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Manuela Carmena se enfrenta este lunes a su primera huelga indefinida de recogida de basuras

Manuela Carmena apoyando la campaña “Mantengamos limpia nuestra ciudad”

Fátima Caballero

Manuela Carmena se enfrenta desde este lunes a su primera huelga indefinida de recogida de basuras. La imagen de un Madrid lleno de residuos, que quedó como uno de los momentos más negros de la gestión de Ana Botella, puede repetirse si las negociaciones entre los sindicatos y las empresas concesionarias siguen sin prosperar en los próximos días. 

Los sindicatos CCOO, UGT y CGT convocaron los paros después de que negociaciones del convenio único quedasen en punto muerto con las empresas concesionarias. Las conversaciones, que no han podido evitar los paros, se habían dado hasta última hora de la mañana de este mismo domingo. El Gobierno de la capital sorteó una primera huelga convocada para el pasado 12 de junio, que finalmente se canceló cuando las tres concesionarias accedieron a sentarse en una misma mesa de negociación con los sindicatos para establecer un convenio único para todos los empleados independientemente de la empresa para la que trabajasen.  

La huelga indefinida comienza este lunes a las 7 de la mañana. El Ayuntamiento de Madrid ha fijado ya los servicios mínimos “para garantizar que no se produzcan problemas de salubridad”, asegura la corporación local en un comunicado. Para la recogida de basura domiciliaria, cubo de restos –tapa naranja– y orgánica –tapa marrón–, los servicios mínimos se han fijado en un 50%, por lo que se recogerá cada 48 horas. Los servicios de recogida serán los habituales en colegios, centros de enseñanza, guarderías infantiles y residencias especiales. Desde los sindicatos consideran estos servicios mínimos “exagerados”, aunque recuerdan “que se cumplirán como siempre”. 

El servicio de recogida de basuras de la capital se divide en la actualidad en tres lotes cuya gestión está adjudicada a las empresas FCC; a una UTE formada por Valoriza, Acciona, OHL y Ascan, y a una tercera UTE formada por Urbaser y Ferrovial. Las negociaciones desde que se desconvocaran los anteriores paros no han prosperado, aunque ahora los motivos de la protesta son otros dado que el convenio colectivo ya no está en entredicho. 

Unos 1.600 trabajadores están llamados a secundar los paros en protesta a lo que consideran “un retroceso en sus derechos”. “Durante las negociaciones nos hemos encontrado con que no nos mantienen ni siquiera el convenio actual y la oferta que están haciendo está por debajo”, explican desde CCOO a eldiario.es. Según explican estas mismas fuentes, las empresas querrían aumentar la jornada semanal de las 37,5 horas laborales a las 39 o rebajar los complementos salariales. El planteamiento de los sindicatos pasan, además, por una mejora del salario y garantías de mantenimiento de empleo.

Remunicipalización del servicio

La constructora FCC, entre cuyos mayores accionistas se encuentran Carlos Slim y Esther Koplowitz, tenía la adjudicación de la recogida de basura en Madrid desde principios del franquismo (1940), según consta en su página web. Ese contrato en exclusiva se rompió en 2014, cuando Ana Botella adjudicó la recogida de basuras de los distritos de la periferia a ACS y Ferrovial por un año, decisión que la anterior concesionaria (FCC) llevó a los tribunales. El plan del Gobierno de Botella era unificar los dos contratos en uno solo, al igual que se hizo con la limpieza de la ciudad. La derrota electoral del PP en las municipales de mayo de 2015 truncó el plan.

Con las nuevas adjudicaciones de Manuela Carmena en 2016, ahora el servicio de recogida de basuras está en manos de tres UTES, formados por siete empresas. FCC, que recoge los residuos de la zona oeste por 250 millones de euros, la unión de ACS-Ferrovial, que controla los distritos del sur por 191 millones y la UTE Sacyr-Acciona-OHL y Sadisa que se queda con la zona este.

El Gobierno de Ahora Madrid asegura que la división en tres lotes se hizo “para distribuir uniformemente el servicio y no perder la oportunidad de la economía de escala”. Esto quiere decir que se apuesta por empresas que, por su volumen, pueden ofrecer costes de producción más bajos, por tanto, contratos más baratos. 

El programa con el que concurrió a las elecciones Ahora Madrid plantea la remunicipalización de servicios. Así ha ocurrido en el caso de la empresa municipal EMT que ha asumido la gestión de BiciMad, la de los aparcamientos de Plaza España y Montalbán o  la empresa funeraria que ha asumido la gestión de los cementerios.

“Respecto a la recogida de residuos en concreto, no existe ninguna empresa pública capaz de asumir ese servicio. Con la normativa estatal actual, no se pueden crear nuevas empresas”, argumentaban hace unos meses desde la concejalía que dirige Sabanés a eldiario.es. Estas fuentes se refieren a la ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local que establece la prohibición de la “participación o constitución de entidades instrumentales por las entidades locales cuando estén sujetas a un plan económico-financiero o a un plan de ajuste”, como es el caso del Ayuntamiento de Madrid, actualmente enfrentado al Ministerio de Hacienda por ese motivo. 

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