Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
Israel se prepara para una ofensiva en Rafah mientras el mundo mira a Irán
EH Bildu, una coalición que crece más allá de Sortu y del pasado de ETA
Opinión - Pedir perdón y que resulte sincero. Por Esther Palomera

Sanidad incorpora dos nuevos medicamentos para aplicar como último recurso en pacientes graves de COVID-19

Laboratorio de coronavirus del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC). / Álvaro Muñoz Guzmán, SINC

Raúl Rejón

27

La Agencia Española del Medicamento ha admitido el uso de dos productos ya existentes como remedio de último recurso para pacientes de COVID-19. Se trata de dos moléculas diseñadas para tratar enfermedades raras denominadas Ruxotinilib y Siltuximab.

La Agencia ha añadido estos dos fármacos para “uso compasivo” lo que significa que se permite administrarlos antes de obtener una autorización completa para los enfermos que no responden a otro tratamiento y cuya vida está en peligro por la infección. Un último recurso.

En una enfermedad como la COVID-19, que tiene una existencia de meses, “no existen evidencias que permitan recomendar un tratamiento específico”, como indica Sanidad. La búsqueda se está llevando a cabo por todo un espectro de medicinas: antivirales, antiinflamatorios, supresores del sistema inmune...

Al igual que otras medicinas que han saltado a la palestra como la hidroxicloroquina, estos dos fármacos se diseñaron, autorizaron y prescriben actualmente para otras enfermedades. Sin embargo, han sido utilizados experimentalmente en Italia en enfermos graves infectados con el SARS-Cov-2 y han mostrado resultados positivos. De ahí que, ahora, si los médicos consideran oportuno, puede recurrirse a ellos en España.

El Ruxotinilib es una sustancia indicada para enfermos de mielofibrosis y policitemia a los que se les agranda el bazo. Ambas patologías están relacionadas con una alteración de la médula ósea. La primera impide que se produzca la cantidad normal de células sanguíneas y la segunda implica que se crean demasiados glóbulos rojos (que espesan en exceso la sangre).

Utilizado en el hospital de Livorno (Italia), se aplicó a pacientes con un cuadro grave que iban encaminados hacia su ingreso en la UCI y la necesidad de respiración asistida. Ocho enfermos frenaron esa evolución y no tuvieron que pasar a cuidados intensivos. Se trata de un grupo minúsculo, por lo que es preciso ampliar los estudios sobre Ruxotinilib, que es propiedad de la farmacéutica Novartis y se comercializa con el nombre Jakavi.

La otra molécula, el Siltuximab, se ha utilizado en pacientes graves de COVID-19 y está en un ensayo clínico desarrollado en el hospital Papa Juan XXIII de Bérgamo (ciudad especialmente golpeada por la pandemia). Este fármaco está autorizado para tratar la enfermedad de Castleman multicéntrica (un trastorno poco frecuente que involucra el crecimiento excesivo de las células de los ganglios linfáticos).

El ensayo incluye a 25 pacientes con complicaciones respiratorias graves, de los que el 76% estabilizaron su condición o mejoraron, según los datos preliminares. La idea de recurrir a este producto se basa en que previene la respuesta sobredimensionada del sistema inmune que, según las primeras evidencias, está detrás de los casos más graves de neumonía en enfermos de COVID-19. La llamada tormenta de citoquinas. Si este medicamento confirma sus efectos, permitiría dar tiempo a los pacientes para recobrar la función pulmonar e ir abandonando las unidades de cuidados intensivos.

El fármaco contra el ébola gana terreno

Este jueves, otro de los candidatos a convertirse en tratamiento general para la COVID-19, el Remdesivir, recibió un impulso del estudio que realiza la Universidad de Chicago en un hospital de la ciudad estadounidense. De los 125 pacientes escogidos, casi todos recibieron el alta, según sus conclusiones iniciales.  

El Remdesivir, diseñado para luchar contra el ébola aunque no había completado el proceso de autorización todavía, está siendo probado en todo el mundo. En España, donde se había aplicado mediante el uso compasivo, se llevan a cabo cinco ensayos clínicos con esta sustancia que es propiedad de la empresa Gilead. La farmacéutica vio cómo sus acciones se dispararon en bolsa tras conocerse estos primeros datos.  

Etiquetas
stats