Un libro de testimonios homenajea a los jueces demócratas que lucharon contra el franquismo

Un libro como recuerdo, homenaje y respeto a aquellos jueces que lucharon contra el franquismo. Los que, aún existiendo la pena de muerte, escribían sentencias que se alejaban de la pena capital. Magistrados que, con profesionalidad, se enfrentaban a las tesis de la dictadura española del siglo XX.

El libro 'Los jueces contra el franquismo: Justicia Democrática' forma parte de un proyecto de investigación sobre la Asociación clandestina Justicia Democrática, del Seminario de Fuentes Orales Carmen García Nieto, de la Universidad Complutense de Madrid y de un curso de verano que fue dirigido por la profesora de la Autónoma Pilar Díaz Sánchez, que es quien ha editado el texto.

En él se recogen testimonios de miembros de esa asociación, una forma de conocer “el periodo final de la dictadura de Franco” y destacar “el papel que realizaron unos profesionales de la judicatura comprometidos con la lucha por las libertades democráticas”, aseguró ayer durante la presentación la profesora Pilar Díaz.

En el acto intervinieron Fernando Ledesma, exministro de Justicia y consejero permanente del Consejo de Estado, y José Antonio Martín Pallín, magistrado emérito del Tribunal Supremo, que recordaron la “historia inédita en el mundo de la asociación” y alabaron la edición de este libro porque “ayudará a conocer” a esta asociación que “tanto hizo en favor de la democracia en España”.

Justicia Democrática es una asociación “poco conocida en la actualidad”, según destacó Pilar Díaz, y “su memoria corría el riesgo de perderse, de ahí que la difusión del proyecto en el curso de verano sirviera para realizar un estudio sobre el importante papel en la recuperación de las libertades democráticas que Justicia Democrática jugó en aquellos años, analizado con la perspectiva histórica del tiempo transcurrido”.

Pero la presentación del libro en el Centro Documental de la Memoria Histórica, con sede en Salamanca, el centro que fue ideado para dotar de un contenido más actual el vetusto Archivo de la Guerra Civil y como contrapartida a la salida de los conocidos como 'los papeles de Salamanca' –los expoliados a sus dueños durante el franquismo-, sirvió para poner de manifiesto, según Martín Pallín, la necesidad “de replantearse la distribución del Consejo General del Poder Judicial”. O también de analizar la situación actual, según Fernando Ledesma, en la que se debería “estar preocupados por la igualdad”.

El magistrado emérito del Tribunal Supremo, con la claridad y el verbo fácil que acostumbra, reclamó “recuperar el debate” sobre el reparto del CGPJ o de preguntarse los motivos “por los que hay una duplicidad de cargos, el del presidente del Consejo y el del Tribunal Supremo”. Incluso dejó abierta la necesidad de “meditarlo”.

Martín Pallín también habló del papel de “jueces, militares y curas” durante el franquismo. De unos jueces, militares y curas contrarios a la dictadura. Un trabajo que alabó. De la curia dijo que España había sido “el único país del mundo donde se modificó el concordato con la Santa Sede para hacer una cárcel para curas”.

Y fue especialmente crítico con lo vivido por los militares contrarios al régimen, una historia que calificó de “sangrante y demoledora”. “Se los trató de forma vergonzosa”, añadió y dijo que estos militares “eran repudiados en sus centros de trabajo por compañeros que no fueron capaces de asimilar que la libertad es la base de la dignidad humana”.

Fernando Ledesma también “compartió” estas teorías de Martín Pallín y el exministro de Justicia reclamó a los políticos actuales que “sepan conservar y mantener el Estado del Bienestar”, un problema que, según dijo, “no es más difícil que los que se afrontaron en 1978”, cuando “se trataba de reconquistar la libertad.

Sin embargo, Ledesma y Martín Pallín no compartieron la teoría del papel de la Transición, ya que para el exministro de Justicia fue “un acontecimiento excepcionalmente importante en la Historia tras muchos años vividos de los españoles combatiendo entre sí”, mientras que para el magistrado emérito del Supremo “se pudo hacer de otra manera, aunque se hizo lo que se pudo”.