, como parte de su discurso contra los menores migrantes, a los que acusan sin pruebas de estar detrás de un supuesto aumento de los homicidios y la inseguridad.
La iniciativa solo ha recabado los 33 apoyos de Vox y ha encontrado la oposición de todo el bloque de investidura. El PP, que había defendido una reforma sobre este asunto, pero con “rigor” ha terminado absteniéndose.
Por Alberto Ortiz