Sevilla aspira a rehabilitar Los Pajaritos y a dejar de emitir 76.400 toneladas de CO2 al año con los fondos europeos de la Covid

Fachada del Ayuntamiento de Sevilla

Antonio Morente

18 de diciembre de 2020 16:20 h

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Sevilla ha hecho los deberes y ya le ha escrito su particular carta a los Reyes Magos, que en estos tiempos de pandemia vienen de Bruselas y en vez de camellos van a lomos de los fondos extraordinarios de reactivación que el Consejo de Europa aprobó en julio, los que se han dado en llamar Next Generation. En su misiva, el Ayuntamiento hispalense ha presentado 90 proyectos por valor de 1.400 millones que no sólo generarían 24.000 empleos, sino que adelantarían en varios años iniciativas que la ciudad se había marcado con vistas a 2030.

A España llegarán más de 70.000 millones con cargo a estos Next Generation, y ahí quiere pescar Sevilla la financiación para poner en marcha medidas que, por ejemplo en el ámbito de la movilidad, supondrían reducir en 76.400 toneladas las emisiones de CO2 anuales, incorporando autobuses municipales (hasta un 25% de la flota de Tussam) y taxis eléctricos. También se quiere dinero para la rehabilitación integral de Los Pajaritos, un proyecto ya redactado para cambiar toda la barriada pero que ahora es imposible con los fondos que le pueden destinar tanto el Ayuntamiento como la Junta.

El alcalde hispalense, Juan Espadas (PSOE), considera que la cantidad de dinero que puede llegar es tan “bárbara”, tan “impensable”, que obligará incluso a “cambios en los procedimientos de contratación administrativa”. Entre las medidas que aspiran a esta financiación está la ampliación del tranvía a otras zonas más allá de la prevista conexión con Santa Justa o la construcción de tres grandes aparcamientos disuasorios para no meter el coche en la ciudad, que se ubicarían en la estación de Cocheras del Metro, en Torreblanca y en Cartuja.

Residuos y peatonalizaciones

Se plantea también una nueva planta metropolitana de tratamiento de residuos, la instalación de paneles solares fotovoltaicos en edificios municipales, colegios e inmuebles privados o la construcción de ascensores en bloques antiguos de viviendas. Y no podían faltar las peatonalizaciones, 15 kilómetros en total, cuatro de ellos en el casco histórico: los eje Este/Oeste y Norte/Sur, además de la senda turística para conectar Marqués de Contadero, Maestranza, las Atarazanas y la Catedral.

Más novedosas son otras iniciativas en el ámbito urbano, como la bautizada como Sevilla Nodos de Barrio, que consiste en replicar en los distritos el modelo del centro de la ciudad a pequeña escala, de modo que los barrios sean autosuficientes en muchos aspectos “y se dé servicio a los ciudadanos en su entorno para que así no tengan que desplazarse por el centro a satisfacer sus necesidades”. Es, detalló Espadas, lo que se conoce como Modelo de Supermanzanas que ya puso en marcha Barcelona, una apuesta por ejemplo por el comercio de proximidad que reducirá los traslados a otras zonas y con ello se ahorrarán emisiones contaminantes.

Última milla descarbonizada

Otra iniciativa llamativa es la que gira en torno a la idea de última milla de distribución comercial descarbonizada. ¿En qué se traduce esto? Pues en habilitar dos grandes espacios, uno junto a la ronda histórica y otro en la zona Plaza de Armas/Marqués de Paradas, que sirvan de base para abastecer al centro y a Triana. En estos entornos se restringirá el tráfico, se potenciará el transporte público y la carga y descarga tendrá que hacerse con vehículos eléctricos.

Se proponen también más carriles bici, más espacios de sombra o acelerar la recuperación de las zonas de transformación social, además de implantar en otros puntos el modelo de El Greco de reutilización de agua. En definitiva, que la ciudad gane “en calidad de vida y en ecología”, ya que se está ante un momento que “puede ser enormemente transformador”.

En la presentación de estas propuestas, sentado junto al alcalde, estuvo el portavoz municipal de Cs, Álvaro Pimentel, para escenificar una vez más la alianza entre ambas formaciones que, por ejemplo, ha permitido alumbrar el presupuesto para 2021. “Se han hecho los deberes correctamente”, subrayó Pimentel, y es que todas las propuestas se han tenido que poner en pie en menos de un mes, algo a lo que ha ayudado que se ha tirado bastante del Plan Estratégico 2030.

¿Qué ocurrirá si no se consigue la ansiada ayuda europea para todos estos proyectos? Pues, según Espadas, “se buscará financiación por otras vías”, y es que “éstos son los proyectos que necesita la ciudad” para su recuperación económica y para su transformación digital y ambiental. Con ellos, “se conseguirá una buena foto de lo que Sevilla debería tener en 2030 para ser la ciudad que queremos”.

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