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Solo uno de cada tres españoles quiere ponerse la vacuna contra la COVID-19 “inmediatamente”

Una mujer recibe una vacuna en un centro de vacunación de la Cruz Roja

Belén Remacha / Mónica Zas Marcos

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El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha publicado un nuevo barómetro temático sobre el coronavirus. Ha preguntado a los españoles sobre la vacuna: solo el 32,5% está dispuesto a ponérsela “inmediatamente”, en cuanto esté disponible. Si se cumplen las previsiones del Gobierno, en enero llegarán las primeras dosis destinadas a sanitarios, usuarios de residencias y grandes dependientes.



Sin embargo, el porcentaje total de los que dicen que lo harán “inmediatamente” sube al 37,9% si su médico o médica se la recomienda basándose en su historial clínico y en el riesgo que tiene de contagiar a un familiar (porque el 60% de los que dicen que no, cambiaría de opinión si es previa indicación médica). El 16,7% no se vacunaría en ningún supuesto, ni aunque se lo dijese personalmente su médico.



El 82,9% de los encuestados afirma estar al tanto de las novedades sobre las vacunas en marcha. El cuestionario está elaborado entre el 23 y 26 de noviembre. La última vez que el CIS había preguntado por la vacuna de la COVID-19 fue en el barómetro general publicado en noviembre, con preguntas hechas en la primera quincena del mes. Entonces era ligeramente superior el porcentaje de personas que estaban dispuestas a vacunarse “inmediatamente”, sin más condiciones: el 36,8%. Sin embargo, el abanico de opciones en ese caso era diferente. El 47% decía directamente “no”, sin el matiz que ahora se da a “esperar a ver sus efectos”. Tampoco se cuestionaba si cambiaría de opinión en caso de que su facultativo de cabecera se lo aconsejase directamente.

A la Organización Mundial de la Salud (OMS) le preocupa esta tendencia de los estudios, que se da también en otros países. Este jueves reclamaron a la población que confíe en las futuras vacunas contra la COVID-19 y a los gobiernos que tengan listos sus planes de vacunación para asegurar el éxito. “La promesa de una vacuna es magnífica pero no podrá alcanzar todo su potencial sin una sólida preparación y la aceptación de la comunidad”, señaló el director para Europa de la OMS, Hans Kluge, la aceptación es “esencial”. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, se ha mostrado en otras ocasiones confiado en que, cuando llegue el momento, la gente entenderá que la vacuna es segura porque ha pasado por todos los procesos de regulación. En principio, la intención del Ministerio es no hacerla obligatoria, así lo contempla el plan con las autonomías. Las primeras vacunas que lleguen a España se espera que sean las de Pfizer/BioNTech, Moderna, o la de la Universidad de Oxford/AstraZeneca.

No se confía en la responsabilidad individual y se culpa a los jóvenes

Por otra parte, casi el 80% de los españoles no confía en que la responsabilidad de la gente funcione por sí sola contra la pandemia, según este CIS. Concretamente, el 78,4% cree que “son necesarias medidas impositivas como sanciones, multas, etc.” para que se cumplan las normas de protección contra el virus como el distanciamiento social y el uso de mascarillas. Solo el 16% cree que es suficiente con confiar en la buena voluntad de la ciudadanía. Sobre si las sanciones son o no suficientes, los españoles están algo divididos: el 49,4% cree que tienen que ser más duras, el 42,2% que son suficientes. El 80% está de acuerdo con la frase: “Después de la desescalada inicial hay muchas personas que empezaron a saltarse las normas”. El 45,5%, con que “la reacción de la mayoría de los/as españoles/as en esta crisis ha sido ejemplar y hace que me sienta orgulloso/a de mi país”. Y solo uno de cada tres cree que cuando termine la pandemia las cosas volverán a a ser como eran antes de marzo de 2020.



El 57,2% de los españoles está de acuerdo (mucho o bastante) con el nuevo estado de alarma que decretó el Gobierno y que dura, en principio, hasta el 9 de mayo de 2021. El 35,2% está “poco o nada de acuerdo”. Más de la mitad, el 63,1% de la ciudadanía, no cree que para atajar el virus haga falta un nuevo confinamiento domiciliario aparejado al estado de alarma, similar al de primavera, solo lo opina así el 27%. Entre sectores de población, una mayoría cree que son los jóvenes los más “indisciplinados”: contesta eso el 62,4%. Solo el 1,5% señala a los mayores, el 4,7% a las “edades intermedias”, y el 0,7% a los inmigrantes. El 11,6% cree que es “todos por igual”.



La inmensa mayoría, preocupados por los mayores

El 90% de los encuestados manifiesta preocupación respecto a la situación de las personas mayores frente a la COVID-19. Entre los motivos destacan la posibilidad de que enfermen o fallezcan (37%) y el aislamiento y soledad que experimentan (24%). Un 10% también cree que están padeciendo restricciones a la hora de establecer contactos sociales con la familia, amigos o vecinos.



En cuanto al caso de las residencias de ancianos, epicentro de las muertes durante la primera y la segunda ola, el porcentaje de personas que tiene a familiares dentro de uno de estos centros cae un 10% respecto a antes de la pandemia. De hecho, un 5% reconoce que ellos mismos o alguien de su entorno ha sacado a sus mayores de las residencias a raíz de esta situación. Además, un 54% cree que deberían ser intervenidas por el Estado o por las comunidades autónomas.

En general, a un 80% de los encuestados le preocupa este problema independientemente de si le toca de manera personal o no. Las razones de esta inquietud son los brotes (22%), el aislamiento y la situación de aislamiento y soledad que experimentan los internos (17,5%), la falta de coordinación con Atención Primaria (12%) y la falta de personal (11,5%).

Gráficos por Ana Ordaz

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