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9 miradas a un futuro donde sueñan con ovejas eléctricas

Fotograma de la película Ready Player One, dirigida por Steven Spielberg

José Antonio Luna

La autoconciencia de los robots, los implantes cibernéticos o incluso el big data han dado lugar a fantasías de futuro que hoy ya forman parte de un imaginario popular a caballo entre la fascinación y el horror. A pesar de ello, las quimeras de cables y engranajes no son exclusivas de la era Zuckerberg. París en el siglo XX (1863) de Julio Verne y Metrópolis de Fritz Lang (1927) son obras diferentes con un nexo común: ambas funcionan como profecías.

Sociedades planteadas por autores como Philip K. Dick o George Orwell estaban muy lejos de pertenecer al país de las maravillas. Más bien, eran pesadillas que jugueteaban con la hipótesis de que un superestado controlase todas nuestras compras o nuestros viajes de verano. Ese día ya ha llegado, pero la maquinaria de fabricar monstruos continúa activa. A través de series, videojuegos o películas continuamos soñando con ovejas eléctricas que, quizá algún día, pasen a la vigilia. Y no, no solo de Black Mirror está hecho el terror.

1. Cyberpunk 2077

Cyberpunk 2020 no es solo un juego de mesa, sino la biblia de todo un universo de piratas informáticos y pandilleros que malviven entre la decadencia. Pero la obra va a alcanzar un nuevo nivel, y los personajes descritos en su libro de instrucciones pasarán a ser modelos 3D con todo lujo de detalles. En el E3 2018, la feria anual más importante de videojuegos, apareció el primer tráiler de Cyberpunk 2077 y las ovaciones no han tardado en llegar.

El título creado por CD Projekt Red (reconocidos por la saga The Witcher) todavía se encuentra en una fase muy temprana de desarrollo, pero la promesa de un mundo abierto con estética ciberpunk donde cada cual interpreta su propio personaje resulta demasiado alentadora. En él tendremos la oportunidad de vagar por Night City, una metrópolis violenta controlada por megacorporaciones donde cada decisión importa para definir la historia. El mando, literalmente, lo tiene el jugador.

2. Detroit: Become Human

¿Pueden los androides desarrollar sentimientos? No es precisamente un interrogante inaudito, pero tampoco lo son sus respuestas y quizá por eso sigue despertando interés. El videojuego desarrollado por Quantic Dream, el equipo tras Heavy Rain, nos pone bajo la piel sintética de tres robots que luchan por hacerse un hueco en una sociedad que les discrimina por ser considerados trozos de metal al servicio de los humanos.

Aquellos que se escapan de sus funciones, las de limpiar basura o cuidar a discapacitados, son automáticamente tachados como divergentes a extinguir. Paradójicamente seremos nosotros, humanos, los que tendremos que decidir el futuro de máquinas con emociones propias y de enfrentarnos a nosotros mismos. ¿Cuál es la diferencia entre ellos y los humanos? Señalarla no es fácil, sobre todo cuando es un androide quien lo pregunta.

3. Gattaca

La cinta de Andrew Niccol plantea un futuro cercano donde la ingeniería genética ha avanzado hasta tal punto que permite modificar el destino de las personas desde su nacimiento. La premisa, ya planteada por Aldous Huxley en el libro Un mundo feliz, invita a reflexionar sobre el albedrío de la identidad cuando su control se ha convertido en tendencia.

“Solían decir que un niño concebido con amor tenía una mayor probabilidad de ser feliz, ahora ya nadie lo dice”, señala Vincent Freeman, protagonista de la historia. Él es diferente al resto por haber nacido de forma natural, sin que sus padres hayan elegido el color de sus ojos o de su piel. Pero el método tradicional, como le indica la ciencia, no sale bien: morirá a los 30 años y tendrá problemas cardiacos. Por ello, es designado como alguien “no válido” y acaba en el último escalafón de la sociedad, algo que no le impedirá luchar contra los números para cumplir su sueño.

4. Ex Machina

“Propongo considerar la siguiente cuestión: ¿Pueden pensar las máquinas?”, se planteaba el matemático británico Alan Turing. Para ello desarrolló un test que básicamente era una prueba de inteligencia artificial orientada a androides, la cual mide su capacidad de respuesta hasta el punto de detectar si pueden considerados objetos pensantes. Más tarde, Blade Runner lo bautizaría como Voight-Kampff.

A medio camino entre lo real y lo irreal también se sitúa el largometraje de Alex Garland. Su trama se centra en un programador llamado Caleb que tiene la oportunidad de visitar las instalaciones de su jefe multimillonario y de enfrentarse a uno de sus últimos experimentos: un androide llamado Ava que sesión tras sesión va desarrollando mayores capacidades cognitivas. En la historia solo aparecen tres personajes y un escenario, pero son elementos suficientes para crear un laberinto cinematográfico cuya salida está por desencriptar.

5. Horizon

Año 3017, en algún lugar de la Tierra. Aloy, una guerrera, se oculta bajo la maleza escondiéndose de la raza que ahora domina el planeta: las máquinas. El título desarrollado por Guerrilla Games, autores de Killzone, invierte los papeles tradicionales y transforma al cazador en el cazado. El jugador habituado al ataque pasa aquí a un plano defensivo, donde la estrategia y el sigilo se convierten en ingredientes principales.

Se trata de una nueva Edad de Piedra en la que la civilización comparte hogar con robots de todo tipo, desde ciervos mecánicos que parecen inofensivos hasta enormes cocodrilos cuyos dientes son en realidad afiladas placas de acero. Aun así, la actitud del jugador no es meramente contemplativa. Tendrá que hacer uso del arco, los explosivos y, no menos importante, el diálogo, para sobrevivir en un entorno donde la amenaza es constante.

6. Ready Player One

El último taquillazo de Spielberg se basa en la novela popular de Ernest Cline, catalogada por algunos como El guardián entre el centeno de las nuevas generaciones. Al margen de si la comparación hace o no justicia a la realidad, lo único que se puede ratificar es que el futuro ochentero de Cline ha logrado hacerse un hueco en muchas estanterías y, ahora, en pantallas.

Al igual que obras como Matrix, esconde un mensaje basado en el mito de la caverna de Platón sobre la pertenencia a dos mundos: uno aparente y otro verdadero. Nos sitúa en el año 2045, una nueva era dominada por la realidad virtual donde todos son adictos a un mundo lleno de posibilidades que ha terminado sustituyendo al mundo terrenal: OASIS. Allí no importa la basura ni los coches oxidados, ni siquiera la hambruna ni la falta de recursos que asola al mundo. Todo es posible, hasta conducir la famosa moto roja de Akira.

7. HER

“Sabes, a veces siento que ya he sentido todo lo que voy a sentir jamás. Y de aquí en adelante nunca voy a sentir algo nuevo. Solo versiones más pequeñas de lo que ya he sentido”, confiesa Theodore Twombly. En plena era de los asistentes virtuales, Alexa, Siri y Cortana dejan de ser nombres desconocidos para transformarse en apodos cotidianos, que nos acompañan a la cama y nos recomiendan qué pedir cuando tenemos hambre. Es lo mismo que ocurre con Samantha, la voz de un avanzado sistema operativo que acaba enamorando a su dueño.

“¿Estos sentimientos siquiera son reales? ¿O son solo programación?”, sobre lo que al principio solo parecía un software cualquiera. En el futuro planteado por Her no hay coches voladores ni neones brillantes por cada calle. Spike Jonze consigue construir un relato cargado de sutilezas donde, por encima de la tecnología, al final acaba sobresaliendo un sentimiento común a toda época: el amor.

8. Ghost in the Shell

Masamune Shirow es responsable de uno de los mangas más revolucionarios de la historia: Ghost in the Shell. Sin embargo, no fue hasta el lanzamiento de la cinta de 1995 cuando aquel universo acabó convirtiéndose en toda una referencia dentro del género cyberpunk. Su director, Mamoru Oshii, consiguió reflejar el verdadero trasfondo filosófico de un universo marcado por la interacción entre los humanos, los androides y los implantes cibernéticos, hasta tal punto que ni siquiera es posible distinguir entre unos y otros.

Lo onírico y lo poético se mezcla en una obra que, al igual que ocurrió con Akira (1988), supo romper con todos los cánones impuestos en el cine de animación. Posteriormente, con el filtro de Hollywood activado, tendría otra adaptación en 2017 protagonizada por Scarlett Johansson que ha provocado cientos de comparaciones con la obra original y ninguna de ellas positiva.

9. Deus Ex: Human Revolution

“A estas alturas ya deberías saber que los aumentos neuronales te hacen pensar y reaccionar más rápido, realmente pueden mejorar la vida. ¡Las de todos!”, explica el personaje Megan Reed consciente de los beneficios del transhumanismo, un movimiento que apoya el uso de la tecnología y los implantes cibernéticos como vía para evolucionar como especie. En el año 2027, según el videojuego desarrollado por Eidos ese será el motivo que dividirá la sociedad.

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