Un anuncio para presumir de políticos honestos

¿Tiene lógica contratar a políticos para vender refrescos? Coca Cola acaba de hacerlo. La última campaña de la multinacional de bebidas para promocionar el consumo de su marca Aquarius en España tiene a los políticos y a la política como protagonistas.

Según reza el propio spot, “Aquarius rinde un homenaje a los políticos”. La frase con la que arranca el vídeo publicitario está impregnada de ironía y viene sucedida de escenas en las que el público de un cine abandona la sala despavorido tras ver los primeros segundos de metraje del anuncio.

A continuación, Coca Cola se centra en tres alcaldes de diferentes poblaciones españolas para demostrar que no todo es malo en política.

La primera estrella del spot es Pedro Garde, alcalde del PP en Sisante (Cuenca). Garde fue uno de los más rotundos activistas contra el cierre de urgencias hospitalarias anunciado por Maria Dolores de Cospedal. Ante el riesgo de perder atención médica para sus vecinos, el alcalde anunció que los miembros de la Corporación se quitarían el sueldo para costear un médico para los vecinos.

Tras el regidor del PP, el turno es para Elena Biurrun, alcaldesa de Torrelodones (Madrid) de quien el spot destaca que renunció a su coche oficial para recortar gastos. Además, prometió que se bajaría el sueldo un 20%. Biurrun, que se presentó como independiente, llegó a ser objeto de las alabanzas del Wall Street Journal por su impulso a la participación ciudadana como método de gobernanza municipal.

El tercero de la lista se llama Ramón Marí y es alcalde de Albal (Valencia). Los publicistas nos presentan a Marí (PSOE) caracterizado como un aguerrido defensor de los débiles en una especie de Far West que inmediatamente hace pensar en el desierto de Almería. Este regidor del PSOE tiene en su currículum haber sido de los primeros en denunciar la corrupción que rodeó el caso Emarsa. Marí ha anunciado que el dinero que le han entregado por participar en la campaña publicitaria lo donará a una asociación de lucha contra el cáncer.

Parece lógico deducir que Coca Cola ha considerado refrescante revindicar a quienes hallan defendido la sanidad pública y luchado contra el despilfarro y la corrupción como eneganche para la función fundamental de la compañía: vender bebidas.