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Acoger ya o ser colaboracionistas 4.0
Se acerca el segundo aniversario del 20-J, Día Mundial de los Refugiados, tras el ahogamiento de Aylan, y las 17.680 personas que el Gobierno se comprometió a acoger ante la UE, tras su muerte, deben haber llegado a España porque sería inconcebible que siguiéramos con nuestra rutina sabiendo que tantos hombres, mujeres, ancianos y niños están sufriendo en inmundos campamentos frío, calor, enfermedad, hambre, sed, abandono, desesperación. Pero no, no han llegado.
“Niños inocentes”. Al oír a la primera ministra británica, Theresa May, referirse en su condena al criminal atentado de Manchester a las víctimas “inocentes e indefensos niños y jóvenes que deberían disfrutar una de las noches más memorables de sus vidas”, me pregunto: ¿No cruzan su mente los rostros de los niños y jóvenes, inocentes por serlo, a los que estamos maltratando, robando años que deberían ser memorables? ¿No siente culpa quien ha amenazado con abandonar la Europol y romper la cooperación en seguridad con la UE, para lograr sus objetivos económicos del Brexit?
El plazo de acogida de los 160.000 refugiados en el continente de 500 millones de habitantes se cumple el próximo septiembre. Los 17.680 que prometió acoger España serían, ya que en el país hay 8.124 municipios, dos refugiados por localidad. Y, contra lo que la parálisis -social, mediática, política- induce a pensar, apenas han venido 1.200.
¿Alguien confía en que los 16.480 que restan por llegar a España lo hagan estos tres meses? Los del verano en que la Administración despliega su mayor eficacia. Y el presidente Rajoy, pese a su bio-ritmo estival, -firmó en agosto de 2011 la reforma constitucional del art.135 aún en la oposición, y ya gobernando, eligió el 1 de agosto de 2013, para explicar al Congreso su SMS de “Luis, sé fuerte”“- va a estar liadísimo. No con la respuesta a la moción de censura, que pasará a un subalterno, sino con la declaración en la Audiencia Nacional por la financiación ilegal del PP el 26 de julio.
Los 17.680 miembros de nuestra Lista de Schindler no se salvarán si no salimos en masa a exigir su llegada, tanto a la calle como al ciberespacio. Hay que sumarse a las manifestaciones de #QueremosAcogerYa el sábado 17 de junio a las 19.00 en Cibeles, a “La Música rompe fronteras. #VocesPorElRefugio, en Sevilla, el miércoles 14 de junio, a las 19.00. Hay que divulgar #VenidYa, El contador de la vergüenza, la iniciativa Sillas vacías. Y unirse, firmando, a campañas como #YoAcojo para España e internacionales como el #SickOfWaiting -asqueados de esperar- que reivindica el cumplimiento en todo el continente europeo.
PSOE, Podemos y Ciudadanos se unieron en enero en una proposición no de ley que instó al Gobierno a cumplir el cupo. Pero, como no ha bastado, tampoco pueden bajar los brazos.
Hay que seguir hasta lograr que vengan y pronto. Porque si nuestro Gobierno reaccionario, los de sus homólogos en tantos países de la Unión y los burócratas comunitarios logran cansarnos, el precio será asumir que esos congéneres nuestros son “sacrificables”. Y que nosotros devenimos colaboracionistas del nazismo en versión 4.0.
Resistamos. Por honor y dignidad. Pero para ganar. Tejamos alianzas globales, una red con cuanta sociedad civil emerge en todas partes para lograr derechos humanos individuales y colectivos. No cerremos nuestros ojos a lo que pasa tan cerca, al otro lado del Estrecho, con los hermanos rifeños. Tengamos cada día presente a quienes, como Nawal Benaisa, cada noche se manifiestan en Alhucemas, Marruecos, para que liberen a Nasser Zafzafi y el resto de detenidos por realizar demandas sociales y sanitarias.
Logremos que, igual que está habiendo un movimiento global contra el abandono de EEUU, firmado por Trump, del Acuerdo de París, haya una vivificación democrática internacional frente al actual status quo vergonzoso donde a los representantes, occidentales, europeos, españoles no se les cae la cara de vergüenza, estrechando la mano de líderes como Erdogan, Mohamed VI, los saudíes que reprimen brutalmente a sus pueblos (el bloguero Raif Badawi, premio del Parlamento europeo, sigue en “condena a diez años y mil latigazos”).
En el caso de Arabia, además, masacrado Yemen, explotando a obreros paquistaníes, bangladesíes, indios y filipinos, y financiando el yihadismo. Ese terrorismo que atenta igual en nuestro continente que en ese Oriente Medio del que huyen desesperados quienes llamamos refugiados pero no refugiamos. Sino que, gracias al pacto de la vergüenza, dejamos que mueran ahogados en la inmensa fosa común del Mediterráneo -donde no sé cómo vamos a disfrutar este verano-. Pero además, con nuestra indiferencia, permitimos que sufran en campamentos de Jordania, Líbano, y también de Europa, lo que no es otra cosa que muerte en vida. Reaccionemos.