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Internet y la cultura Frankenstein: un chaval de 18 años crea un bot que mezcla emoticonos y multiplica emociones

Emoticono

Felipe G. Gil

Todo el mundo que se comunica por escrito a través de un móvil sabe que no es lo mismo decir: “No me has avisado?” sin ningún emoticono que “No me has avisado 😂” con el emoticono de la risa al final.

Mientras que en la primera frase y sin conocer el código de los interlocutores podría interpretarse cierta seriedad, en la segunda esa bola amarilla con dos ojos casi cerrados, sonrisa abierta y dos lágrimas a cada lado de la mejilla nos indican algo que en 2019 la mayoría tiene claro: es un modulador de emociones. En esa frase, ese emoticono vendría a decir algo así como “Me molesta que no me hayas avisado pero no tanto como para estar enfadado, de hecho, me río porque la situación es divertida, jeje”.

El lenguaje escrito siempre está sujeto a interpretaciones. A pesar de todos los avances tecnológicos sigue habiendo grandes cuestiones comunicativas irresueltas: un email no huele. De la misma manera que un mensaje de whatsapp: puede estar significar muchas cosas diferentes con respecto al tono y solo dependiendo del código y el contexto que usen las personas que estén interlocutando una cosa se va a poder malinterpretar o no. Poco a poco todo esto se irá incorporando a las enseñanzas de Lengua y no será raro en un futuro ver en clase ‘semántica de los emoticonos’ (basados tal vez en algún vídeo de Ter).

Por si no fuera suficiente con la cantidad de emoticonos que ya hay disponibles en los teclados de nuestros dispositivos móviles, tablets y ordenadores, ahora un desarrollador francés de tan solo 18 años, Louan Bengmah, ha decidido crear un bot (que es tal y como se conocen a los algoritmos que generan contenido automáticamente en función de unos parámetros predefinidos) en Twitter que va mezclando aleatoriamente dos emoticonos para crear uno nuevo.

El funcionamiento es el siguiente: el autor ha ido digitalizando emoticonos. Lo que hace al digitalizarlos es deconstruir los elementos gráficos del mismo y ponerlos por separado. A partir de ahí y con esa base de datos visual, selecciona dos emoticonos al azar y combina dos elementos de del primero con la base (la cara redonda) del segundo. El resultado es un emoticono frankestein: una nueva creación que muestra las posibilidades infinitas. En tan solo dos meses la cuenta de Twitter ha conseguido acumular 280.000 seguidores y la comunidad está muy involucrada en la creación de nuevos emoticonos.

Bengmah comenzó este experimento en julio. Hace solamente un año que aprendió a trabajar en lenguaje de programación con el software Processing. En una entrevista a la revista Time, declaraba que todo empezó como un juego: “Pensé que hacer un bot de Twitter podía ser un ejercicio gracioso. Miré tutoriales en Youtube y empecé a experimentar con la idea de mezclar emoticonos. Me llevó una semana aproximadamente montar el primer algoritmo del bot”. Los resultados lo han llevado hasta donde está ahora. Ha tenido que abrirse una web y añadir a su CV su exitoso bot.

Al igual que el “Órgano de Ánimos Penfield” de la novela que dio pie en cierta manera a la famosa película Blade Runner “¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?” (1968)de Philip K. Dick, los emoticonos actúan como un inductor de emociones con el que sus usuarios pueden elegir aplicarse un determinado estado anímico, humor o emoción. De hecho, gran parte del éxito de los emoticonos frankestein del bot de Bengmah reside en haber conseguido poner imágenes a sentimientos cada vez más complejos y matizados. Los usuarios responden en muchas ocasiones agradeciendo las mezclas y haciendo bromas sobre lo bien que estos representan sus estados de ánimo.

Los emoticonos en los que se basa el bot de de Bengmah tienen que estar aprobados por un organismo denominado Unicode Consortium, que crea las guías necesarias para recrear los personajes e imágenes de forma apropiada, sin importar el dispositivo usado. Cada emoticono tiene un código de identificación único y compañías como Apple y Microsoft tienen cierta flexibilidad cuando se trata de crear un emoticono equivalente y en ocasiones esto provoca que haya ciertas diferencias entre los emoticonos que se ven el móvil y los que se ven en el ordenador.

De momento, los emoticonos del Emoji Mashup Bot no pueden ser añadidos. “La gente puede sugerir a Unicode nuevos emoticonos para ser añadidos en la lista y quizás alguna de las mezclas que ha hecho el bot podrán ser sugeridos y aceptados, pero no creo que sea posible que añadan muchos”, comenta Bengmah. Mientras tanto, los usuarios ya han creado stickers a partir de los mismos y no paran de hacer pequeñas modificaciones a partir de los que crea el bot. Continúa el Frankestein sin fin que es Internet y cómo lo usamos.

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