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Sobre este blog

El 20D se juega en el plasma. La política espectáculo ha superado a la de las propuestas y ahora es más fácil ver a un candidato cocinando o bailando que debatiendo. Los programas que cuentan no son los electorales sino los de televisión. En este blog, Isaac Rosa repasará los mejores momentos de este 'show' en la campaña de las elecciones generales 2015.

Mariano, de la que te has librado

Sánchez, Rivera e Iglesias coinciden en defender un gran pacto de educación

Isaac Rosa

Minutos antes de comenzar el debate de El País, Pedro Sánchez recibe un SMS: “Pedro, sé fuerte”. Al líder del PSOE se le tuerce la sonrisa, y ya no logra enderezarla en toda la noche. Dos horas después, al salir del plató, Sánchez responde con otro SMS: “Mariano, de la que te has librado”.

Mientras lo entrevistaban en Telecinco a la misma hora, Rajoy miraba con el rabillo del ojo un televisor con el debate, y cada vez que veía su atril vacío se alegraba de estar bien lejos: “De buena me he librado, sí”. El siguiente SMS debió de mandárselo Rajoy a Moragas o Arriola, para darle las gracias por recomendarle no acudir al debate a cuatro. De haber estado, habríamos visto una masacre, con los tres candidatos y parte del público haciendo cola para sacudirle como en la famosa escena de Aterriza como puedas.

En su ausencia, Iglesias y Rivera se desahogaron a ratos entre ellos y sobre todo con Sánchez, que se llevó las tortas propias y también unas cuantas de Rajoy. El líder del PSOE no acertó muchos golpes, pues los dos nuevos se mueven demasiado deprisa y él está acostumbrado a los debates paquidérmicos con Rajoy en el Congreso.

Los asesores de la nueva política también enviaron mensajes anoche, pero en formato post-it: recordatorios a sus candidatos, que en general obedecieron bastante al coaching previo.

Rivera tenía sobre el atril un post-it que decía “PERFIL PRESIDENCIAL”, y ahí estuvo, soltando de carrerilla propuestas, afeando a los otros que no las hicieran, y anunciando pactos de Estado, tecnocráticamente grisaceo. Otro post-it, este tamaño sábana, le recordaba en letras fluorescentes: “PP-PSOE”. Aprovechó cada frase para emparejar a los dos viejos partidos en un mismo predicado. Ya hablase del paro, la corrupción, el sistema educativo o el judicial, Rivera soltaba el tanto monta, “PP y PSOE, PSOE y PP”.

Iglesias, universitario, es más de chuleta en la palma de la mano que post-its, y ahí llevaba apuntado bien grande MODERACIÓN, ABUELOS y SOCIALISTAS DE CORAZÓN. En tono suave, varias veces pudo sustituir al moderador si este quería ir al baño, pidiendo a sus rivales que guardasen las formas: “no os parezcáis a Inda y Marhuenda”. Ese perfil le sirvió para colocar su discurso con tiralíneas, incluidas las menciones a abuelos y socialistas decepcionados, pero de vez en cuando se acordaba de sus seguidores de primera hora y les dedicaba unas frases rapeadas con la cara apretada como solo él sabe. Acabó por venirse arriba hacia el final, cuando se comió a los otros por velocidad y contundencia. Eso sí, para la próxima vez su equipo le tiene que poner un post-it gigante en la frente: “MIRA A CÁMARA, PABLO, JODER”.

En cuanto al candidato del PSOE, lo suyo no hay post-it que lo arregle. Hay que reconocerle, eso sí, que cumpliese con la convocatoria. Ya desde el sofá de casa, Rajoy se fumó un puro viendo cómo su líder de la oposición favorito aguantaba solidariamente las bofetadas propias y las del presidente. Con cara de arrepentirse por haber venido, Sánchez buscó triste consuelo en el pasado socialista, intentó debatir con el atril vacío sin mucho éxito, y perdió los papeles sacándole a Iglesias la URSS y Batasuna. Si sus rivales no le hicieron más daño debió de ser por humanidad.

Después de tantas expectativas creadas, el enésimo partido del siglo fue uno de esos encuentros que se recuerdan no por los goles sino por las tanganas, y ni siquiera hubo muchas. Enganchones a dos y tres bandas, breves e inofensivos como pellizcos. Si no hubo más espectáculo fue por culpa de Rajoy, cuya ausencia nos hacía fantasear de lo que habría sido aquello con el cuarto atril habitado. Quedará para la historia, sí, como el primer debate de un nuevo tiempo telepolítico. Pero en lo más inmediato, no creo que sirviese para mover un solo voto. Nadie ganó ni perdió mucho, y solo uno se quedó como estaba: el que no vino. Y eso, a estas alturas, le habrá sabido a victoria.

Si alguien ganó claramente fue el equipo de El País. Felicidades por el buen trabajo.

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El 20D se juega en el plasma. La política espectáculo ha superado a la de las propuestas y ahora es más fácil ver a un candidato cocinando o bailando que debatiendo. Los programas que cuentan no son los electorales sino los de televisión. En este blog, Isaac Rosa repasará los mejores momentos de este 'show' en la campaña de las elecciones generales 2015.

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