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Vox aprovecha las revelaciones sobre el indulto a Puigdemont para intentar arañar votos al PP

Abascal saluda a un simpatizante tras el mitin del sábado en Santiago de Compostela.

Carmen Moraga

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Vox ha encontrado un filón en el inesperado giro que ha dado el guion político después de que la dirección del PP revelara el fin de semana que negoció con Junts la posibilidad de un indulto “con condiciones” a Carles Puigdemoont y estudió también “durante 24 horas” la viabilidad de la ley de amnistía. Se trata de dos medidas que hasta ese momento los dirigentes del PP no habían parado de criticar y rechazar mientras alentaban en la calle manifestaciones contra los planes de Sánchez en una abierta competición con el partido de Abascal, con el que mantienen una dura pugna por su electorado.

La 'bomba' informativa estalló justo cuando el partido de extrema derecha atravesaba un declive electoral que arrancó en las elecciones generales del 23 de julio del año pasado, en las que perdió 19 escaños. Aquel fracaso provocó en la formación una fuerte crisis interna que Abascal logró silenciar con la convocatoria anticipada de una Asamblea extraordinaria, diseñada a su medida, en la que fue aclamado por cuarta vez presidente de Vox, sin rivales y sin necesidad de votación.

A pesar de haber logrado frenar cualquier conato de rebelión y de presentarse de cara al exterior como un partido “unido”, la nueva dirección de Vox elegida por Abascal sabe que las aguas bajan revueltas, como se demostró pocos días después en Baleares, donde al final han conseguido reconducir la rebelión en el grupo parlamentario para asegurar la estabilidad del Gobierno del PP, con el que allí mantienen un pacto. Pero un nuevo tropezón electoral puede prender la mecha de nuevo.

Todo esto ha hecho que Vox afronte con una gran preocupación la cita del domingo con las urnas en Galicia, la única autonomía en la que no tiene representación y donde también un grupo de críticos ha puesto en cuestión la designación del líder de Pontevedra, Álvaro Díaz-Mella, como aspirante a la Xunta, un dirigente con baja popularidad entre los gallegos, lo que ha llevado a Abascal a confiar en su propio hiperliderazgo. Su presencia en la tierra de su “abueliña”, como el líder de Vox la ha llamado en varias ocasiones, está siendo constante, mutiplicándose en actos y mítines en los que los candidatos electorales figuran como teloneros. Prueba de ello es que en casi todos los carteles de la campaña la figura de Abascal es la que predomina e incluso a veces es la única que se puede ver.

Abascal denuncia una “campaña de acoso”

La formación de extrema derecha arrancó la precampaña y la campaña con todas las encuestas en contra, augurando que van a volver a quedarse fuera del Parlamento autonómico en el feudo indiscutible –al menos hasta ahora– de un PP cuyo aspirante a la Xunta, Alfonso Rueda, también ha contado con la inestimable ayuda de su antecesor y mentor, Alberto Núñez Feijóo, que le ha estado arropando todos estos días para paliar su escaso tirón e intentar, de paso, arreglar el fracaso que cosechó el día del debate en la televisión pública gallega, del que salió escaldado.

La exclusión de Vox de ese único cara a cara a cinco, en el que en cambio sí estuvieron Sumar y Podemos, indignó a la formación de extrema derecha, que no ha parado de denunciar una “campaña de acoso” contra ellos del resto de las formaciones políticas y de “invisibilización” por parte de los medios de comunicación. Aquel 'pinchazo' de Rueda causó una indisimulada satisfacción en Vox. A Abascal le faltó tiempo para sentenciar que “cuando Vox no está en los debates, el PP sale mal parado” ante una izquierda que se lo “come”. Feijóo entonces redobló su presencia en Galicia para salir al rescate de su candidato con la vista puesta en las áreas rurales de Galicia donde el PP siempre ha gozado de gran predicamento y son claves en el reparto de escaños.

Para contrariedad y enfado de Abascal, los dos dirigentes conservadores no han parado de insistir en el “voto útil” para desactivar a Vox y poder afianzar la mayoría absoluta el 18F. La secretaria nacional de Interior del PP y diputada gallega, Ana Vázquez, ha llegado más lejos y directamente ha hecho un llamamiento a los fieles de Vox a no desperdiciar apoyos y a que “unan los votos que quedarán huérfanos sin representación en Galicia”. “Si dividimos, gana el BNG”, ha advertido, alertando de que es el verdadero 'enemigo' a combatir. El miedo a que los nacionalistas puedan gobernar la Xunta con el PSOE ha obligado a los de Feijóo a lanzar todo su artillería pesada contra la candidata, Ana Pontón, a la que han comparado con Otegi en un vídeo que en el BNG se han tomado a chirigota.

Al inicio de la contienda, la consigna de los dirigentes del PP era no nacionalizar en exceso la campaña para intentar así que los mensajes fueran netamente autonómicos, por lo que la concesión de la amnistía y los acuerdos de Sánchez con Junts, aunque también han servido de ariete contra el PSOE, no fueron el eje de los discursos de Feijóo, ni mucho menos de Rueda, que ha estado más centrado en los problemas de su tierra.

La estrategia al principio les funcionó y el PP se mantenía imparable en todos los sondeos publicados por los medios de comunicación, los mismos que coincidían en dejar fuera del Parlamento a la formación de Abascal. Todos menos el CIS, que ya en su barómetro del 5 de febrero dejaba la puerta entreabierta a un Gobierno de izquierdas gracias al ascenso del BNG, pese al estancamiento del PSOE. Vox seguía quedándose fuera.

La “estafa” de Feijóo

Pero el terremoto que el pasado sábado causaron las revelaciones de un alto cargo del PP a un numeroso grupo de periodistas de distintos medios –entre ellos, elDiario.es– sobre las conversaciones que había mantenido Feijóo con Junts –y según confirma ahora, también con ERC–, cambiaron las tornas. Al día siguiente, en un acto en Sarria (Lugo), el líder del PP intentó matizar de cara a su electorado esos contactos que realizó tras las elecciones del 23 de julio con los nacionalistas catalanes para sondear su apoyo, directo o indirecto, a su investidura, que finalmente fracasó.

El líder de Vox, a pesar de que también ha asegurado que el PP no es “el rival” de su formación en estas elecciones sino el BNG, no tardó en revolverse contra Feijóo por su cambio de postura sobre la ley de amnistía y el posible indulto “con condiciones” a los líderes independentistas del procés. Le acusó de realizar “un grave insulto a los españoles”, y en la primera oportunidad que tuvo, aseguró en su cuenta de X que “si no existiera Pedro Sánchez el señor Feijóo acabaría de protagonizar la mayor estafa al electorado jamás realizada en España”.

El lunes, tras la resaca del agitado fin de semana para el PP y los esfuerzos de toda la cúpula de Génova por dar la vuelta a esas confesiones ante los periodistas, Abascal decidió protagonizar la rueda de prensa en la sede de Vox para cargar a sus anchas contra Feijóo, contra el que vio un claro flanco por donde debilitarle.

“Esperamos que haya muchos votantes en Galicia que apuesten por un partido que no está dispuesto a mentir a los españoles y que haya muchos gallegos que se decidan a apostar por una fuerza política que defiende la ley y el orden”, señaló, para añadir que le parecía “muy grave” que Feijóo se hubiera planteado siquiera ese pacto “con un partido responsable del empobrecimiento de Catalunya, de la destrucción de la convivencia entre catalanes y del intento de liquidar la convivencia nacional, el orden constitucional y la unidad nacional”.

“A nosotros no nos pillan un solo segundo planteándonos una ley de amnistía ni poniendo condiciones para unos indultos absolutamente inaceptables. Y, desde luego, no nos pillan estafando a los españoles, convocándoles un día a movilizaciones contra los indultos, contra la amnistía y contra el Gobierno del golpe a la Constitución y al día siguiente pactando con el Gobierno del golpe a la Constitución, repartiéndose las comisiones del Congreso, reformando la Constitución y estando dispuestos a llegar a un acuerdo de renovación del Poder Judicial pidiendo para ello un mediador extranjero”. “A nosotros no nos pillan en eso, no nos pillan mintiendo ni estafando a los españoles”, contraatacó el líder de Vox.

El martes la formación de extrema derecha cargaba de nuevo en las redes sociales contra Feijóo, denunciando su 'doble juego' y pidiendo al PP que “si no va a hacer oposición al golpe”, “se echen a un lado”.

Este mismo lunes el CIS entregaba su útimo trabajo sobre las elecciones en Galicia, que se celebran este domingo. Y a cuatro días para el cierre de campaña, el barómetro vaticina que el PP puede perder la mayoría absoluta –establecida en 38 escaños– y la izquierda, alcanzar un acuerdo para un Gobierno encabezado por la líder del BNG, Ana Pontón, lo que supondría un histórico cambio en la Xunta, que pasaría a estar dirigida por primera vez por una fuerza nacionalista y con una mujer al frente.

No obstante, el estudio estima que los populares van a ser la fuerza más votada, con el 42,2% de los votos, que se traducirían en entre 34 y 38 diputados. Si Rueda no alcanza esa mágica cifra de los 38 escaños, necesitaría a Vox y/o a Democracia Orensana –el partido de nuevo cuño del polémico alcalde de esa ciudad–, dos fuerzas a las que en esta ocasión el instituto público de demoscopia sí da posibilidades de obtener representación.

Ante estas perspectivas, Abascal va a echar el resto en los escasos días que quedan de campaña en Galicia, que Vox cierra este viernes a las 19.30 horas en A Coruña, con otros dos asuntos en el punto de mira, además del giro de Feijóo, que no van a olvidar: la exigencia de que dimita Marlaska por la muerte de dos guardia civiles en Barbate tras perseguir a unos narcotraficantes y las revueltas de los agricultores. En Vox señalan al Gobierno de Sánchez como principal culpable.

Además, confían en contar con la ayuda del voto del exterior, que, según el Censo Electoral de Residentes Ausentes (CERA), representa un total de 476.515 electores. De esa cifra, un tercio de ellos reside en Argentina, un país que votó mayoritariamente al ultraderechista Javier Milei, firmante de la Carta de Madrid impulsada por la Fundación Disenso, y amigo de Abascal. El nuevo dirigente argentino ha mostrado en diversas ocasiones su respaldo a la formación y lo ha hecho también ahora en Galicia.

Los votantes de Milei pueden ser decisivos en las elecciones de Galicia del #18F. Animamos a todos los votantes gallegos de Milei a elegir la papeleta del partido por el que apuesta, Vox”, ha escrito la formación de extrema derecha en las redes sociales.

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