Noticia servida automáticamente por la Agencia EFE
Esta información es un teletipo de la Agencia EFE y se publica en nuestra web de manera automática como parte del servicio que nos ofrece esta agencia de noticias. No ha sido editado ni titulado por un periodista de eldiario.es.
'El pisito', el aula donde niños con necesidades especiales aprenden a ser independientes
Eva Ruiz Verde
Écija (Sevilla), 29 oct (EFE).- Hacer la comida, mantener la higiene personal, planchar o gestionar la economía doméstica son labores fundamentales del día a día que niños y adolescentes con necesidades educativas especiales aprenden en 'El pisito', el aula que ha ideado un colegio de Écija (Sevilla) para ayudarles a fomentar su autonomía e independencia de cara a la vida adulta.
Se trata de un espacio recientemente inaugurado en el centro de las Escuelas Profesionales Sagrada Familia (SAFA) en este municipio, en el que se recrea un hogar que cuenta con una zona de cocina, otra para planchar, una para comer y una más para dormir, en la que los pequeños se afanan en aprender a hacer la cama.
La idea surgió primero en las clases, donde se comenzó a trabajar a través de talleres con los alumnos en hacer recetas de cocina, coser o lavar los platos, hasta que se empezó a “soñar” con la posibilidad de hacerlo “de manera más real y práctica”, explica a EFE Maite Salés, coordinadora del departamento de Orientación.
“Hoy tenemos nuestro pisito”, presume Salés, que subraya que los niños están “entusiasmados y muy motivados” porque “ven que contenidos que trabajaban antes en matemáticas, lengua o biología los han llevado a la vida diaria y a cosas que les son útiles y les dan mucha autonomía”.
No todos los estudiantes con estas características participan en el proyecto, sino que el departamento de Orientación selecciona a aquellos para los que el desarrollo de estas actividades -que se integran con el resto de materias que cursan en el centro- puede suponer una mayor dificultad para las familias.
Cómo organizar el piso
Una vez a la semana alumnos de entre 8 y 16 años -de Primaria a FP Básica- pasan en pequeños grupos por este aula después de hacer una evaluación inicial para identificar qué tareas saben realizar por sí mismos y cuáles necesitan aprender, detalla Inmaculada Cejas, maestra de Pedagogía Terapéutica.
“Les vamos explicando cómo tienen que organizar el piso: qué se necesita por ejemplo para fregar, qué productos pueden ser peligrosos, por qué tienen que conocer las etiquetas o qué hacer antes de cocinar”, resume la maestra, que incluye entre las experiencias prácticas elaborar una lista de la compra e ir al supermercado.
Explica que la idea surgió de la “inquietud” de profesores y orientadores al pensar en qué pasaría con estos alumnos cuando termine su labor, sumada al “pellizco” por parte de las familias de plantearse “qué va a ser de ellos” cuando no puedan acompañarles.
Mari Carmen es la madre de Gabriel -14 años- y define como “fantástico” el proyecto de 'El pisito', por la “gran ayuda” que supone para los padres y por “disminuir las dificultades que este tipo de niños y adolescentes se van a encontrar a lo largo de la vida”.
Destaca que esta experiencia les está sirviendo también para cambiar su forma de relacionarse y sentirse parte de un grupo. “Ya no piensa que sólo él tiene esas dificultades, sino que hay más compañeros que presentan situaciones parecidas, lo que le ayuda a sentirse más identificado con ellos”, precisa.
Más autoestima
Recuerda especialmente una de las cosas que ha aprendido su hijo, que sufre temblores en las manos a raíz de la ansiedad y estrés que padece. “Cuando me mandaron un vídeo en el que ensartó un hilo en una aguja de coser yo no me lo creía. Me emociono porque está logrando poco a poco cosas que yo a lo mejor en casa no consigo hacer”, detalla.
Junto a ella asiente Regli, madre de Paula, de 14 años, que rubrica que se trata de una experiencia “maravillosa” y que a su hija, “a la que le cuesta mucho trabajo hacer muchísimas cosas, estar aquí le ha subido la autoestima, porque ve que puede hacer cosas que antes no podía”.
“Le encanta venir”, asegura Regli, que detalla que ahora la joven le dice en casa que “hoy cocina ella o que va a doblar la ropa porque lo hace mejor que yo” y que además disfruta enseñando a su hermano cómo hacer algo que ha aprendido, lo que hace que esté “muy contenta”.
Para esta madre “lo académico es súper importante, pero que le enseñen para una vida adulta no lo es menos”, ya que el día de mañana podrá realizar “un montón de cosas cotidianas que antes eran un mundo y que aquí le van a enseñar mejor que en casa”, concluye.
0