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El Govern demora la vía unilateral hacia el referéndum a la espera de los comuns

Colau en uno de los actos de apoyo a Forcadell ante los tribunales

Arturo Puente

El Govern de Junts pel Sí intentó este lunes poner la directa hacia un referéndum no pactado con el Estado, pero la maniobra de Catalunya En Comú ha conseguido, por el momento, aplazarlo. Los de Domènech rechazaron aparecer en la reunión convocada por el president de la Generalitat, a la que sí asistió Podem, escenario que ha llevado al Govern a dilatar el calendario previsto.

Antes de que el Ejecutivo catalán anuncie la fecha y la pregunta volverá a reunirse el Pacte Nacional pel Referèndum, el foro que los comuns han señalado como el único lugar en el que aceptan el diálogo con los independentistas. A su entender, es el Pacte Nacional el que “representa el 80% del anhelo del derecho a decidir”, ya que es un foro constituido en torno a la idea del referéndum pactado. La resistencia de Catalunya en Comú al diálogo con el Govern anuncia una estrategia de inflexibilidad contra el referéndum sin acuerdo.

El nuevo espacio de Domènech no espera que de la nueva reunión del Pacte Nacional, que se convocará probablemente para la semana que viene, salgan posicionamientos novedosos. El partido sí confía en que sus discrepancias con el referéndum que promueve el Govern estarán respaldadas por otras organizaciones sociales y sindicales representadas en el amplio foro. Según explicaron fuentes de CatComú este martes, su pretensión es que el Pacte apueste por seguir trabajando “incansablemente, día a día y sin fechas de caducidad” por un referéndum con garantías.

El Govern ha convenido finalmente esperar a que el Pacte Nacional se reúna, como pide Domènech, antes de zambullirse en la estrategia unilateral. “Tenemos la voluntad de escuchar a los diversos actores antes de anunciar fecha y pregunta”, ha explicado la portavoz Neus Munté este martes, “entre estos actores uno es el Pacte Nacional, y es uno muy importante”. Sin embargo, el Govern ha recordado que no son ellos quienes convocan el foro del referéndum pactado.

El Ejecutivo de Puigdemont sabe que el viraje entre “pactado” y “unilateral” es una de las operaciones más complicadas de la legislatura. Hasta tal punto que contemplan como posibilidad que algunos sectores que hasta ahora se han contado en el soberanismo se descuelguen. Pese a esto, consideran que es de suma importancia que los comuns se mantengan dentro del consenso del referéndum tanto como sea posible y, al menos, hasta la convocatoria unilateral.

El anuncio de la pregunta y la fecha del referéndum, que tiene más valor simbólico como comienzo de la campaña hacia la convocatoria unilateral que por su contenido, se espera para mediados de junio, fechas por las que también llegará a la polémica reforma del reglamento del Parlament que permitiría una aprobación exprés de la ley de desconexión.

A partir de entonces, desde Junts pel Sí se prevé entrar en una fuerte confrontación con el Estado, situación en la que los de Colau siempre han hecho piña con los soberanistas. Ese es por tanto el Rubicón que el independentismo intentará cruzar junto a los comuns.

Pero las relaciones entre los dos grandes espacios llegan muy debilitadas a este momento crítico. Los reproches cruzados entre independentistas y comuns son constantes en todos los niveles administrativos, del ayuntamiento de Barcelona al Congreso de los Diputados. La batalla política en torno a la acusación de Convergència por el Consorcio del Palau, que ha enfrentado el ayuntamiento de BComú con los consellers del PDECat en el Govern, ha sido el último de una serie de choques que se suceden. Sin paz institucional y con el rumor electoral de fondo, los consensos en la vía soberanista son cada vez más difíciles.

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