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Isidro, el padre que tiñó la marea de verde

Isidro Pérez, propietario de la serigrafía que imprimió la primera camiseta verde y miembro de la Plataforma de Vallecas por la Escuela Pública  Palomeras Bajas de Vallecas. / Marta Jara

Paz Vaello Olave

Fue antes de que comenzara la crisis económica que ha justificado los recortes más acusados en la Educación, y antes de que esos recortes sacaran a la calle a una marea de padres, alumnos y profesores en defensa de la escuela pública. Y, por supuesto, antes de que el ministro José Ignacio Wert presentara su Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE). Hace siete años, en una reunión de padres de varios colegios e institutos de Vallecas, en Madrid, Isidro Pérez se ofreció para hacer una camiseta con el lema “Escuela pública de tod@s, para tod@s” que ayudara a dar visibilidad a sus reclamos. “Elegí el verde porque me gustaba y porque se ve mucho”, cuenta este serigrafista con una sonrisa, consciente de que la ocurrencia de aquel día se ha convertido en el símbolo de la defensa de la educación pública en todos los rincones de España.

Las telas verdes se acumulan en su taller del barrio madrileño de Puerta del Ángel. Y aunque el diseño es suyo, Isidro insiste en hablar de las camisetas como una “creación colectiva” y rememora aquellas tardes del curso 2005-2006, en las que por iniciativa del AMPA del colegio público Palomeras Bajas, donde estudiaban sus dos hijas, se fue gestando la Asamblea de Afectados por el Abandono de la Escuela Pública, con el objetivo de poner en marcha una campaña contra la “política de recortes” del Gobierno de Madrid, entonces presidido por Esperanza Aguirre.

“Nos reuníamos AMPAS de varios colegios e institutos, profesionales de la educación, asociaciones de vecinos... y en una asamblea, a finales de 2006, a alguien se le ocurrió hacer algún tipo de distintivo. Se pensó en una camiseta”, apunta Gabriel Pérez, también miembro del AMPA. “Yo era del grupo promotor, y llevaba 30 años haciendo camisetas”, explica Isidro encogiéndose un poco de hombros. Y así empezó todo. El estreno de la prenda fue en los Carnavales de Vallecas de 2007. “Son unas fiestas reivindicativas, organizadas por las asociaciones de vecinos del barrio, y la charanga del Palomeras Bajas y los padres de varios colegios decidimos ponérnosla en lugar de disfrazarnos”, relata.

Pero el salto a la fama de la camiseta verde tuvo que esperar hasta mayo de 2011, cuando una profesora acudió con ella a un colegio concertado para realizar las pruebas de Conocimiento y Destrezas Indispensables (CDI) a los alumnos de 6º de Primaria. Estas pruebas, que introdujo en 2005 la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid para evaluar a los alumnos de 6º curso de Primaria y 3º de Secundaria, y que la LOMCE incorpora ahora como obligatorias, fueron muy cuestionadas por padres, docentes y hasta directores de centros. “Las CDI no sirven para mejorar; más bien están destinadas a que compitan unos centros contra otros y a elaborar un ranking que beneficia a la escuela privada, que saca mejores notas entre otras cosas porque discrimina alumnado”, se enciende Gabriel Pérez.

La camiseta denunciada

A la profesora no le dijeron nada en el momento, pero al día siguiente el director del centro concertado puso una denuncia ante la Consejería de Educación y fue sancionada. “Dijeron que era una 'camiseta ofensiva'. La gente se enfadó mucho, porque además esto coincidió con la publicación de las instrucciones de Secundaria, que planteaban unos recortes tremendos en la escuela pública”, cuenta Isidro. El caso se difundió rápidamente por las redes sociales, y en dos multitudinarias asambleas celebradas en el verano de 2011 los profesores decidieron llevar puesta la camiseta el primer día de clases para protestar por los recortes. “Aquello fue como un disparo de salida. Hasta se creó un grupo en Facebook, el 'Yo también me pondré la camiseta el primer día de curso'. Se vendieron muchísimas. Fue bestial”, recuerda Federico Martínez, miembro desde hace dos décadas de la FAPA Giner de los Ríos (la federación que aglutina a las AMPAS de Madrid) y responsable de gestionar la venta de camisetas desde el blog y el correo de la federación.

Aquel mes de septiembre de 2011 surgió la ya famosa marea verde. “Según nos bajábamos del tren para ir a la manifestación empezamos a ver riadas de gente toda de verde. Fue muy emocionante”, rememora Isidro. Fue tal el éxito de las camisetas que otras empresas empezaron a vender copias, así que Isidro decidió registrar su diseño: “No me importa que la gente la copie, pero me enfada mucho ver que algunos las venden a 7, 8 o 10 euros. Me entró el miedo de que algún listo se hiciese con el copyright y quisiera enriquecerse con ello, y que encima no nos dejase a los demás hacer las camisetas. La registramos más que nada para tenerla protegida”.

Al principio las vendía la Plataforma de Vallecas por la Educación Pública. Hasta que, en el primer pleno de la Asamblea de Madrid del curso 2011/2012, Esperanza Aguirre acusó a Izquierda Unida de lucrarse con la venta de las camisetas. “La camiseta se estaba convirtiendo en un símbolo y quisieron cargárselo degradándolo”, reflexiona Isidro. “Nosotros las vendemos a cinco euros. Yo cobro la camiseta y mi trabajo, y lo que queda se destina a los fondos para la defensa de la escuela pública”.

Lo que podía haber quedado en anécdota, fue más allá. Salvador Victoria, entonces presidente del Comité Jurídico del PP de Madrid y hoy consejero de Presidencia, Justicia y portavoz del Gobierno de la Comunidad, declaró que iba a denunciar ante Hacienda a la Plataforma de Vallecas por la Escuela Pública, a la Asociación de Vecinos Palomeras Bajas y a la FAPA Giner de los Ríos por hacer negocio con las camisetas. “Fue un palo. Ponían fotos de José Luis Pazos, presidente de la FAPA, de Isidro y de mí diciendo que lo que queríamos era sacar dinero. Además, yo había ido en las listas de Izquierda Unida al Ayuntamiento. Entonces, la plataforma decidió dejar de venderlas, para que no cayera todo el peso sobre nosotros. Y asumimos la venta como FAPA”, explica Federico Martínez. Las tres asociaciones señaladas por el Gobierno de Esperanza Aguirre presentaron una denuncia ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Fue archivada. Han llevado el asunto al Tribunal de Estrasburgo y están a la espera de la sentencia.

Este jueves las calles volverán a teñirse de verde. La Plataforma Estatal por la Escuela Pública ha convocado una jornada de huelga de alumnos, padres, docentes y personal de los centros educativos en toda España contra los recortes y la conocida como ley Wert. En palabras de Gabriel, “la LOMCE viene a plasmar legalmente lo que en Madrid ya se está haciendo desde hace años de modo ilegal. La Comunidad ha superado las ratios establecidas por ley en las clases, por ejemplo, entrega gratuitamente suelo público a colegios privados, permite subvenciones a colegios que segregan niños y niñas, hace la prueba CDI para hacer rankings, reduce las becas... El que vale, vale, y el que no, no va a tener ningún tipo de apoyo. Es un concepto de educación muy clasista, por eso estamos en contra”.

Isidro cree que “es una ley ideologizada: supone aplicar el neoliberalismo a la educación. Tiene unos parámetros totalmente economicistas, y la educación no es economía, es crecimiento y desarrollo de nuestros hijos. Las pruebas de reválida, que van a llevar a echar fuera del sistema a muchos chicos, implican una pérdida de equidad. Y la elección de los directores por parte de la administración representa una pérdida de democracia”. Isidro, Federico y Gabriel harán huelga y, por la tarde, asistirán a la manifestación con sus camisetas verdes. Para Isidro “es un orgullo muy grande haber contribuido a dar color a la marea. Aunque ojalá se convirtiese en un recuerdo de la lucha con la que llegamos a conseguir una enseñanza pública, laica, de calidad, para todos... Ojalá dentro de poco sólo sea una historia para contar a los nietos”.

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