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El manual antisanchista está roto

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, acompañado por el secretario general del PP, Miguel Tellado, preside la reunión de la Junta Nacional del Partido Popular
21 de septiembre de 2025 22:08 h

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Crece el desconcierto en la sede popular y aún más en la sede de la presidencia de la Comunidad de Madrid. El infalible manual antisanchista se ha roto, no funciona bien. Cómo puede ser que, aquello que no pudo lograr la razonablemente buena marcha de la economía española, lo haya logrado un genocidio -no se alarmen, donde usted y yo vemos genocidio, ellos sólo ven Pedro Sánchez- que está sucediendo al otro lado del Mediterráneo, se preguntan pasmados en la calle Génova y en la Puerta del Sol. ¿Cómo es posible que estamos hablando de Gaza y no de Begoña Gómez y su malvado marido?

La respuesta del Partido Popular a la comparecencia del presidente del Gobierno, anunciando las nueve medidas frente a Israel, se atuvo al manual antisanchista. Cosas de Pedro Sánchez para tapar la corrupción de Pedro Sánchez. Con eso debería haber bastado. Isabel Díaz Ayuso, coautora del manual, incluso intuyó otra oportunidad para presentarse de nuevo como la más intrépida heroína antisanchista y marcarse un remake de esos grandes éxitos que todos recordamos: la pandemia es Sánchez, las restricciones son chavismo, Catalunya es ETA o Delante de mí, no se habla euskera.

Luego, todo se descontroló. Netanyahu comenzó la demolición inmobiliaria de Gaza, las protestas contra la participación del equipo de blanqueo israelí fueron a más hasta el éxito de la desobediencia civil de Madrid, el Rey calificó la situación de Gaza de insoportable e incluso la UE se lanzó a suspender parcialmente los acuerdos con Israel. Cuando Alberto Núñez Feijóo habló de masacre en el Congreso ya era tarde. 

A falta de incidentes y violencia ilegítima en las protestas de la Vuelta, la presidenta madrileña buscó hacer estallar la violencia verbal hablando de Sarajevo y de persecución a los judíos, justo el día que la Casa Real y la UE hablaban de desastre humanitario en Palestina; tampoco funcionó lo que hasta ahora siempre había funcionado. Díaz Ayuso se había quedado sin público; era la heroína de nadie.

Por primera vez en lo que llevamos de año el PP había perdido el control de la agenda pública. Se encontraba a la defensiva, teniendo que dar explicaciones en vez de exigirlas. La cosa estaba tan mal que incluso había que dejar de hablar de Hamás para resucitar a ETA y la 'Kale Borroka'

El PP tenía y tiene un problema con su posición frente al genocidio de Gaza. Su reacción ha sido tirar del plan B habitual: cuando el PP tiene un problema, resulta que todos tenemos un problema. Enseñar a los niños que algo que el Rey, el Papa y Feijóo han dicho que está mal es politizar las escuelas y por eso debe prohibirse. Se discute si es genocidio porque hay mucha polarización. No se puede hablar de Gaza porque le viene bien a Pedro Sánchez… Pero lo cierto es que el problema lo tiene el PP. No una sociedad española que muy mayoritariamente reconoce qué está pasando en Gaza y qué quiere ver hacer a su gobierno. El PP se ha colocado él solito en la posición donde solo están aquellos que nunca están y ni siquiera todos los ultras; nadie lo ha empujado, ni siquiera Pedro Sánchez. 

Su primer error fue pensar que las españolas y los españoles nos importaba más Pedro Sánchez que el genocidio y el sufrimiento que nos retransmiten en directo. Su segundo error está siendo empeñarse en convencernos de que estamos equivocados y debería importarnos mucho más Pedro Sánchez que un genocidio. 

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