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Cospedal lanza el 'y tú, más' a los españoles

José María Calleja

Ha extendido Cospedal el 'y tú, más' de la corrupción a todos los españoles. Cuando dice sonriente que “la corrupción no es patrimonio” de los partidos políticos, que existe en toda la sociedad, no solo pretende una absurda exculpación, basada en vender un mal supuestamente de todos como consuelo de tontos, es que llama majaderos a los españoles.

Habla Cospedal de “patrimonio”, como si la corrupción fuera algo a conservar y cuidar, algo de lo que enorgullecerse, y sin que parezca saber que, después de la crisis económica, es el problema que más preocupa e irrita a los españoles.

Con esta presunta explicación quiere la secretaria general del PP definir la corrupción de su partido como un modo de estar en sintonía con los ciudadanos. Nada de simulación ni de diferidos: el PP tiene corrupción, porque es muy español.

Lo dice como si fuera una conclusión sesuda, mezcla de severa reflexión y profundo conocimiento del paño, como si quisiera dejar zanjada de una vez por todas una cuestión que indigna a los ciudadanos.

Debería Cospedal ver su intervención anacoluta sobre Bárcenas, la indemnización simulada, diferida, para comprobar que lo que dice no es cierto.

La corrupción del PP se quiso tapar en un principio como si fuera una campaña contra el partido, luego con la defensa de los imputados, los “sé fuerte, Luis” y “no se podrá probar que no es inocente”, con los que Rajoy quiso defender a Bárcenas, y ahora salen con que toda la sociedad es corrupta. En ningún momento la más leve autocrítica. ¿Cuántos españoles conoce Cospedal que sean como el gerente de su partido en Castilla-La Mancha, José Ángel Cañas, que le dice al juez que firmó un recibí de 200.000 euros, pero que en realidad no había recibido ni un euro? ¿Se lo cree ella?

En este minuto del partido está en la cárcel un “ciudadano y político ejemplar”, como definió a Fabra Rajoy; un presidente autonómico modelo de Gobierno a seguir por Rajoy cuando gobernara España, Matas; Rato, el artífice, no ha entrado aún, pero ya puede preparar bien su coartada sobre los trapicheos con la banca Lazard para no seguir los pasos de los anteriores.

La gente escucha ese tipo de disculpas tan groseras, se mira a sí mismo y nota que le sube la indignación, como cuando escucha a Rajoy decir que la crisis es “historia del pasado” (lo que suele ser la historia, por otra parte).

Los casos de corrupción del PP son suyos y deben explicarlos y, si no es mucho pedir, ayudar a la justicia a esclarecerlos, sin destruir archivos. Pretender que la sociedad española esta corrupta y que, por tanto, lo suyo no es tan grave, no solo es mentira, es insulto a los españoles.

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