Cuando Superman y Ironman defienden sus poderes con ciencia
Dos investigadores, una moderadora y un debate sobre ciencia. Así dicho, puede sonar aburrido, pero si los dos científicos encarnan a Iron Man y Superman y la contienda la dirige una árbitro de un ring de boxeo, esta batalla dialéctica sobre la ciencia que trata de explicar los superpoderes de los más famosos personajes de cómic incrementa su atractivo para un público que abarrota la sala y aguarda en cola en la calle.
Esa idea, la de hacer atractiva la ciencia, es la que mueve La ciencia de los superhéroes, un ciclo de debates entre investigadores que defienden y explican las cualidades de los superhéroes de las factorías Marvel y DC. Es una iniciativa organizada por la Unidad de Cultura Científica y de la Innovación de la Universidad de Córdoba (UCO). Y, todo ello, en un lugar idóneo: Crash Comics, una tienda especializada en todo lo relativo a superhéroes y juegos en la capital cordobesa.
En esta primera batalla, Superman es Antonio Sarsa, profesor del departamento de Física Atómica y Nuclear de la UCO, que defiende cómo la ciencia explica los superpoderes de este personaje. Porque, al igual que el ser humano daba grandes saltos con pequeño esfuerzo cuando llegó a la Luna, la gran fuerza de Superman en la Tierra se puede explicar al provenir de otro planeta, Cripton, donde las condiciones de la gravedad serían mucho más intensas. De esa manera, “la estructura ósea, el aparato locomotor, la musculatura de su habitantes son acordes a esa gravedad y en la Tierra su fuerza se multiplicaría”, explica el científico. “Los poderes de Superman en principio parecen irreales, pero siempre podemos pensar que puede haber otras condiciones en otros planetas”, defiende el personaje de la criptonita.
El exoesqueleto de Iron Man
Frente a él, el otro personaje de la contienda: Iron Man, encarnado por el investigador en Química Inorgánica de la UCO, José Balbuena. ¿Cómo explicar sus superpoderes? En este caso no serían innatos como los de Superman sino que serían artificiales, construidos por el propio personaje como una armadura especial.
“Una hormiga es capaz de levantar su propio peso multiplicado. Eso es posible porque tiene un esqueleto ligero. Pues esas condiciones podrían extrapolarse a un exoesqueleto –un esqueleto externo- que podría ser la armadura de Iron Man”, defienden el investigador. La investigación científica en la creación de nuevos materiales, por ejemplo, podría abrir también la puerta para explicar las especiales características de esa armadura que otorga su superpoder a Iron Man.
“Es ciencia-ficción”, dicen los investigadores-superhéroes. Y es esa parte de ciencia la que sí tiene una explicación real que responde a la ilusión de las cualidades de estos personajes. “Es una forma sencilla de divulgar la ciencia”, reconocen quienes dicen que también “los cómics nos sirven para dar nuestras clases” en la Universidad. “Son formas más atractivas para el alumnado en multitud de materias como la Física, la Química, la Óptica…”, enumera.
Ellos no serán los únicos personajes que se vean las caras en estas particulares batallas dialécticas donde el público, seguidores de sus cómics, les puede interpelar. El ciclo de debates que ha comenzado en este mes de enero proseguirá con otra sesión en febrero de Spiderman contra Batman y un tercer debate en el mes de marzo entre Jean Grey y Wonder Woman.
La ciencia de los superhéroes es una de las acciones incluidas entre los objetivos del III Plan Anual de Divulgación Científica de la Universidad de Córdoba, diseñado por su Unidad de Cultura Científica y de la Innovación, aprobado por el Consejo de Gobierno de la UCO y cofinanciado por la Fundación Española de Ciencia y Tecnología.
