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“La calidad de la industria no encaja con rebajas salariales”

El secretario general de Industriaall, Ulrich Eckelmann. FOTO: Miguel Madariaga

Ana Requena Aguilar

Madrid —

Quedan unas semanas para que se celebren las elecciones europeas, y la organización sindical IndustriALL (que representa a 50 millones de trabajadores del sector industrial en 140 países y agrupa a varias federaciones industriales) está impulsando un manifiesto para revitalizar la industria en el continente y utilizarla como palanca para la recuperación. Esta semana, su comité ejecutivo ha celebrado una reunión en Madrid a la que también han asistido los secretarios de Industria de CCOO y UGT. Ulrich Eckelmann es el secretario general de IndustriALL: asegura que el diálogo social es imprescindible y que los gobiernos deben escuchar a los trabajadores y no solo a sus asesores financieros.

Pregunta: Están presentando su manifiesto para fomentar la reindustrialización europea, ¿es la industria el sector que puede impulsar la recuperación en Europa?

Respuesta: La industria tiene justo ese papel. También sabemos que la mayor parte de las actividades en el sector servicios dependen fundamentalmente de la aportación previa de la industria. Estamos hablando de cadenas de generación de valor añadido: si hablamos de la producción de automóviles, su producción depende de la química, del acero, del cristal, de la producción de plásticos, de la energía... Todo esto luego llega a formar la industria del automóvil. Luego, los coches se venden, es decir, que también se integra el comercio, pero también hay otro tipo de servicios a su alrededor: las reparaciones, las infraestructuras de transporte y carreteras que se necesitan y que demandarán trabajadores en el sector de la construcción. También hace falta una legislación correspondiente, por tanto, también debe contribuir el Estado, hay controles y sanciones de tráfico... Es decir, que la producción industrial genera muchos puestos de trabajo también fuera de ella.

P: ¿Cuáles son algunas de sus propuestas concretas para revitalizar la industria en Europa?

R: Hemos hecho una serie de propuestas y los políticos están receptivos. Se trata, por un lado, de mejorar las condiciones por el lado de la oferta, que es algo de lo que se está encargando la Comisión Europea. Saludamos iniciativas para, por ejemplo, fortalecer la liquidez de las empresas o la idea de fomentar la cualificación de los trabajadores, invertir más en formación, en educación. Decimos, además, que hacen falta inversiones y por eso hemos propuesto un gran programa para ello: invertir un 2% del PIB europeo, en torno a 260.000 millones de euros cada año; un programa pensado a diez años que podría generar hasta once millones de puestos de trabajo. Para eso hace falta financiación y por eso pensamos que deberían relajarse las reglas relacionadas con los niveles de endeudamiento de los países. Pero también proponemos una especie de tasa patrimonial que deberían pagar aquellos que se han beneficiado de la crisis, es decir, los ricos. Además, hay que acabar con los paraísos fiscales y controlar el fraude fiscal, así los estados estarán en condiciones de realizar esas inversiones. Eso sería especialmente beneficioso para los estados del sur de Europa. Es decir, por un lado hay que actuar para mejorar las condiciones de la oferta, pero por otro también la demanda.

P: ¿Cómo se repartiría esa inversión entre los países miembro?

R: Hemos propuesto que se beneficien fundamentalmente aquellos países más afectados por la crisis, es decir, en primer lugar los países del sur de Europa. Planteamos invertir en infraestrucutras energéticas, sobre todo para tener más energías renovables, algo de lo que también se beneficiarían los países a los que en estos momentos ya les va mejor, por ejemplo, los países centroeuropos, entre ellos Alemania. Si se invierte aquí se alienta el consumo en España, pero también se promueve el consumo de productos importados y eso sería beneficioso para los países vecinos.

P: En España se ha apostado por competir a través de rebajas salariales, ¿es esa la forma en que se debe competir?, ¿es el momento de subir salarios?

R: En este encuentro hemos hablado muchísimo de la calidad de los productos, de los servicios, de formar mejor a los trabajadores. Eso lo dice también por cierto la Comisión Europea cuando habla específicamente de las recomendaciones que hace para determinados países. Y la calidad no encaja con un 'dumping' salarial ni con el hecho de rebajar los salarios, es algo que rechazamos y a lo que nos oponemos. Hay que mejorar el ambiente y el Gobierno tiene que entrar en diálogo social con los sindicatos porque la confrontación no los va a llevar adelante, tenemos que intentar buscar soluciones en común. Hay que escuchar la opinión de los trabajadores, de sus representantes, y no solo escuchar lo que puedan decir los asesores financieros.

P: La industria alemana siempre se ha puesto como modelo, ¿realmente funcinan tan bien las cosas allí?

R: Alemania tiene un estándar industrial muy elevado, sus productos se venden en todas partes, en el sudeste asiático entre otros lugares. Y ese ha sido el modelo de éxito alemán del que también se han beneficiado otros países. Podemos mencionar a países del este de Europa, como Polonia, Hungría, Checoslovaquia... En parte, entre los beneficiarios está España, porque la generación de esa cadena de valor añadido llega a toda Europa, hay muchas empresas alemanas que también han invertido en otros países. Hace quince años, de Alemania se decía que era el enfermo de Europa y el Gobierno por aquel entonces intentó mejorara la competitividad bajando los salarios y se generaron seis millones de trabajos precarios. Y lo que ha salvado realmente a la industria alemana ha sido la calidad, ha habido muchas medidas que han ido corrigiendo esa desviación. Por ejemplo, los grandes sindicatos alemanes de la industria y la química han conseguido que el trabajo prestado a través de ETT se pague hoy en día de forma muy similar a como se paga el trabajo directo en la industria. Con eso, los sindicatos han conseguido reequilibrar la situación y compensar los errores cometidos en el pasado. Pero solo ha sido posible por el diálogo que ha habido en Alemania entre los sindicatos y la patronal.

P: El paro juvenil de España es uno de los más altos de la Unión Europea. Se lleva tiempo hablando de que el modelo de formación dual alemán (en el que la gente joven aprende un oficio y se forma en empresas mientras trabaja en ellas) podría ser una buena solución. ¿Cree que es un modelo exportable a España?

R: Siempre se está debatiendo esto, creo que en principio sí se podría exportar algo similar pero hay que decir que es algo que tarda años en organizarse adecuadamente, porque las instituciones que realizan este tipo de formación profesional dual son, por un lado, los sindicatos y, por otro, las patronales y hay que crear todo tipo de entidades relacionadas con ello, para lo que se precisa también apoyo del Estado. Los sindicatos españoles han estado viendo de primera mano cómo funciona el modelo en Alemania. En cualquier caso, esto es una medida importante que actúa sobre el lado de la oferta pero que solo puede funcionar si realmente se invierte más porque solo con más inversión habrá más empleo. Por otro lado, hay que decir que se están formando aquí españoles que tienen una buena cualificación pero que luego se marchan del país, y eso puede ser la muerte de la economía española.

P: Industriall ha enviado una carta para solidarizarse y expresar su repulsa por la petición del Fiscal de ocho años de cárcel para ocho sindicalistas de Airbus, imputados por estar en unos altercados que se produjeron frente a la fábrica durante una huelga general de 2010. ¿Qué le parece esta petición de cárcel por unos hechos como estos?ocho sindicalistas de Airbus

R: Los sindicatos españoles nos informaron de esta situación y nos hemos solidarizado con los trabajadores. También vamos a apoyar las protestas que pueda haber contra esta inculpación. Tenemos un caso similar en Grecia, donde ha habido imputaciones de varios sindicalistas. Estuvimos con una gran delegación europea en el momento en que se produjo la vista en los tribunales. La sentencia aún no se conoce, pero creo que el asunto se sobreseirá. En Europa podemos decir que vivimos en un continente con normas sociales muy importantes y todo esto que está sucendiendo contradice este modelo europeo, además de infringir las normas de la Organizción Internacional del Trabajo.

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