Unas instalaciones más dignas para acoger a los gatos que se recogen de la calle en Sevilla
No es la solución definitiva, pero sí al menos un paso importante para mejorar las condiciones de los gatos recogidos de la calle en Sevilla. El Zoosanitario municipal (ahora se llama Centro Municipal de Protección y Control Animal de Sevilla, pero sigue siendo más conocido por su nombre histórico) va a contar con espacios habilitados de forma específica como gateras, unas obras que empezarán a finales de este mismo año y que supondrá dignificar el trato que reciben estos animales.
Y es que en la actualidad, al carecer de estas instalaciones, se mete a los gatos en jaulas en unas habitaciones cerradas. El Zoosanitario ya dispuso una mejora en esta línea para los perros, pero quedaba la tarea pendiente de los gatos y para ello la Gerencia de Urbanismo ha realizado un anteproyecto cuyas obras, en principio, arrancarán antes de finales de año.
Un diseño ajustado a las necesidades
“Las gateras las vamos a hacer sí o sí”, señalaba el delegado municipal responsable de este área, que no es otro que el de Bienestar Social, Empleo y Planes Integrales de Transformación Social, Juan Manuel Flores. Un detalle: para que las instalaciones se ajusten de la mejor manera posible a lo que necesitan los gatos, los técnicos de Urbanismo las han diseñado tras “visitar entornos de referencia” y mantener contactos con entidades animalistas.
El anuncio lo hacía el delegado en la Comisión de Control en respuesta a varias cuestiones planteadas por Adelante Sevilla. Su portavoz, Susana Muñoz, había reclamado de manera previa estas gateras para que los felinos “tengan un espacio amplio en el que puedan moverse, con zonas cubiertas y otras en las que puedan estar al sol, que no estén encerrados en un cuarto como ahora”.
No capturar en las colonias controladas
Buena parte de las cuestiones que planteó Serrano se centraron en los gatos ferales que viven en colonias controladas, reclamando que los servicios municipales no los saquen de allí porque ese es su hábitat y además “no son adoptables”. Flores se comprometió a que “los únicos motivos” por los que se retirarán de estos enclaves sean que el animal esté enfermo o que “pueda significar un riesgo potencial para la salud humana” si, por ejemplo, hay una plaga de pulgas. Estas últimas actuaciones, por cierto, normalmente se llevan a cabo en respuesta a la denuncia de un colectivo o particular.
También hubo consenso en que las personas que se encargan de controlar y alimentar estas colonias deben contar con una identificación específica que les facilite este trabajo “y que los vecinos no los vean como alguien incómodo”, señaló Serrano. Flores considera que esta opción ya se recoge en la ordenanza municipal de Protección, Bienestar y Tenencia Responsable de Animales, concretamente en su artículo 16, y que son las propias entidades animalistas las que pueden acreditar a sus voluntarios, pero abrió la puerta a habilitar un modelo de identificación.
Apuesta real por el método CER
Con respecto a las colonias de gatos, las entidades animalistas insisten en que la mejor opción siempre va a ser el método CER, que consiste en la captura del animal, su esterilización y el retorno a este hábitat, un servicio que cada vez más municipios prestan con sus propios recursos. Desde el Consistorio se apunta que el primer paso ya se ha dado con la inclusión de esta fórmula en la ordenanza, aunque en Sevilla corre por cuenta de organizaciones y particulares.
El gobierno local lo que sí hace es sacar subvenciones dirigidas a estas asociaciones para, entre otras cuestiones, implantar el método CER. La anualidad correspondiente a 2021 cuenta con una dotación de 14.000 euros y está prevista su publicación dentro en el actual trimestre.
Un censo de colonias ferales
A vueltas con las colonias ferales, Susana Serrano reclamó también la realización de un censo de las existentes en la ciudad, a lo que Juan Manuel Flores replicó que ya existe. Esto, subrayó, fue lo que permitió que trabajadores del Zoosanitario alimentasen a estos animales durante la fase inicial del confinamiento, hasta que se dio permiso para que se encargaran los voluntarios.
En última instancia, y en lo que fue un debate de guante blanco, Adelante Sevilla reclamó más recursos y más personal para el Centro de Protección y Control Animal para que, por ejemplo, pueda abrir los sábados por la mañana y así incentivar las adopciones. Flores admitió que para eso hace falta un mayor apoyo desde Recursos Humanos o la modificación de los calendarios laborales, algo que confía que “sea una realidad a no muy largo plazo”.
Compromisos pendientes
Serrano recordó que la ordenanza municipal contempla mejoras que no se han desarrollado, algo que el delegado reconoció pero de lo que culpó a la paralización impuesta por la pandemia, y es que la norma municipal se aprobó definitivamente justo la semana antes de decretarse el confinamiento. “Queda camino por recorrer”, abundó, aunque garantizó que “es un tema que preocupa porque una seña de identidad de una sociedad civilizada es el respeto a la vida animal”.
La portavoz de Adelante Sevilla, por su parte, ya se había adelantado con una afirmación similar al apuntar que “una ciudad mide su grado de desarrollo y humanidad en cómo trata a los animales”. Lo dicho, lo de la Sesión de Control más que un debate fue un diálogo en el que ambas partes coincidieron en casi todos los puntos, la cuestión ahora es ir concretando lo mucho que ahí se habló. Los gatos, y el resto de animales de la ciudad, serán los primeros en agradecerlo.
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