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La homofobia sí que se cura: así se previene el acoso escolar hacia los jóvenes LGTBI en centros educativos

inserta

Javier Ramajo

Una familia cerrada a aceptar a su hijo transexual. Un alumno solitario y triste. Un colegio implicado pero incapaz de mediar con éxito. Es uno de los escenarios que se han encontrado los profesionales que han desarrollado el Programa de Prevención de la Violencia hacia la Diversidad de Inserta Andalucía durante este curso escolar. Mientras Vox ha pedido a la Comunidad de Madrid los nombres y apellidos de las personas que imparten talleres LGTBI en los colegios, en nuestra comunidad el esfuerzo se centra en tratar que “el entorno directo del menor” acepte “con normalidad” la identidad de género o la orientación sexual sentida.

René R. Clares, responsable del programa de Inserta, una entidad que trabaja desde 2008 por el desarrollo integral de la infancia y la juventud, especialmente la que se encuentra en riesgo de exclusión social, señala a este periódico que el objetivo principal prevenir el bullying hacia el colectivo LGTBI en los centros educativos. Lo innovador de este programa, financiado por la Junta de Andalucía, es intervenir antes de que se produzcan las situaciones de violencia en las aulas.

“Nos hemos encontrado alumnos tristes, pero ni la familia ni el colegio se habían dado cuenta o no habían sabido actuar. Hay que implicarse con su situación y cómo le ven. En uno de los casos que hemos abordado, llevamos tres meses tratando de que la familia termine aceptando la identidad de género de su hijo. Son casos más difíciles que una homosexualidad, porque la en la sociedad está ya más visibilizada, pero no tanto las personas trans”, comenta René.

En otro caso, un menor, con dos hermanos más jóvenes que él, tuvo que ser atendido por los servicios sociales comunitarios de su localidad porque estaba sufriendo acoso por parte de sus propios padres al confesar su condición homosexual. Servicios sociales está gestionando la posibilidad de que el menor acuda a un centro de tutelados, en el caso de que la situación del menor no cambie radicalmente. Otra historia abordada por Inserta es la de una menor que, tras hacer pública su bisexualidad, ha sido acosada e insultada reiteradamente por sus iguales a través de las redes sociales.

Cambio de conducta

Los cursos de prevención del bullying en institutos de pueblos de Andalucía, desarrollados este curso 2018/2019 para unos 500 estudiantes de localidades de Granada y Jaén han generado “un cambio en la conducta” de los jóvenes una vez que conocen la realidad del colectivo LGTBI. “Estamos ayudando a chavales que están sufriendo un auténtico calvario en las aulas”, destaca Inserta, que también realiza los cursos en centros de menores tutelados (también en otras provincias) y que ha advertido “situaciones muy desagradables que solo se pueden resolver y prevenir con la intervención de personal especializado”.

Según explica Inserta Andalucía, la entidad acude en tres ocasiones a las aulas durante un periodo determinado para poder medir si se ha dado un cambio en la conducta del menor con respecto al colectivo LGTBI, permitiendo entablar una relación con los jóvenes y poder detectar casos de discriminación. Inserta también ofrece un teléfono gratuito de asistencia a las víctimas de discriminación LGTBI, donde se ofrece una orientación tanto jurídica como psicológica, en el marco de la Ley 8/2017, de 28 de diciembre, para garantizar los derechos, la igualdad de trato y no discriminación de las personas LGTBI y sus familiares en Andalucía.

La entidad advierte que, antes de la aplicación del programa, existía una alta percepción por parte de los menores de que no es correcto discriminar al colectivo LGTBI (76%). Sin embargo, no percibían los prejuicios y sesgos sobre las personas LGTBI como signos de violencia, considerando que las personas LGTBI son personas más sensibles (76%) o que los hombres gays tienen actitudes y comportamientos que típicamente han sido asociadas a las mujeres (51%).

Por otro lado, y en relación a los valores de homofobia interiorizada, se observaron cómo un alto porcentaje consideraba que, si fueran gays, lesbianas o bisexuales, esto sería algo pasajero o que querrían cambiar (un 40% frente a un 60% que se aceptaría a sí mismo).

Prejuicios y sesgos interiorizados

Después de la aplicación del programa, Inserta Andalucía destaca que sigue existiendo una alta percepción por parte de los menores de que la discriminación hacia el colectivo LGTBI no es correcta (85%) y, además, una mayor concienciación de que los prejuicios y sesgos acerca del colectivo son factores de esa discriminación. De ese modo, observan una reducción en considerar que las personas LGTBI son personas más sensibles (52%), o en el sesgo de que los hombres gays tienen actitudes y comportamientos que típicamente han sido asociaos a las mujeres (32%).

Por otro lado, y acerca de los valores de homofobia interiorizada, la entidad observa una reducción del sufrimiento por la propia orientación sexual en caso de que ésta no fuera heteronormativa (un 80% frente a un 20% que considera que querría cambiarlo). “La homofobia interiorizada se produce cuando los prejuicios y sesgos acerca de las personas homosexuales se terminan interiorizando en el sujeto, pudiendo producir sufrimiento en el menor si éste se sale de las nociones típicas de la heteronorma”, concluye la entidad.

Inserta Andalucía concluye que, si se comparan los datos previos y posteriores, se observa que tras la aplicación del programa se produce concienciación sobre el bullying y la violencia que pueden producir los prejuicios y sesgos acerca del colectivo LGTBI, así como también una reducción de la homofobia interiorizada en los menores.

Acerca de la primera diferencia encontrada, la entidad entiende que puede ser un potencial predictor de la prevención del bullying al colectivo LGTBI. Sobre el segundo punto, que los menores adquieran una visión más positiva de la homosexualidad puede ser un indicador de la reducción del sufrimiento y la angustia que en los menores produce el no encajar en los estereotipos heteronormativos, valorando la aplicación del programa, tanto a nivel grupal como a nivel personal o individual, que en el próximo curso llevarán a todas las provincias de Andalucía tras la “positiva” experiencia del programa.

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