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Crónica

El viaje a ninguna parte de Begoña Villacís

La vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, este miércoles

Carmen Moraga / Aitor Riveiro

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Fin del viaje a ninguna parte de Begoña Villacís. La vicealcaldesa anunció este miércoles que se queda en Ciudadanos después de cinco días de especulaciones a raíz de que el pasado viernes el diario El País publicara las primeras filtraciones sobre sus contactos con el PP. El objetivo de esas conversaciones era tantear su posible incorporación al partido de Alberto Núñez Feijóo. Pero tras un largo e inquietante silencio, que había hecho saltar todas las alarmas en la nueva dirección de Ciudadanos, la propia Villacís convocaba este miércoles una rueda de prensa en un hotel de Madrid para aclarar su futuro. Lo hizo después de que en los últimos días se abriera a concurrir a las elecciones municipales del 28 de mayo en otras formaciones políticas, listas electorales o alianzas al margen de su partido.

Pero finalmente Villacís seguirá en Ciudadanos y se presentará a las primarias –que comienzan este sábado– para optar a ser la candidata del partido a la Alcaldía de la capital. “Nunca me he propuesto al PP”, zanjó, antes de asegurar que “nunca” ha pensado en dejar su formación política, que se encuentra en pleno hundimiento en las encuestas tras los durísimos batacazos electorales de los últimos años, que le han dejado sin representación en comunidades tan importantes como Madrid o Andalucía. “No me puedo ir de Ciudadanos porque siempre he estado dentro”, insistió este miércoles.

“No me he movido un ápice de lo que llevo defendiendo desde hace años”, insistía, rodeada de una gran expectación. “Después de esta semana les puedo asegurar que si estaba convencida de que este espacio de centro y liberal es fundamental, hoy estoy más convencida que nunca”, aseguraba con una amplia sonrisa. Además, insistía en que “sobran las razones para que la gente confíe” en Ciudadanos, a pesar del desgaste de credibilidad que ha sufrido su imagen después de tantos dimes y diretes.

Villacís ha lamentado el “empeño” de algunos colegas de partido en “bajar al barro” y hacer un tipo de política con la que ella no está de acuerdo. “Mi círculo ha dicho muchas cosas, pero hoy hablo yo”, remarcaba, mientras ponía en valor su “lealtad” hacia el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, con el que gobierna en Madrid en coalición. Ella podría haber roto con el PP, ha advertido, y ser alcaldesa si hubieran sumado fuerzas Ciudadanos y la izquierda en el Ayuntamiento para presentarle una moción de censura. Pero Villacís decidió, dice, ser “leal” al regidor popular.

Para Almeida todo fueron parabienes durante la rueda de prensa. Pero Villacís no hizo mención a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, artífice de que se abortara cualquier operación de negociación con la dirigente de Ciudadanos, a la que no quiere ver en sus filas. “Lo mejor de Ciudadanos ya me lo llevé en 2021”, señaló el martes, sin aclarar si se refería a Toni Cantó, a su consejera de Cultura, Marta Rivera de la Cruz, o a la directora general de Igualdad, Patricia Reyes.

Sin embargo, el interés del PP estatal por Villacís ha sido evidente desde hace semanas. “Si llaman al timbre, les abrimos la puerta”, decían desde la dirección de Feijóo hace poco más de un mes. Aunque en realidad la opa del PP a Ciudadanos se inició en la etapa de Pablo Casado y Teodoro García Egea, antes de que ambos fueran defenestrados. Y no se detuvo cuando Feijóo aterrizó en la séptima planta del número 13 de la madrileña calle de Génova. Desde entonces, abril de 2022, 166 altos cargos del partido se integraron en el PP, según contabilizan ahora los conservadores.

La vicealcaldesa de Madrid se reunió en enero con Elías Bendodo, el 'número tres' de Feijóo. De ese encuentro trascendió que se había producido un ofrecimiento a Villacís para que se incorporara a las listas del PP. Pero la vicealcaldesa sostiene que nunca hubo tal oferta ni por su parte ni por la del PP. Solo se dieron, según ella, “conversaciones para intercambiar pareceres”.

El viernes, cuando se desató la polémica, la propia Villacís subió un vídeo a su cuenta de Instagram en el que reconocía que había trasladado a cargos de su partido la posibilidad de abrir el debate sobre aliarse con otras fuerzas políticas, señalando que la opción de integrarse en el PP como una “corriente interna” era “una de las miles” posibilidades que se estaban contemplando ante la inminencia de unas elecciones municipales y autonómicas que podrían suponer el final del proyecto de Ciudadanos.

Unas horas antes de la comparecencia de Villacís, el propio Feijóo alababa a la vicealcaldesa de Madrid durante una entrevista radiofónica. Pero el lunes Ayuso ya había dejado muy claro que el PP madrileño es suyo y que no quería con ella a la dirigente de Ciudadanos, y mucho menos para las listas de las elecciones autonómicas y municipales de mayo.

La respuesta de la dirección nacional no se hizo esperar. Si Madrid hace sus listas, “las del Congreso y el Senado las hace Génova”. De hecho, Feijóo ha dejado abierta la puerta a una futura incorporación. “Me gusta que la gente buena entre en mi partido”, añadió el líder del PP, que respondía así a las palabras de Ayuso, quien 48 horas antes desdeñaba la posibilidad de realizar más fichajes de la formación que se proclama “liberal”.

La reacción de la nueva dirección

La agitada semana tuvo su punto de inflexión el lunes, después de que la nueva portavoz política de Ciudadanos, Patricia Guasp, desautorizara públicamente a Villacís respecto a sus palabras sobre concurrir con otros partidos. En la rueda de prensa que ofreció tras la reunión del Comité Permanente –en el que ya no están ni Villacís ni la expresidenta del partido, Inés Arrimadas–, la nueva líder de Ciudadanos negó tajantemente que el partido se estuviera planteando ir en coalición con el PP a las elecciones de mayo. “No vamos a ir en coalición ni con el PP ni con el PSOE. Cumpliremos con el mandato que nos otorgaron todos los afiliados en la Asamblea General en la que se aprobó una nueva hoja de ruta, que es defender un espacio propio y liberal”, dijo. Guasp, visiblemente molesta con Villacís, convocó a la vicealcaldesa ese mismo día a una reunión en la sede nacional. Pero Villacís no acudió .

El martes, al finalizar el Pleno del Ayuntamiento de Madrid, Villacís convocó a Almeida en su despacho, donde mantuvieron una reunión de unos 15 minutos de la que no trascendió el contenido. Y desde entonces, Villacís mantuvo al partido en vilo.

Este miércoles, nada más conocer su decisión, la dirección de la formación se apresuraba a emitir un comunicado en el que mostraba su alivio y señalaba que no tenía “ninguna duda de que Villacís se presentaría bajo las siglas de Ciudadanos en las elecciones de mayo”. “Nuestra vicealcaldesa de Madrid es un gran activo de este partido, que es el único proyecto político liberal y reformista de España”. “Begoña y CS ha sido la única voz liberal en el Ayuntamiento de Madrid en los últimos 8 años y así seguirá ocurriendo después de este mayo”, destacaban.

La realidad vista por otros dirigentes del partido es que Villacís “ha jugado mal sus cartas” al ver que las encuestas internas la dejaban fuera del Ayuntamiento, y “ha medido mal los tiempos” porque su idea era abrir canales con el PP pero de cara más a las generales. “Se ha dejado enredar por Bendodo”, sostienen fuentes de la dirección, que ha vivido todo estos acontecimientos bajo una fuerte tensión.

Villacís no ha tenido más remedio que quedarse en un partido al borde de la extinción y en el que ha logrado enfadar a muchos de sus compañeros. Incluso a los que hasta ahora la respetaban.

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