El Opus Dei opta por el continuismo y elige como líder a un íntimo de Escrivá de Balaguer
“Hemos perdido una ocasión para hacer efectivo un público apoyo a las reformas del Papa”. Uno de los participantes en el “cónclave” del Opus Dei analizaba así la elección de Fernando Ocáriz como nuevo prelado de la Obra, tras haber alcanzado, en las primeras votaciones, los dos tercios requeridos para su nombramiento como tercer sucesor de Jose María Escrivá de Balaguer. Pocas horas después, el Papa Francisco confirmaba la validez de la elección.
El nuevo prelado del Opus Dei, hasta ahora vicario auxiliar, fue la persona designada hace dos años por Javier Echevarría (el anterior prelado, fallecido en diciembre) como su “número dos”. Históricamente, esto suponía casi la elección inmediata. Sin embargo, en esta ocasión el sector renovador contaba con un candidato “alternativo” que, además, gozaba de las bendiciones del propio Papa Francisco.
Se trataba del argentino Mario Fazio, vicario general (“número tres” de la orden) y que conoció a Bergoglio durante sus años como responsable del Opus en Argentina. Más joven y moderado, representaba las ansias de renovación en una institución que prácticamente no ha cambiado desde que fuera fundada por Escrivá en 1928.
Fernando Ocáriz, nacido en Francia en 1944, hijo de una familia de españoles exiliada tras la Guerra Civil, era el único candidato que todavía convivió durante años con el fundador. Fue en los años 60 en Roma. Licenciado en Ciencias Físicas y en Teología, fue uno de los creadores de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz (la Universidad del Opus en Roma), y durante los últimos 22 años formó parte del núcleo de poder de la Obra.
La Obra soñada por Escrivá de Balaguer se encuentra, hoy, ante una difícil tesitura. En un mundo y una Iglesia en cambio, el Opus Dei debía decidir si apostar por el “estilo Francisco”, y por lo tanto renovar sus modos de actuar y abrirse al conjunto de la institución; o abogar por el continuismo y la férrea observancia de sus normas.
Hoy, la realidad el Opus dei, según sus datos, está en 92.500 miembros, procedentes de casi un centenar de países. Los datos, sin embargo, reflejan un estancamiento en las últimas décadas, así como una pérdida creciente de influencia en el interior de la Iglesia.
El 57% son mujeres, y el 70% están casados. Apenas 1.900 de los miembros de la Obra son sacerdotes. En su web, se habla de 600.000 “cooperadores y participantes”, aunque nadie duda que su capacidad de atracción se ha reducido mucho en los últimos años, al igual que lo que ha sucedido en otros movimientos, muy efectivos en tiempos de Juan Pablo II, como los Kikos o Comunión y Liberación.
Cuestión distinta es la influencia, directa e indirecta, que continúa manteniendo en la derecha política española. Importantes cargos del PP y de anteriores gobiernos, como Federico Trillo o Jorge Fernández Díaz son supernumerarios de la Obra, que también ha contado entre sus miembros con Isabel Tocino, Ana Mato o Juan Cotino.