Decía Martin Luther King: “Nuestras vidas empiezan a terminar el día que guardamos silencio sobre las cosas que nos importan”.
Los sindicatos de clase no guardamos silencio. UGT está a punto de cumplir 137 años de lucha por la igualdad y la libertad. Y este año, el Primero de Mayo cumple 135 años, en los que la lucha de clase ha conseguido avanzar en todos los derechos de los que hoy disfrutamos: jornada de 8 horas, vacaciones, bajas laborales, permisos de maternidad y paternidad, igualdad y medidas de conciliación laboral, derechos de los inmigrantes, igualdad del colectivo LGTBI, reconocimiento de la Memoria Histórica.
En todos esos ámbitos, queda mucho aún para lograr la igualdad real, la redistribución de la riqueza, la igualdad real y la justicia social, pero los avances son incontestables. Hoy, todos esos avances están cuestión por el avance de la ultraderecha en todo el mundo; también en España. Pretenden quitarnos todos los derechos que hemos ido consiguiendo con nuestro esfuerzo, nuestra lucha y, a veces, con sangre.
Los ataques son desde todos los ámbitos: desde la política, la justicia, los pseudosindicatos y, ya han empezado a los ataques físicos a nuestras sedes y a las de otras organizaciones de izquierda. El sábado pasado intentaron boicotear un acto, en defensa de los principios democráticos, en nuestra sede de UGT Confederal. Tuvieron que irse escuchando los cánticos, bien altos, de los y las sindicalistas, con lemas del Primero de Mayo: “¡Que viva, la lucha, de la clase obrera!”
El sindicalismo se ha vuelto a convertir en el último bastión de la democracia. Allí donde haya un delegado o delegada que ayude a un compañero a defender su puesto de trabajo, sus vacaciones, sus horas extra, a evitar un acoso laboral o sexual...no llega la ultraderecha. Cuando los sindicatos de clase activamos la unidad de acción, como ocurre cada Primero de Mayo, no hay quien nos pare.
Cada sector, cada sindicato, trabajamos día a día para conseguir mejoras laborales. Pero un día al año, todas las personas trabajadoras de casi todo el mundo, celebramos y reividicamos a la vez nuestros derechos.
También rendimos homenaje a quienes son perseguidos y asesinados por defender derechos sociales y laborales, y expresamos nuestra solidaridad con los pueblos que sufren represión, ocupación y guerra. Condenamos con rotundidad el genocidio de Israel en Gaza y los ataques en Cisjordania.
Y rechazamos la guerra comercial emprendida por el Gobierno de Trump que requiere una respuesta firme y coordinada de la UE. Necesitamos una Europa fuerte y unida, que priorice la justicia social y la igualdad.
En España, tenemos que seguir reforzando el Diálogo Social para avanzar hacia empleos de calidad, mejorar salarios y lograr la igualdad real.
Desde UGT reconocemos los avances conseguidos con este Gobierno progresista, y hacemos un llamamiento a la responsabilidad de los grupos políticos del Congreso de los Diputados, para que apoyen una medida que beneficia a las personas trabajadoras, al desarrollo económico y al estado del bienestar. Las 37,5 horas son el primer paso para negociar en los Convenios las 32 horas semanales
En cuanto a reivindicaciones laborales, estamos convencidos de que vamos a conseguir la jornada semanal de 37,5 horas, es justo tras 40 años sin cambios en el Estatuto de los Trabajadores. Desde UGT reconocemos los avances conseguidos con este Gobierno progresista, y hacemos un llamamiento a la responsabilidad de los grupos políticos del Congreso de los Diputados, para que apoyen una medida que beneficia a las personas trabajadoras, al desarrollo económico y al estado del bienestar. Las 37,5 horas son el primer paso para negociar en los Convenios las 32 horas semanales.
Los salarios deben subir por encima del IPC, para recuperar el poder adquisitivo perdido durante la crisis de la segunda década del siglo, y durante la pandemmia.
Necesitamos más feminismo para ganar en igualdad y en corresponsabilidad familiar. Y más medios contra la violencia machista, para que las mujeres se sientan protegidas y sean realmente libres en sus decisiones.
Unos servicios públicos de calidad, son esenciales en un estado social, democrático y de derecho. En Andalucía la sanidad pública deja mucho que desear. Ya dimos un toque de atención al Gobierno andaluz con una manifestación en la que participaron casi cien mil personas y, no será la última, si no toma en serio nuestras propuestas de aumentar y estabilizar al personal sanitario, y dejar de privatizar servicios, lo que supone el desmantelamiento de nuestra sanidad pública. En cuanto a la dependencia, las listas de espera siguen aumentando, y superan cinco veces el tiempo máximo legal para adjudicar el servicio. Hace falta más personal y con mejores condiciones laborales.
Y este Primero de Mayo, exigimos más medios para luchar contra la siniestralidad laboral. UGT no puede tolerar que cada dos días y medio muera un trabajador o trabajadora en Andalucía.
El Plan de Choque que firmamos los sindicatos hace ya casi dos años se ha quedado muy corto para afrontar el problema, y a la vista está porque siguen aumentando los accidentes y los fallecidos.
No hemos firmado la nueva Estrategia de Salud Laboral de la Junta, porque el Gobierno andaluz no pone los medios necesarios para avanzar hacia la eliminación de accidentes. Necesitamos más presupuesto para tener más recursos y más personal que vigile el cumplimiento de los planes de prevención. En este sentido seguimos exigiendo la creación de la figura del delegado de prevención territorial o sectorial, que visite las pequeñas empresas que no tienen delegado de prevención o de personal propio y que, en Andalucía, son el 95% del tejido productivo. Donde no hay representación sindical, está demostrado que hay muchos más accidentes.
Vamos a ser más contundentes con las empresas que no cumplan las medidas de prevención, estamos denunciando los incumplimientos y donde persisten hacemos movilizaciones, como las que hemos emprendido en la empresa aeronáutica Sofitec.
Y al Gobierno central le pedimos una nueva Ley de Prevención de Riesgos Laborales. La del año 95 fue muy vanguardista en su momento, pero hay nuevos riesgos como los sobrevenidos por el cambio climático, la digitalización, la robotización, los riesgos psicosociales que provocan ictus y ataques cardíacos, y es necesario adaptar las medidas a las nuevas circunstancias.
Todo esto, es también Primero de Mayo. La salud y la vida de los trabajadores y trabajadoras es lo primero.
Sobre este blog
En Abierto es un espacio para voces universitarias, políticas, asociativas, ciudadanas, cooperativas... Un espacio para el debate, para la argumentación y para la reflexión. Porque en tiempos de cambios es necesario estar atento y escuchar. Y lo queremos hacer con el “micrófono” en abierto.
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