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Antonio Luis, el timador “profesional” condenado a prisión por estafar 30.000 euros a la familia de Ana Rosa Quintana

La periodista Ana Rosa Quintana, en una imagen de archivo. EFE/Fernando Villar

Alberto Pozas

28 de diciembre de 2025 21:32 h

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Uno de los mayores timadores en serie de las últimas décadas ha sido condenado a tres años y medio de cárcel en Madrid por estafar 31.000 euros a la empresa de la familia de la presentadora Ana Rosa Quintana que gestiona el alquiler de varios inmuebles en la ciudad. El acusado, que terminó reconociendo los hechos ante el tribunal el pasado mes de octubre, explicó que a lo largo de 2019 usó varias identidades falsas para reservar más de 270 noches en alojamientos sin pagar ni una sola de ellas, hasta que fue denunciado en una comisaría de Chamberí. El historial delictivo de este hombre, que ha pasado varias veces por la cárcel, se remonta hasta la década de los noventa con más de 15 condenas por distintos engaños y estafas muy similares a la que ahora ha padecido la empresa de la familia de la presentadora.

Según la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid a la que ha tenido acceso elDiario.es, Antonio Luis C.B empezó a reservar noches en apartamentos y pisos turísticos gestionados por una empresa de la familia de la directora de las mañanas de Telecinco. Entre junio y noviembre de 2019, tal y como ha reconocido él mismo, reservó 274 noches en varios alojamientos usando la documentación de personas a las que no conocía y que le habían dado, en algún momento, una copia de su DNI para hacer una gestión laboral. Para reforzar su mentira y que le dejaran aplazar algunos pagos se hacía pasar por empleado de una importante empresa de trasteros.

Los empleados de la empresa vinculada a la familia de la presentadora empezaron a sospechar cuando vieron que la documentación no cuadraba y que, incluso, a veces les enviaba justificantes de transferencias y pagos que parecían falsificados. Una denuncia en la comisaría de Policía Nacional de Chamberí a finales de 2019 destapó la magnitud del engaño: había estafado un total de 31.347 euros en 182 reservas para 274 noches a nombre de cuatro personas que no sabían nada. Haciéndose pasar, además, por empleado de la compañía Blue Space, que no sabía nada de él y para la que nunca ha trabajado. Los policías, tal y como dijeron en el juicio, fueron “uniendo cabos” hasta llegar a él y su historial de estafas.

La causa llegó a juicio el pasado mes de octubre con dos personas en el banquillo: el estafador confeso y su hermano, acusado de haber disfrutado al menos de dos de esos alojamientos reservados de forma fraudulenta. Antonio Luis B.C, que ya estaba encarcelado entonces por condenas anteriores, llegó a un acuerdo con la Fiscalía y su condena se quedó en tres años y medio de cárcel además de la obligación de devolver el dinero, algo que no ha sucedido. Menos de los cinco años que llegó a pedir para él el Ministerio Público en un primer momento. Pero su hermano quiso ir a juicio para defender su inocencia y ha sido finalmente absuelto: no hay pruebas que le impliquen en la estafa.

En el juicio, además de los policías que investigaron el caso y los empleados de la empresa de alquileres que trataron con él, comparecieron también las personas cuyas identidades usurpó para reservar decenas de alojamientos sin pagar. Todos explicaron lo mismo: que le conocían por experiencias laborales anteriores y que en algún momento le habían dado una copia de su DNI, pero que no sabían nada de esos alquileres. Uno, por ejemplo, le había entregado su documentación para gestionar un viaje a México. Otro para una compra de césped artificial.

Un “importante historial” de estafas

La condena que le ha impuesto la Audiencia Provincial de Madrid es de tres años y medio de cárcel, una multa de 813 euros y la obligación de pagar los más de 31.347 euros que estafó a esta empresa, una de las múltiples que pertenecen a la familia de la presentadora Ana Rosa Quintana y que, en este caso, usan para gestionar el negocio de alquileres y pisos. Los jueces explican que no fue “un burdo engaño” sino que urdió una sucesión de timos y estafas que denotaban su “solvencia, seriedad y formalidad” cuando, en realidad, su objetivo era no pagar ni un euro.

Los jueces destacan el “importante historial delictivo” de este hombre de 64 años de edad. La documentación a la que ha tenido acceso elDiario.es revela que acumula más de 15 condenas por distintas estafas y engaños desde principios de la década de los años noventa. Causas judiciales por las que ya ha pasado etapas en la cárcel y que suman más de 20 años de prisión. Casos muy similares: por usar documentación falsa para conseguir tarjetas de crédito, por contratar líneas telefónicas a nombre de otros, estafar a personas con falsos alquileres de viviendas o, incluso, por engañar a un preso en la cárcel donde él mismo cumplía una de sus múltiples condenas.

Una de sus sanciones de cárcel más abultadas es de cinco años y medio de cárcel y fue declarada firme por el Tribunal Supremo en 2006. Ya entonces los jueces destacaron la “profesionalidad” en sus estafas y el “nulo efecto preventivo” que habían tenido sobre él las diez condenas que ya entonces pesaban en su historial. En ese caso declararon probado que durante varios años estuvo utilizando identidades falsas, con documentos de terceras personas, para conseguir decenas de tarjetas de crédito con las que gastó más de 80.000 euros hasta que fue cazado. La Policía se dio cuenta de que tenía preparadas muchas más solicitudes para conseguir más tarjetas con más carnés de identidad ajenos.

Otra de sus condenas estuvo relacionada con una inmobiliaria. Él y otro cómplice convencieron a cuatro personas para que, entre todas, les dieran 6.000 euros por el alquiler de unos pisos que ni siquiera eran suyos. El dinero, en realidad, era ingresado en una cuenta que había pertenecido a su madre fallecida. Otro de sus engaños fue perpetrado desde su celda de la cárcel de Aranjuez, donde cumplía condena en 2011 por varias de sus estafas: hizo creer a otro preso que podía cambiar su pena de cárcel por una multa y se quedó con los más de 5.000 euros que le transfirieron los familiares y amigos del preso.

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