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ENTREVISTA | Pamela Palenciano

La activista señalada por Vox: “Si no nos quieren en la Asamblea de Madrid, nos tendrán con el monólogo a sus puertas”

Pamela Palenciano.

Marta Borraz

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Pamela Palenciano lleva unos cuantos días sin dejar de atender el teléfono. La Asamblea de Madrid ha cancelado su monólogo No solo duelen los golpes, que estaba previsto a propuesta de Unidas Podemos para este miércoles 29 de enero. La presidencia de la institución, ostentada por Ciudadanos, ha justificado su decisión aduciendo que no están permitidas “las representaciones teatrales” en este espacio y porque la solicitud no se corresponde con lo anunciado por el partido que la invitó.

Palenciano, que recorre centros escolares, ha sido utilizada por Vox como punta de lanza en su defensa del veto parental en las aulas. Las cuentas oficiales del partido en redes sociales colgaron un trozo descontextualizado de una de sus intervenciones y, a partir de entonces, los insultos y las críticas que ya lleva un tiempo soportando se intensificaron. Los ataques que ha sufrido y la decisión de la Asamblea de Madrid de cancelar su actividad han desatado una ola de apoyo que se concretará en una concentración y un evento en el Teatro del Barrio (Madrid) bajo el lema #MenosPINMásPAM.

¿Qué le ha parecido la decisión de la Asamblea de Madrid?

Pues me parece ya el colmo de los colmos. Pensaba que con lo que había pasado la semana pasada, ya había sido suficiente. Ir allí era un acto simbólico para proponer que vieran el monólogo quienes tanto lo habían criticado. No me esperaba a los miembros de Vox viéndome en primera fila, pero estar en ese espacio era también una forma de reivindicar que el feminismo tiene que estar en estos espacios. Han argumentado que no se pueden hacer representaciones teatrales, pero yo puedo hacer el monólogo solo con una silla y nada más. Para mí es una excusa, porque no van a decir abiertamente que me vetan.

¿De dónde piensa que viene la negativa?

Me pusieron en el centro con el tema del pin parental, fui su arma arrojadiza. Así que creo que dejar que me meta ahora en la Asamblea de Madrid sería incongruente para ellos desde la posición política que han defendido, que ha sido de ataque o de silencio.

Al final va a representarlo a las puertas de la institución, donde se ha convocado una concentración de apoyo.

Sí, si no nos quieren dentro de la Asamblea de Madrid, estaremos en la calle, a las puertas. Hemos hecho el monólogo muchas veces en la calle, no hay problema. Es más por una cuestión reivindicativa y no solo por mí, sino por todas. El  veto parental es un ataque al feminismo, a los derechos humanos, a la igualdad. Así que aunque esté yo en los carteles, es un acto en defensa de que estos valores tienen que estar en las aulas. 

Este señalamiento público que ha sufrido, ¿ha traído consecuencias a la hora de hacer el monólogo?

Pues precisamente esta misma mañana he ido a La Cabrera (Madrid) a hacer el monólogo ante alumnas y alumnos de 3º de la ESO. De los 100 chicos y chicas que iban a venir, al final han venido 91 porque hay nueve familias que han comunicado al instituto que no querían que sus hijos e hijas estuvieran. Les han intentado explicar que la LOMCE recoge la importancia de trabajar estos contenidos en el aula, pero nada. Yo creo que puede haber algunas familias con posicionamientos ideológicos muy fuertes en este sentido, pero también que la mayoría no, que es más bien por el miedo que se ha creado porque soy 'la de la tele de la semana pasada', que es lo que han dicho.

El tema de no autorizar a los niños y niñas acudir a estas charlas nunca se debatió en los debates de política educativa. Es un problema que no existía.nunca se debatió en los debates de política educativa.

Eso es. A mí lo que me ha pasado hoy no me había pasado en 16 años que llevo haciendo el monólogo. Al final, lo que están consiguiendo es que el miedo, la sospecha y el recelo se extienda. No sabemos si entre esas nueve alumnas o alumnos que no han venido, había alguna chica que estaba enfrentándose a una situación como la que yo narro. Y claro, es una oportunidad perdida.

Se está hablando mucho de 'No solo duelen los golpes', que lleva 16 años representando en centros escolares, teatros, centros sociales...¿Qué es lo que cuenta?

Parte de la relación de violencia machista que sufrí con mi primer novio, pero en realidad es un pretexto que me lleva a analizar la desigualdad. Contarlo en primera persona ayuda siempre a que otras personas se identifiquen. El objetivo es analizar por qué llegué ahí, a esa relación, que no fue algo casual, sino que es parte del sistema patriarcal y machista. Yo lo que cuestiono en el monólogo es que lo que me pasó, me pasó por ser mujer, no por ser de un pueblo de Jaén o tener 12 años, sino que hubo un sistema que me educó, de la misma manera que educó a mi exmaltratador, en que el amor son celos, control y sumisión.

¿Cómo suele reaccionar el alumnado?

Muchas chicas empiezan primero abriendo la boca como si estuvieran diciendo 'dios mío, me estás contando mi vida'. Otras terminan llorando. Muchas se me acercan y me dan las gracias o me cuentan sus propias historias y me dicen que les ha ayudado, que le han puesto palabras a lo que estaban viviendo. Precisamente es lo que busco con el monólogo: que reciban lo que yo necesité recibir en un momento de mi vida. También hay chicos que se incomodan y algunos incluso se ven reflejados y reconocen que no quieren ser así. 

El señalamiento se ha intensificado en los últimos días, pero lleva siendo objeto de críticas en redes mucho tiempo. ¿Cómo lo afronta?

De esta forma, lo sufro más o menos desde hace tres años, cuando empecé a notar que una opinión personal estaba empezando a convertirse en colectiva. Y de repente veía que muchos usuarios me mandaban a la vez mensajes privados. Me llegaron a denunciar dos veces y en ambas ocasiones la denuncia se archivó. Ahora me he encontrado con que Vox me ha expuesto de esta manera y todo esto ha ido in crescendo. Me dicen barbaridades, de 'feminazi de mierda' para arriba. Y los que antes me lo decían en privado, ahora me lo dicen en público porque sienten que hay una ideología que les respalda. 

He estado yendo a sitios pensando en que a lo mejor esta gente puede estar a las puertas de un lugar y hacerme un escrache, gritarme... Ahora mismo no tengo miedo por mi integridad física, pero sí temo por lo que me suceda más adelante, cuando todo esto se pase... Lo bueno es que el apoyo ha sido muy grande, tengo a mucha gente arropándome y con eso me quedo. 

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