El último descubrimiento en Pompeya que han hecho investigadores valencianos y que aumenta mayor especulación sobre uno de sus grandes misterios

El investigador del grupo ÁTROPOS de la Universitat de València, Llorenç Alapont, con algunos de los calcos de Pompeya que se han analizado.

Andrea Blez

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La erupción del volcán Vesubio en el año 79 d.C sobre Pompeya y otras ciudades, entonces bajo el imperio Romano, sigue despertando fascinación a pesar de los siglos que han pasado, y es que casi dos mil años después todavía se siguen encontrando nuevos descubrimientos, así como conclusiones diferentes en líneas de investigación llevadas a cabo por diferentes disciplinas y entidades.

Son varios los misterios que todavía esconde la erupción que sepultó Pompeya y uno de ellos es el de la fecha de cuando se produjo. Si bien es cierto que la teoría más aceptada es la de Plinio El Joven, según sus escritos fue el 24 de agosto del año 79 cuando tuvo lugar, algo que, sin embargo, genera todavía controversia por diferentes razones, entre ellas que se encontraran frutos de otoño o estufas con restos de brasas en los hogares, hace que algunos sugieran que se produjo más tarde de lo pensado.

Es por ello por lo que todavía se abren nuevas líneas de investigación que puedan dar con la fecha concreta, o que esta se pueda llegar a especificar con más detalle por descubrimientos arqueológicos, o de otras indagaciones, como por ejemplo la que han hecho desde el grupo ÁTROPOS de la Universitat de València, que se centra en la investigación en la cultura de la muerte con un equipo interdisciplinar que combina especialistas en historia antigua, patrimonio cultural, historia del arte, arqueológica, química, bioantropología y derecho romano.

En una investigación que se ha llevado recientemente por parte de ÁTROPOS que ha analizado catorce calcos de Pompeya, se ha llegado a la conclusión que las víctimas de la erupción del Vesubio portaban túnica y manto de lana, esta, además, muy pesada por la forma en la que estaba tejida, lo que lleva a pensar que las condiciones ambientales eran más frías de las esperadas en pleno verano, para ese agosto del año 79.

Las víctimas de Pompeya vestían dos piezas de lana pesada

Esta conclusión de que hacía más frío de lo pensado, analizando tanto a víctimas dentro y fuera de las casas, todos ellos calcos encontrados en la Necrópolis de Porta Nola, que se excavaron en 1975, se ha podido confirmar por el hecho de que los habitantes de la localidad vestían dos piezas, por lo que las temperaturas no eran lo cálidas que se podrían dar un 24 de agosto.

“De un estudio sobre los calcos, podemos saber cómo vestían las personas un día concreto de la historia. También, el tipo de tela con que iban vestidas, y cómo es el entramado de los hilos, que en este caso es grueso. La mayor parte de las víctimas vestían dos piezas: túnica y manto, las dos de lana. No sabemos si esta ropa en concreto era para protegerse de los gases o del calor ambiental provocado por la erupción volcánica”, explica Llorenç Alapont, arqueólogo, antropólogo y profesor de historia antigua en la Universitat de València, que presentó los resultados en el Congreso Internacional sobre la fecha de la erupción del Vesubio hace unos días, tal y como ha publicado la universidad en un comunicado.

En su presencia en el mencionado Congreso, Alapont también incidió en que “la ropa que llevaban las víctimas, sugiere no solo la posibilidad de un clima más frío de lo normal, sino también un día con un ambiente nocivo del que había que protegerse. De los 14 calcos estudiados, en 4 de ellos se ha podido asegurar el tipo de prendas de ropa y cómo estaban tejidas, claramente de lana pesada”.

A su vez, el investigador de la Universitat de València también apunta a que el “estudio también ha determinado que, comparando con otros calcos, los de dentro de las casas y los de fuera, tenían los mismos entramados de telas. La gente iba vestida dentro y fuera de las casas con las mismas prendas de ropa”, afirma Alapont.

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