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El fin de semana que reconectó la indignación

Pancarta frente al Ayuntamiento de Madrid.

Bernardo Gutiérrez / Bernardo Gutiérrez

Madrid —

Nadie esperaba una nueva manera blanca. Nadie esperaba que la sociedad civil española irrumpiese de forma masiva en el tablero de juego entre el Gobierno español y el Govern catalán. Nadie esperaba un desborde narrativo. Ni creaciones gráficas virales llamando al diálogo. Góngora y Quevedo con dos hashtags en la boca: #parlem, #hablemos. Un pantallazo del traductor de Google que revela que “Amor” se dice igual en catalán y en castellano.

Hace una semana no entraba en los pronósticos ver a madrileños vestidos de blanco en una abarrotada plaza de las Cibeles. Madrileños sin banderas. Gritando en catalán (“volem parlam”). Bailando sardanas. Escenas similares tuvieron lugar en decenas de ciudades de España gracias a una convocatoria se hizo viral en redes sociales en apenas unos días. El mensaje era simple. Hablamos?. Parlem. Hablemos. Y caló. Sorprendiendo hasta a sus propios organizadores. ¿Cómo se ha fraguado esta marea blanca de contornos difusos y convocantes desconocidos, a la que se fueron sumando actores sociales y algunos nodos del 15M? ¿Será capaz de frenar el choque de trenes del conflicto catalán? ¿Cómo reaccionarán los movimientos sociales ante este nuevo movimiento inesperado? ¿Y los partidos políticos?

De Hablamos? a Parlem

Las concentraciones del sábado frente a los ayuntamientos son el fruto, en realidad, de la confluencia de dos iniciativas. La primera en nacer fue Hablamos?. El pasado lunes, tras la represión policial durante el referéndum catalán, varios amigos de Madrid crearon una cadena de mensajes en WhatsApp : “Hola vecino, hola vecina. Es hora de decir que España es un país mejor que su gobernantes...”. El mensaje convocaba a concentrarse el sábado 7 sin banderas y sin partidos políticos, usando ropas blancas, en frente a los ayuntamientos. La cadena se hizo viral y Hablamos? lanzó un manifiesto.

Con un día de diferencia nacía la iniciativa Parlem, hablemos, también desde Madrid. Un grupo de diseñadores, creativos y activistas decidieron inundar la red de mensajes positivos, incentivando el diálogo. Parlem, hablemos también se hizo viral. Y reforzó, sin haberlo planeado inicialmente, las convocatorias de Hablamos?. Ambas iniciativas se sincronizaron tan virtuosamente que muchos medios citan a Hablamos? y a Parlem, hablemos como el mismo movimiento. “Lo único que pretendemos es expresar un sentimiento colectivo en contra del enfrentamiento. No es una opción de partidos, ni una estrategia política. Tenemos la obligación de entendernos. Es una propuesta para que hablemos entre nosotros como sociedad, gente hablando con gente”, asegura David García, uno de los responsables por la iniciativa Parlem, hablemos. ¿Cómo se han fundido dos iniciativas que surgieron de forma paralela? ¿Cómo han vivido este final de semana en el que las indignaciones ciudadanas parecen haber encontrado un espacio en común, un nuevo punto de partida?

Plaza de Cibeles, Madrid, sábado, 12.00h. Guillermo Fernández, uno de los convocantes de Hablamos? desvirtualiza a Esther Rubio, una de las creativas de Parlem, hablemos. Se saludan con complicidad. Cibeles vibra con una energía nueva. Carteles con frases en catalán. La palabra pau (paz). Parlem, Espanya és diversa. No us aneu, us estimen (no os vayáis, os queremos). Guillermo, investigador de sociología y ciencias políticas en la Universidad Complutense de Madrid, está eufórico, desbordado. “Ha nacido un movimiento cívico. Comparte con el 15M su forma de convocatoria y su matriz de sociedad civil. Cambia la dinámica de bloques, de tener que estar con una parte o con otra”, matiza Guillermo.

Algunos actores reconocidos del 15M, como Democracia Real Ya Madrid se han sumado. Otros, como Yayoflautas, han divulgado. El nuevo escenario blanco, sin banderas, desconcierta a algunos movimientos sociales. “Hemos venido varias personas de Yayoflautas, aunque a título personal. Como hemos venido sin chalecos amarillos, nos hemos perdido”, asegura Pilar González.

Desde Parlem, hablemos insisten en que la incapacidad de diálogo de la clase política ha obligado a la sociedad civil a organizarse. “Nos quieren enfrentados, pero nuestra mayor rebeldía será hablar y entendernos”, dice su descripción en redes sociales.“Necesitamos amor y diálogo”, matiza Esther Rubio. Tanto Guillermo como Esther tiene claro que el protagonismo es de la gente, no de la clase política. El futuro del incipiente movimiento depende de ello.

“Sin banderas”

En Cibeles hay pocos carteles. Apenas hay banderas: solo algunas blancas. Los gritos son espontáneos. Tienen la frescura de un ensayo. Algún cántico tiene aroma al 15M, “que no, que no nos representan”. Otros tienen aroma inédito: “Esto no es juego de tronos”. La multitud improvisa. Cuando desde el paseo de Recoletos algunas personas armadas de banderas españolas lanzan insultos, todo el mundo se da la vuelta de forma festiva: “Demos la espalda a los violentos”. Un grupo de jóvenes enfundados en banderas españolas coloca un bafle con el himno español a todo volumen. Los manifestantes de blanco les aplauden, provocando su desconcierto.

Y bajo el blanco, diversidad. Transversalidad de perfiles. Mucha gente joven. Ana González, una de las fundadoras de Marea Granate de Edimburgo, dice que la “Constitución no es sagrada”. Rosa María Martínez empuña un cartel de una canción del carnaval de Cádiz: “Siempre serás parte de mí, Sagrada Familia”. Cerca de ellas, Coni Compi y Lágrimas Corima, dos militantes socialistas, se suman a la marea del diálogo con emoción. Coni, tras 39 años de ser “felipista”, despotrica contra la vieja guardia del PSOE. “Pedrista” hasta la médula, Coni se declara neo republicana: “Desde que habló el rey el otro día, me he hecho republicana. No está a la altura”. Coni y Lágrimas defienden un referéndum pactado para Catalunya. Y cambios profundos para España: “Hay que cambiar la constitución”, afirma Lágrimas.

Entre Cibeles y el paseo de Recoletos, un cordón policial protege a los manifestantes. Al otro lado, banderas españolas. Algunas son preconstitucionales. Gritos desaforados. “Viva la legión”. “Viva la Guardia Civil. ”Yo soy español, español...“. Pero hay sorpresa. La tensión amaina. Una mujer vestida de blanco sale a intentar dialogar: ”Somos todos españoles, ¿no?“. Se forma un corro de diálogo. Fluyen los argumentos. Cristina López y Filiberto Paez, explican que no son fachas, a pesar de llevar banderas de España. ”Catalunya es España. Puigdemont a prisión“, asevera Filiberto. Ambos acusan a Rajoy de flojo. A Cristina le gusta la postura de Albert Ribera, ”el catalán de Ciudadanos“. A Filiberto le seduce el partido VOX. Y quiere una monarquía, ”pero como la inglesa, más fuerte“. La mujer de blanco se retira. El agua no llega al río.

Al lado de la fuente de las Cibeles, un hombre sostiene un clavel blanco. Santiago dice que su apellido es su barrio. Santiago Usera está triste. Le duelen los gritos que llegan del lado de Colón. “Tengo sesenta años, vengo de una familia muy humilde. Mi patria es mi familia, mi casa. Mi situación económica es cada día peor. Trabajo en la hostelería. Doce horas diarias, de las que solo cobro ocho. Un día de descanso semanal, en lugar de uno”. Sobre Catalunya, tiene opinión, aunque no le interesa mucho la política: “Me indignó la violencia policial contra la gente. Sobre el Rey, no soy ni monárquico ni republicano, pero creo que está siendo hora de dejar de mantener a vagos”.

Un país que cabe en WhatsApp

Sábado 15.00 h. La creativa Esther Rubio come con un grupo de amigos de infancia en bar cañí la Alegría, en Santo Domingo. Sara García y Rafael Ferández son profesores de economía en la Universidad Complutense. Sergio Usera está vinculado al diseño. La conversación gira en torno a Catalunya. A la viralidad de los diseños gráficos de Parlem, hablemos. “El procés catalán va mucho más allá del nacionalismo”, afirma Rafael, citando el fenómeno el nuevo independentismo castellanoparlante. “Hablar de Cataluña en nuestros círculos cercanos sigue siendo un tabú. De hecho, suele se conflictivo”, asegura Clara, mencionando el grupo de WhatsApp de los amigos de su colegio, el Saint Michaels.

“Era un colegio privado peculiar. Convivíamos todos, hijos de políticos socialistas, familias aristocráticas, clases medias. De alguna manera, el tema catalán ha roto esa convivencia”, matiza Clara. Esther Rubio insinúa que el espíritu de Parlem tiene que apelar también a no romper familias o amistades. Precisamente, una de las creaciones más virales de Parlem es un aviso de Whatsapp con 46.468.102 mensajes pendientes (uno por cada español). Clara hace la prueba: envía un diseño de Parlem al grupo de Whatsapp de su colegio. Sonríe traviesa. No tarda en recibir respuesta. Alguien dice que “sí, que hablemos, pero primero que vayan a la trena”. Unos minutos después, otra persona responde positivamente, elogiando la iniciativa. “Pero desde el último discurso del rey, me siento republicana. Nunca lo había sentido”, matiza Clara. Dos personas enfundadas en banderas españolas, se acercan a la mesa antes de pagar. “Buen provecho y que viva España”, dicen. Los cuatro amigos les responden sonriendo.

Desde el referéndum catalán del pasado 1 de octubre el ecosistema del 15M está ayudando a la ciudadanía catalana. Desde Madrid, se coordinó un grupo de apoyo comunicativo a la Agència de Comunicació Popular UO, que cubrió minuto a minuto el referéndum. Grupos de hacktivistas estudian cómo reciclar plataformas usadas contra la Ley Sinde adaptadas a la nueva situación. Han surgido nuevos grupos en Telegram, con encendidos debates sobre cómo volver a las plazas. “Fuera de Catalunya no se entienden que el proceso constituyente de la república catalana ya está en marcha. En las ocupaciones de la Universidad de Barcelona hemos visto debates sofisticados sobre la república feminista. El procés se ha desbordado, ya no es algo exclusivo de la clase política. En España se tiene que entender que los catalanes no odiamos a los españoles, sólo que en este Estado español no queremos estar”, afirma Héctor Huerga, de 15M Internacional de Barcelona, participante de la Agència de Comunicació Popular UO.

Sergio Salgado, miembro del colectivo X Net, lleva denunciando días tanto la represión policial del 1 de octubre como los excesos del Estado español censurando Internet en Catalunya. Sobre la irrupción de Hablamos?, Parlem, Hablemos afirma que hay que entenderlo en clave madrileña: “Me encantaría apoyar, pero no puedo sumarme hasta que no condenen la violencia. Espero que lo hagan pronto. Nos han masacrado por querer votar”. La filosofa catalana Marina Garcés, dedicó el sábado en Madrid, durante en el encuentro Gri Gri Pixel, unas palabras a un procés catalán que ya no va exclusivamente de independencia sí o no. “La auto organización en la preparación del referéndum y la defensa de las escuelas ha creado otra relación con el procés. Produjo un desplazamiento muy transversal hacia la acción colectiva. Han surgido dignidades compartidas, sin linealidades históricas o nacionalistas”.

De La PAH al derecho a decidir

Sábado, 19.00 h. La manifestación Vivienda por Derecho llega a la Puerta del Sol de Madrid. Muchas camisetas de La PAH. Gritos reconocibles (“Sí se puede”), hits infalibles (“Derecho a techo”), clima festivo. La manifestación visibiliza la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) por una vivienda digna, que ya está en la asamblea de Madrid. La PAH, uno de los movimientos con un ADN más quincemayista, muestra músculo. Aunque algo hace que la manifestación sea diferente. Catalunya, de alguna manera, atraviesa a mucha gente. Rubén Xubero, un joven de 21 años, reparte un papel: Referéndum de independencia. ¿Quieres que la juventud se independice antes de los 35 en una vivienda digna?“. Jorge Fernández, del colectivo Stop Mordazas, reflexiona sobre la dispersión de los movimientos sociales en el Estado español: ”El 15M evolucionó. Surgieron muchas luchas, que ahora caminan separadas. La Ley Mordaza nos hizo mucho daño. La gente tiene miedo a manifestarse“. El daño es el miedo. Y 131.470.206 millones en multas hasta mayo de 2017. ”Tiramos de cajas de resistencia y de nuestros salarios“, afirma Jorge.

Stop Mordazas está apoyando el surgimiento de Hablamos?, Parlem. Jorge considera que el movimiento tiene que dar un paso: “Hay que defender el derecho a decidir y condenar la violencia del Estado en Catalunya. Parlem es un punto de partida para evitar la polarización nacionalista y llevar a la ciudadanía a un proceso de profundos cambios constitucionales”. La manifestación llega a Las Vistillas. Comienza el festival de música. Asunción Carbonell sirve cervezas. Asunción es todo un símbolo de empoderamiento made in La Pah. Mujer, gitana, viuda. No duda en relacionar la ILP para la que han conseguido 77.000 firmas con el referéndum catalán: “Tienen derecho a decidir igual que tenemos derecho a legislar con iniciativas populares. Pienso que el malestar contra el sistema está de vuelta. Ha crecido tras la represión policial y puede estallar en todo el Estado”.

¿Acampada Sol?

Domingo, 13.00 horas, Puerta del Sol de Madrid. Un grupo de personas están sentadas en el “culo del caballo”, lugar icónico de la Acampada Sol de 2011. La convocatoria de Stop Mordazas incentiva una nueva Acampada Sol. Su manifiesto se centra en proteger los derechos humanos básicos y las libertades fundamentales: “Reclamamos al estado español que cumpla los tratados internacionales sobre DDHH que ha firmado y ratificado”. El derecho a la auto determinación tiene peso en el manifiesto. La policía nacional se acerca a identifica a los presentes, a pesar de que no llegan a ser veinte personas, como estipula la Ley Mordaza. No llevan placas con el número de identificación. Bruno del Barrio, de 33 años, escribe en un cartón #AcampadaSol. Estuvo en la Acampada Sol de 2011. No es nostálgico. Pero mantiene el espíritu del “vamos despacio, porque vamos lejos”.

Van apareciendo personas. Roberto y Lorenzo defiende la democracia directa y un proceso constituyente. Su inspiración es la Vía Asturiana, una iniciativa de reforma constitucional del 15M de Asturias que asumió el Parlamento asturiano. El Principado de Asturias lleǵo a presentar la iniciativa en el Congreso de los Diputados. Alberto Pérez, de Coca Cola en Lucha, habla de cómo la represión abre un camino de fraternidad de movimientos sociales con el pueblo catalán. “La tensión en Catalunya abre la puerta a la reforma del Régimen del 78 en toda España. Tiene que decidir el pueblo, no sus gobernantes”, afirma. Pablo, de Acampada Majadahona, comenta el éxito de la iniciativa Hablamos, Parlem, en su ciudad. La revolución de los claveles de Portugal sale en la conversación. Gestos pacíficos, poéticos, que pueden ser destituyentes. “Fíjate que no sabía qué significaba destituyente cuando acampé en 2011”, ironiza Pablo. Una no violencia que, en palabras del filósofo Amador Fernández Savater, introduce “lo abierto, lo imprevisible”.

¿Qué ocurrirá en los próximos días con la nueva explosión de Hablamos?, Parlem? ¿Y con el ecosistema histórico del 15M?¿Se moverán las placas tectónicas de la macro política? ¿Crecerá la represión? Francisco Jurado, uno de los fundadores de Democracia Real y actual asesor de Podemos en Andalucía, afirma que cuanto más dura está siendo la represión más gente se activa: “Esto es fruto de haber perdido el miedo. El 15M fue posible porque no había históricos. Para lanzar un mensaje que cale a un gran porcentaje de la población debe partir de una multitud de emisores no reconocibles. De producirse otro acontecimiento similar al 15M, debe partir de mucha gente en blanco. Las concentraciones dejan de tener este potencial hegemónico desde el momento en que caras conocidas de Podemos las protagonizan, aún sin querer hacerlo”. María Becedas, vincula a Democracia Real Ya en Palma de Mallorca, asegura que volver a la calle es necesario: “Los dispositivos del 15M, aunque durmientes, tienen la capacidad aprehendida de auto organizarse y llegar a toda la sociedad civil. También creo que tenemos que elegir fórmulas que nos desgasten menos que la movilización continua”.

Carolina García, vinculada a Take The Square (15M Internacional), apuesta por la memoria histórica de una vez: “Tendremos que sacar a la luz las preguntas que nos hacen daño, las de la Guerra Civil”. Desde Valencia, Juan Fer insiste en la necesidad de volver a las plazas. También, piensa que hay que llevar el Parlem a otras esfera, como a la iniciativa beer & politics en la que participa. Natalia Mirapeix, vinculada al repositorio de cartelería quincemayista Voces con Futura, resalta la no violencia: “Decir no a la violencia también hace pueblo, Estado, Nación. Para mi ahora mismo esta es la conversación de fondo”. Raúl Sánchez Cedillo, de la Fundación de los Comunes, afirma que “es una pena que se esté apenas hablando del tema nacionalista español y no de asuntos como el derecho a la vivienda”.

Muchos de los protagonistas históricos del 15M no tienen nada clara la nueva hoja de ruta. Tampoco que vayan a ocurrir acampadas como en 2011. Cataluña es el epicentro. Hay apenas un consenso: Cataluña tiene que marcar el ritmo. Algunos no ven con tanto entusiasmo la irrupción de Hablamos?, Parlem. “Es un mínimo que debería estar asumido. Lo veo un poco vacío, le falta contenido político”, asegura Óscar de la Torre, del Grupo de Encauzados de Gamonal, en Burgos. Otros, como Sergio Salgado de X Net, vinculado a 15MPaRato, recuerda una regla del activismo: “No repitas de nuevo la misma estrategia. Prueba otra”.

Madrid. 21.00 horas. Una asamblea de veinte personas continúa reunida en la Puerta del Sol. Mientras, los medios de comunicación se centran en la manifestación de Barcelona por la Unidad de España. Y en las frases más destacadas de Mario Vargas Llosa: “No queremos que las empresas se vayan de Cataluñaa como si fuera una ciudad medieval afectada por la peste”.

El ecosistema 15M sigue sin ponerse de acuerdo en cómo volver a las plazas de forma masiva. La asamblea continúa en Sol. Jorge Fernández comparte algunas buenas noticias. En la micro escala, algo se mueve. Una comuna de Lleida apoya la nueva #acampadasol. El Ateneo libertario de Reus (Tarragona), también. En Valladolid van a organizar los “Lunes al sol”. En Valencia, las Sillas del Hambre, que cada lunes reúne a decenas de desempleados en la plaza del Ayuntamiento de Valencia, se solidariza con la todavía hipotética #acampadasol. La tensión puede crecer. En Cataluña. En otras ciudades. Con o sin Declaración Unilateral de Independencia (DUI) del govern Catalán. Con o sin aplicación del artículo 155 de la constitución que suspenda la autonomía catalana. Los antidisturbios vuelven a la Puerta del Sol. Identifican de nuevo a los presentes.

Mientras, Clara Garcia lee en su casa la cadena de mensajes del grupo de Whatsapp de su colegio Saint Michael. La mayoría son negativas. España, de momento, sigue siendo un Whatsapp con 46.468.102 de mensajes pendientes. Los grupos de amigos o familiares siguen con un tema conflictivo: Cataluña. Clara se da por satisfecha: “Se ha roto un tabú en mi grupo. El mensaje más positivo de ayer no es mío, es de una compañera. Con responder a sus banderas con el ”hablemos“, me doy por satisfecha”.

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