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Educación quiere aumentar la presencia de las empresas en la Formación Profesional

Un profesor explica a unos alumnos de formación profesional el funcionamiento de una máquina.

Laura Galaup

La ministra Isabel Celaá llegó al Gobierno de Pedro Sánchez dispuesta a modificar el currículum y las certificaciones de la Formación Profesional. De hecho, para poner en el centro del debate político colocó esta cualificación en el nombre del Ministerio. Su departamento está trabajando en un cambio normativo para modificar esta etapa educativa apostando por “una FP menos rígida y menos burocrática, donde la empresa esté presente”.

Celaá ha explicado en un encuentro con medios de comunicación que aboga por la inserción de las compañías privadas “desde el principio del recorrido” para contribuir a la “identificación del perfil profesional”. En la reforma que está elaborando Educación, desde el Ministerio consideran prioritario reducir el número de años que se dediquen a la elaboración de las titulaciones para responder cuanto antes desde la administración a las necesidades del mercado laboral. Según ha detallado, actualmente este periodo de trabajo en nuevas cualificaciones se extiende durante cuatro años. “Si lográramos llevarlo a la mitad, sería un éxito”, ha incidido la ministra.

Estas propuestas también recogen que la empresa influya en las calificaciones de los alumnos, ya que planean que las compañías elaboren un informe del alumno sobre las prácticas desarrolladas en la empresa. “Se tendrá que valorar que sin un informe positivo de la empresa no se consiga el título”, ha añadido. Educación estima que estas reformas podrán ser aprobadas en el 2019. estar ya implantadas

Combatir el abandono escolar

Con estas medidas Educación trata de combatir la elevada tasa de abandono escolar. En el documento que elaboró el Ministerio con las propuestas para la modificación de la Lomce se apuntó a esta normativa, impulsada por el Gobierno del Partido Popular, como una de las desencadenantes del “alto número de repetidores”. En nuestro país la tasa española de abandono escolar temprano duplica la de la UE y el porcentaje de alumnos repetidores triplica la media de la OCDE.

Teniendo en cuenta estos datos, desde el Ejecutivo de Pedro Sánchez consideran que la reforma de la Lomce que están elaborando debería contribuir a que la repetición sea el último recurso que el sistema educativo plantee a los estudiantes. “Utilizaremos todos los servicios del centro para acompañar al alumno y evitar la repetición”, ha incidido Celaá, que también ha planteado que con la Ley Wert “aumentó la repetición”.

Para incentivar que estos alumnos no abandonen las clases, entre las propuestas enviadas a la comunidad educativa optaron por “establecer un plan de repetición individualizado para aquellos alumnos que, excepcionalmente, precisen esta medida”. “Si alguna persona repite, tendrá un tutor que realizará un acompañamiento. Modificaremos el sistema para reducir el número de repetidores”, ha planteado.

Una prueba en la FP Básica

Asimismo, Celaá propone que los alumnos que están cursando la Formación Profesional Básica – una docencia que se oferta a jóvenes que han cumplido 15 años y que tienen dificultades para terminar la Secundaria – puedan obtener el título de la ESO “presentándose a una prueba”. En un principio la Lomce preveía que los alumnos que quisieran obtener el título de la ESO tendrían que  examinarse al terminar el curso de la reválida diseñada para 4º de Secundaria.

Sin embargo, según informó el equipo del exministro Íñigo Méndez de Vigo, una vez que esa prueba fue derogada, los estudiantes de FP Básica sí que podían obtener esa titulación sin tener que examinarse. Los encargados de decidir si lo consiguen es el equipo docente que ha trabajado con los alumnos durante el curso, valorando el resultado del aprendizaje en una evaluación final. Celaá no ha detallado en qué consistiría la prueba que prevé que tendrían que pasar estos alumnos para obtener la titulación de Secundaria.

Por otro lado, la ministra también ha defendido que el título de Bachillerato se obtenga con una asignatura suspensa, tal y como recoge el documento que envió a la comunidad educativa. “Obedece a la lógica”, ha defendido. Además, ha planteado que esta medida ya se “venía haciendo en las juntas de evaluación”. Si las propuestas planteada por Celaá se acaban aprobando en Consejo de Ministras, vendrá ya determinada por ley.

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