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Sobre este blog

UNRWA es la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Medio. Desde 1949 trabajamos para proporcionar asistencia, protección y defensa a más de 5 millones de refugiados y refugiadas de Palestina, que representan más de la quinta parte de los refugiados del mundo y que actualmente viven en campamentos de refugiados en Jordania, Líbano, Siria y el territorio Palestino ocupado (la franja de Gaza y Cisjordania), a la espera de una solución pacífica y duradera a su difícil situación.

“Nunca quise que mi hijo emigrara por mar, pero no pude retenerle más”

Jihad Mishalawi contando su triste experiencia

Rayan Sokkar

Líbano —

La profunda crisis financiera y económica que atraviesa Líbano ha llevado a centenares de personas a buscar un futuro mejor fuera de las fronteras de este país. Líbano les acoge como refugiados de Palestina, pero al mismo tiempo limita su crecimiento profesional, personal y económico. Las leyes de Líbano no permiten que alcancen la ciudadanía libanesa y por ello no pueden acceder a contratos laborales, no pueden ejercer 39 profesiones liberales, como médicos, dentistas, abogados o ingenieros, ni poseer propiedades privadas. 

Mohammad Alzarif, refugiado de Palestina del campamento de Mar Elías, en Líbano, es un joven que ha sufrido la discriminación de la ley libanesa en primera persona: “Cada vez que preguntaba a alguien si necesitaban camareros, al principio me decían que sí, que necesitaban, pero cuando les daba mi carné de identidad para solicitar el trabajo, lo rechazaban porque soy refugiado palestino”. 

Los jóvenes de los campamentos de refugiados no ven otra escapatoria que no sea lanzarse al mar, en busca de una vida digna. El precio de un asiento en una embarcación gestionada por contrabandistas es de unos 7.000 dólares, dinero que quienes se deciden a jugarse la vida tienen que conseguir gracias a favores de familiares y amigos. 

Hace tan solo unos meses, la isla de Arwad, en Siria, se cobró la vida de más de 150 inmigrantes. Una embarcación cargada de personas zarpaba del norte de Líbano, con destino Italia. Lejos de alcanzar su objetivo, muchos de ellos fueron encontrados en diferentes puntos marítimos; una tragedia que apodaron como ‘el barco de la muerte’. Tan sólo 23 personas sobrevivieron. Según los informes, 39 de las víctimas eran refugiados y refugiadas de Palestina, la mayoría del campamento de Burj al-Barajneh, al sur de Beirut.  

Uno de los supervivientes del “viaje de la muerte”, el joven Jihad Mishalawi de 31 años, libró una lucha a nado que duró 13 horas hasta llegar a la playa de Tartus y de allí lo trasladaron a Líbano.  

El plan de su viaje, como el de muchos otros, comenzaba partiendo de Beirut hasta el norte, donde salió en una embarcación que se suponía navegaría durante siete días hasta llegar a Italia. Pero su sueño se hundió. “Nunca quise que mi hijo emigrara por mar, pero no pude retenerle más”, comenta el padre de Jihad entristecido.  

Jihad estudió hotelería y es un chef experto pero las limitaciones del país le impidieron encontrar una oportunidad de trabajo que le permitiera asegurar su futuro. 

Emocionado imaginando la vida que le esperaba al otro lado del mar, Jihad y otras más de cien personas se embarcaron en un viaje de terror y muerte, sin saberlo. “La historia comenzó cuando se averió el motor de la lancha, que se detuvo más de 10 veces desde que zarpamos. Las olas estaban altas. La lancha comenzó a moverse hasta que se detuvo frente a las olas. El ambiente era de pánico y caos, con el sonido de niños y mujeres gritando. Había mucho peso en el bote y el agua estaba entrando, así que salté directamente al agua”, recuerda Jihad.  

Antes de enfrentarse al viaje más peligroso de su vida, Jihad le confesó a su madre que tenía miedo y que no estaba muy seguro de realizar el viaje. A lo que ella le respondió: “No tengas miedo del mar. Vete y vive la vida que te mereces”. “Yo no esperaba que encontrara la muerte, le animé pensando que el viaje sería seguro, ya que hablé personalmente con el contrabandista. Él me engañó y me dijo que el bote era grande, que tenía capacidad suficiente y que estaba equipado con comida y bebida”, afirma la madre entre sollozos de arrepentimiento.  

Los últimos meses, muchas embarcaciones que transportaban, entre otros, refugiados y refugiadas de Palestina de campamentos de Líbano, han intentado atravesar el Mediterráneo. Algunos llegaron a Europa, otros se quedaron en Turquía o Grecia, y otros se hundieron. 

Muchos lo han intentado y han fracasado. Muchos quieren volver a intentarlo. Muchos no se plantean volver a pasar por esa pesadilla. Pero todos, absolutamente todos, quieren una única cosa: vivir una vida digna fuera de un país dónde sobreviven cada día. 

Historias como esta y muchas más se pueden escuchar en el podcast ‘Inshallah, un viaje a Palestina en Líbano’, una producción de UNRWA España y La Ser.  

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UNRWA es la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Medio. Desde 1949 trabajamos para proporcionar asistencia, protección y defensa a más de 5 millones de refugiados y refugiadas de Palestina, que representan más de la quinta parte de los refugiados del mundo y que actualmente viven en campamentos de refugiados en Jordania, Líbano, Siria y el territorio Palestino ocupado (la franja de Gaza y Cisjordania), a la espera de una solución pacífica y duradera a su difícil situación.

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