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La Junta Electoral tumba el vídeo del orgullo valenciano por su “intencionalidad política”

Ximo Puig y Mónica Oltra, junto a una imagen del vídeo del orgullo valenciano.

Voro Maroto

“El orgullo de ser valencianos no necesita cemento porque surge de la tierra”, se escucha en el vídeo que la Generalitat encargó para para limpiar la imagen de los valencianos,  una producción de un minuto y medio con la que pretendía “cambiar los temas de conversación”, dominados por la corrupción y promover “el orgullo de ser valencianos”.

En el trabajo se reivindicaban “las estructuras que nos hacen grandes y no son de hormigón”, y se apostaba por “el esfuerzo y la perseverancia” para afirmar que “después de la tormenta no viene la calma, viene la fiesta”. El PP lo denunció ante la Junta Electoral al considerar que esas afirmaciones y el contenido general del vídeo son propaganda electoral.

El organismo encargado de velar por la limpieza de la contienda electoral le ha dado la razón. La junta cree que el gobierno valenciano no ha respetado la “neutralidad política”, su obligación de no gastar dinero público en publicidad sospechosa de partidismo. Para el árbitro electoral, el vìdeo tiene “una intencionalidad política” ya que hace “crítica a gobiernos anteriores y de ensalzamiento al actual”.

Antes, el PP denunció que el vídeo suponía “un abuso partidista de los recursos públicos” al “atacar” y señalar al PP -que nunca es mencionado- como responsable de los males de la Comunidad Valenciana. Tras el recurso popular, el Consell retiró el vídeo de su página web -donde apenas estuvo accesible un día- pero no de sus perfiles sociales. Fuentes de Presidencia confirman que el audiovisual será retirado en breve. En el momento de escribir este artículo sigue disponible en el canal Youtube de la Generalitat. Suma 90.000 visitas.

Un vídeo hecho por compañías de fuera

El PP también se sumó a las críticas de varias organizaciones del audiovisual valenciano -citó a la  Mesav y Atrau- que han protestado el encargo del vídeo a una compañía catalana, aunque una productora de Alicante también estuvo involucrada. El trabajo costó 34.000 euros. Cuenta con música y voz del cantautor Carles Dénia y la colaboración de diversas entidades, entre otras la Unión Musical Cultural de Estivella, el Trinquet Pelayo, la Nova Muixeranga d'Algemesí o la falla Almirante Cadarso-Conde Altea.

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