El destacamento aéreo español “Marfil”, una misión desde Senegal a Chad

Los militares españoles del destacamento aéreo que se encuentra en Dakar en apoyo a la misión francesa de Mali serán relevados la próxima semana después de más de tres meses en los que han volado desde Senegal hasta Chad con el fin de ayudar al Sahel, una región prioritaria para España.

El destacamento aéreo “Marfil” del Ejército del Aire está integrado por 48 militares que apoyan la misión francesa “Serval” en Mali con un avión de transporte desde la capital senegalesa.

Desde Senegal a Chad, pasando por Nigeria, Níger, Mauritania y Burkina Fasso. Esa es la vasta extensión en la que opera este destacamento “Marfil” que será relevado el próximo jueves, día 17, por otros 48 militares para continuar con esta misión.

Centrados en el Sahel, una región estratégica para los intereses españoles tanto desde el punto de vista de la seguridad como de lucha contra las mafias de la inmigración ilegal hacia España, estos militares han cumplido todas las misiones programadas por parte del mando francés, según explicó el jefe del destacamento “Marfil”, el teniente coronel Miguel Ángel Barroso.

Con un avión CASA-295 (T-21) y personal del Ala 35 del Ejército del Aire, el destacamento se encarga del transporte de tropas y de material desde Senegal a países como Chad o Mali, aunque en este último apenas vuela al norte del país, la zona más peligrosa.

Casi cien salidas y aproximadamente 270 horas de vuelo es el resumen de los 48 militares que desde hace más de tres meses se encuentran en el destacamento “Marfil”, en apoyo a la operación francesa “Serval” para frenar el avance del yihadismo.

Una operación de apoyo a Mali que desde que comenzó, en enero de 2013, ha hecho más de 500 salidas, unas 1.800 horas de vuelo, ha transportado casi mil toneladas de material y ha desplazado a más de 4.000 pasajeros, según explicó Barroso.

Asimismo, ha suministrado en vuelo, en labores de reabastecimiento, más de 10.000 litros de combustible a otras aeronaves de países implicados en la misión de Mali.

El destacamento “Marfil” no realiza misiones de combate de ningún tipo, por lo que el riesgo está “minimizado”. “No volamos a zonas en las que el riesgo es superior a riesgo medio, que suele estar en las ciudades próximas al aeropuerto”, explicó.

Aunque el avión está preparado con placas de protección y no se le envía a zonas donde la seguridad no está confirmada, el destacamento está preparado para atender cualquier tipo de riesgo que se produzca, aseguró el teniente coronel.

Una operación que cuenta con una especial singularidad: la zona de operaciones es muy vasta ya que va desde Senegal -en el océano Atlántico- hasta Chad -en el Mar Rojo-, una extensión que es como realizar un Madrid-Moscú, explicó Barroso.

Esto entraña ciertas dificultades tanto para el T-21 como para el avión Hércules que operó al principio de la misión. “Son vuelos de poca carga y poco pasaje, pero de muchos saltos de oeste a este”, dijo Barroso, antes de hacer referencia a la “carga de esfuerzo físico” que supone esto para las tripulaciones.

“Son distintos países, distintas coordinaciones con los aeropuertos en cuanto a carga y descarga de material y de personal, gestiones del vuelo”, añadió.

Después de proteger y apoyar al Gobierno de Mali de incursiones y una vez que ya existe un Ejecutivo democrático, aunque la zona del norte aún “no está asegurada”, la percepción de la inteligencia francesa, según apuntó Barroso, es que el problema está en este país, así como en Níger y Chad.

“Todas las tropas y material deben ir enfocadas a proteger esa zona”, destacó el teniente coronel, antes de explicar la importancia de seguir presente en esta región ya que, al no existir fronteras definidas -“son etéreas”-, el tránsito de personas es muy complicado de controlar y esto da pie a que grupos terroristas “se puedan mover con mucha facilidad”.

Cualquier acción que ocurra puede “saltar” al norte de África y de ahí a Europa. “La ayuda a los países del entorno del Sahel es ayuda indirecta que en el futuro nos estamos haciendo a nosotros mismos”, subrayó el teniente coronel.

A la extensión de la zona de operaciones, se le suma la idiosincrasia de África, un continente en el que las gestiones en general -de vuelo, de documentación o de coordinación- suponen “un mayor esfuerzo” que en Europa.

Pese a todo, el cumplimiento de la misión ha sido “positiva y muy alta”, ya que el nivel de cancelación ha sido mínimo“, señaló Barroso, quien explicó que sólo se han anulado actividades por pequeños problemas técnicos del avión, ”naturales en este tipo de misiones“.

Un personal profesionalmente “muy preparado y concienciado” es como ve el teniente coronel a los militares que el próximo jueves regresan a España después de más de tres meses en Senegal.