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Crónica del paulatino divorcio de Gaspar Llamazares e IU

Gaspar Llamazares y Alberto Garzón, en una imagen de archivo.

Aitor Riveiro

El paulatino alejamiento entre Gaspar Llamazares e IU puede haber dado un paso sin retorno con el registro como partido político de Actúa, la plataforma cívica liderada por el exdiputado y el exjuez Baltasar Garzón. Un movimiento, desvelado por eldiario.es, que ha generado un gran revuelo, pese a haberse producido en pleno mes de agosto. Y pese a que el divorcio del que fuera coordinador federal de IU entre 2000 y 2008, junto con muchos de sus compañeros de Izquierda Abierta, venía fraguándose desde hace al menos dos años.

Llamazares se hizo con las riendas de la coalición de izquierdas en uno de los momentos más delicados de su historia, tras las elecciones de 2000 que depararon la mayoría absoluta del PP de José María Aznar. Y las dejó, ocho años después, en una situación igual o peor: con solo dos diputados en el Congreso, aunque con la alianza con ICV recompuesta y sin mayorías absolutas, lo que daba cierto margen para influir en las políticas del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

El estallido de la crisis desbarató esa posibilidad. Llamazares dimitió y el Partido Comunista de España (PCE) retomó, de la mano de Cayo Lara, el control de la coalición que fundó en 1986. Llamazares saltó de la primera línea orgánica de IU, aunque fue reelegido diputado en 2011 y siempre ha mantenido un perfil propio en los medios de comunicación, lo que le ha valido no pocas críticas dentro de la coalición.

Las diferencias políticas entre Llamazares y la dirección de IU ya eran evidentes. Durante su mandato, el político asturiano había intentado desvincular a la coalición del que era su integrante más potente, el PCE. En una entrevista con eldiario.es en 2016, cuando se cumplía el trigésimo aniversario de la fundación de IU, Llamazares explicaba las resistencias que encontró durante su liderazgo.

“IU va directamente a la inmersión en el proyecto de Podemos”, aseguraba entonces. Una decisión que, dijo, había tomado el PCE y solo el PCE. Como en 1986 la de fundar la coalición.

Para entonces, Llamazares era la voz más crítica dentro de IU y portavoz de la coalición en el Parlamento asturiano, después de ganar unas primarias para las que no contó con el aval ni el apoyo de la dirección federal. Todo lo contrario. Su regreso a la política regional, anunciado en 2014, supuso el primer enfrentamiento público con el que ya se barruntaba como futuro líder de la coalición, Alberto Garzón.

Desde entonces, los desencuentros han ido a más. Las elecciones municipales y autonómicas de 2015 supusieron un cisma dentro de IU. Especialmente en Madrid, una de las plazas fuertes de Izquierda Abierta, el partido integrado en IU que colidera Llamazares junto a Montserrat Muñoz, exalcaldesa de San Fernando de Henares. En unos meses, Tania Sánchez abandonaba IU ante la imposibilidad de llevar adelante su proyecto pese a su triunfo en las primarias, mientras IU federal decidía integrarse en Ganemos Madrid, posteriormente Ahora Madrid, contra las tesis defendidas por IUCM, su partido referente en la región.

IUCM, por su parte, presentó su propia candidatura al Ayuntamiento, una candidatura que no fue reconocida por la dirección federal de Cayo Lara pero que hizo campaña con Luis García Montero, que comandaba la lista a la Comunidad de Madrid tras el vacío dejado por Sánchez y muy relacionado con Llamazares e Izquierda Abierta.

La de García Montero sí era una candidatura “oficial”. E hizo campaña con la de Raquel López al Ayuntamiento, que no lo era. Ambas se quedaron fuera de las instituciones al no alcanzar el 5% de votos que exige la ley electoral. Poco después, IU rompió con IUCM, Luis García Montero se afilió a IUCM e Izquierda Abierta amenazó con abandonar IU y dejó de asistir a los órganos.

No ocurrió. Era septiembre de 2015 y las elecciones generales, inminentes. La opción de que IU y Podemos concurrieran juntos era ya muy remota. Llamazares se había convertido en uno de los principales portavoces en la coalición de quienes rechazaban los acuerdos electorales con el partido de Pablo Iglesias. En Asturias la colaboración entre ambos partidos ha sido, cuando menos, difícil. Tanto en acuerdos preelectorales como postelectorales.

Solo para el 26J, tras el acuerdo de las direcciones estatales, se logró un entendimiento que únicamente lo fue sobre el papel. Para entonces, la mayoría de la organización de IU ya había apostado por confluir con Podemos, pese a las resistencias de la mayoría de quienes habían dirigido IU con anterioridad.

Lara, Llamazares y Francisco Frutos hicieron campaña contra las tesis defendidas por Alberto Garzón durante la XI Asamblea federal. El primer líder de IU, Gerardo Iglesias, sí comparte el proyecto de quien hoy es coordinador federal, tal y como atestiguó en una entrevista con eldiario.es.

Garzón arrasó en la votación entre militantes. Obtuvo un 74% de los sufragios. La opción de Izquierda Abierta, un 4,6%, lo que contrasta con su relevancia de puertas afuera de la organización.

Desde entonces, los movimientos de Izquierda Abierta, que tiene militantes y cargos que lo son también de IU pero también muchos que no lo son, y de Llamazares han ido encaminados a buscar un espacio propio. Ya sea dentro de IU o fuera. En un proyecto independiente o en coalición con otros. Sin descartar ningún aliado de la izquierda española.

Actúa es solo el último de estos pasos, pero también el que más revuelo ha provocado. No solo en IU, sino también en el PSOE, como destaca un miembro de la dirección de Izquierda Abierta en conversación con eldiario.es. “La reacción nos sitúa en un plano de competidores”, asegura. Si Actúa será efectivamente un competidor de alguien no es algo que esté resuelto. Depende de a quién se pregunte.

No lo está para Llamazares y la mayoría de Izquierda Abierta, que prefieren esperar a ver qué decisiones se toman en IU. La otra cabeza visible de Actúa, Baltasar Garzón, lo tiene más claro: “La decisión de participar en política está tomada”. Esas palabras han provocado que algunos de los promotores de lo que comenzó como una plataforma hayan optado por bajarse, mientras algunos de los expulsados de IU en Madrid ven una opción de reengancharse a un proyecto de ámbito estatal.

¿Cuándo se tomará la decisión final? “Si Actúa no tiene espacio, en 2019 se presentará donde pueda”, aseguran desde Izquierda Abierta a eldiario.es. La búsqueda de ese espacio ya ha comenzado.

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