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El giro de Moreno: de desautorizar a Casado por la 'OPA' a Ciudadanos a alentar tránsfugas en el PSOE para Feijóo

El presidente andaluz, Juan Manuel Moreno.

Daniel Cela

Sevilla —

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El presidente de la Junta de Andalucía y barón de barones del PP, Juan Manuel Moreno, hizo el pasado viernes un llamamiento explícito a las filas socialistas en el Congreso para que rompan la disciplina de voto, el próximo miércoles 27 de septiembre, y apoyen la investidura de Alberto Núñez Feijóo. “Los diputados del PSOE deben rebelarse por sus principios en la investidura de Feijóo”, afirmaba en una entrevista en El Confidencial.

El discurso de Moreno se enmarca en una estrategia de presión total del PP a los sectores más dubitativos, recelosos o abiertamente contrarios a las condiciones que los partidos independentistas catalanes exigen a Pedro Sánchez a cambio de apoyar su investidura, singularmente contra la posibilidad de una amnistía que borre los delitos que cometieron sus líderes durante el órdago secesionista de 2017.

El llamamiento a romper la disciplina de voto en la sesión de investidura de la semana que entra ha sido interpretado por el Gobierno en funciones, por la dirección federal del PSOE, por Yolanda Díaz, líder de Sumar, y por otros aliados parlamentarios de Sánchez como un alegato “antidemocrático”, una defensa de la “corrupción” y el “fraude electoral”, que es como 22 partidos políticos en el Congreso catalogaron el “transfuguismo”. Incluido el PP. “¿A qué tipo de principios o ética apela si en el PP son capaces de repetir un comportamiento tan antidemocrático y sin escrúpulos como el que ya hicieron con el ‘tamayazo’?”, ha escrito en X (antes Twitter) el líder del PSOE andaluz, Juan Espadas, en referencia a los dos diputados socialistas tránsfugas que en 2003 votaron para hacer presidenta de la Comunidad de Madrid a Esperanza Aguirre.

El aluvión de críticas recibidas hizo que el propio Moreno, horas después de la publicación de la entrevista, matizara sus palabras y negara haber hecho una “llamada al transfuguismo”. “En absoluto”, aseguró. El presidente andaluz trató de explicar que un tránsfuga es “alguien que abandona una formación política en la que milita para pasarse a otra”, y añadió que su intención era “animar” a los socialistas que en privado le habían expresado su malestar con las negociaciones de Sánchez con los independentistas. “El voto es libre y el acta es de cada diputado, eso no significa abandonar el PSOE”, es más, considera que esto supone “defender” al PSOE.

La definición de tránsfuga que hace Moreno es correcta, pero no es la única. Su partido, por ejemplo, firmó en 2021 el Pacto Nacional Antitransfuguismo, que catalogó una serie de prácticas “antidemocráticas” y “corruptas”, introduciendo una nueva definición del concepto tránsfuga: la “separación del criterio político del diputado que concurrió por la candidatura de la que trae causa el grupo parlamentario”.

El Parlamento andaluz, de hecho, fue la primera Cámara autonómica que introdujo esta definición en su reglamento, a través de una reforma exprés aprobada por todos los grupos, incluido el PP [esta modificación justificaba, a posteriori, la expulsión de Teresa Rodríguez y otros ocho diputados del grupo Adelante Andalucía, que el Tribunal Constitucional acaba de anular por suponer una vulneración de sus derechos fundamentales de representación política.

Hace 20 años, en junio de 2003, dos diputados electos del PSOE, Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez, se abstuvieron en la votación que hubiera permitido a Rafael Simancas alcanzar la presidencia de Madrid. Como resultado, Esperanza Aguirre ocupó esa silla de mando y desde entonces el PP no ha dejado de gobernar en esta comunidad, aun perdiendo en una ocasión las elecciones.

En la pasada legislaturas, dos diputados tránsfugas de Unión del Pueblo Navarro (UPN) -Sergio Sayas y Carlos García Adanero- fueron expulsados de su formación por desobedecer a la dirección de su partido y votar (en secreto) contra la reforma laboral del Gobierno que, sin embargo, fue aprobada por un error de voto del diputado popular Alberto Casero. Esos dos tránsfugas de UPN militan ahora en el PP y fueron en las listas de las elecciones generales del pasado junio. En todos estos casos mencionados, se ha repetido el llamamiento del PP a la rebeldía, la coherencia y los principios de diputados concretos que, finalmente, rompían la disciplina de voto de su partido, en beneficio colateral del propio PP.

“Socialistas buenos”

El mensaje de Moreno, aun conectando con la estrategia de algunos dirigentes nacionales del PP, ha causado cierto estupor dentro del Gobierno andaluz y del partido. “Al presidente no le gustó lo de apelar a cinco socialistas buenos”, dice una fuente en la dirección regional, sobre el llamamiento que hizo Vox hace un mes para romper la cohesión en el PSOE, y que luego replicó con una fórmula similar el coordinador general del PP y ex mano derecha de Moreno, Elías Bendodo.

En efecto, Moreno siempre ha marcado distancias de su partido cuando ha impulsado movimientos de este tipo. En marzo de 2021, a propuesta suya, PP y Ciudadanos firmaron de urgencia una addenda a su pacto de Gobierno para preservar su relación mientras la dirección nacional de su partido había lanzado una OPA en el conjunto del país para robarle cargos electos y dirigentes a los naranjas (ya en vías de descomposición).

Eran cinco puntos que se incorporaron al acuerdo entre ambos partidos para blindar un Gobierno de coalición que llevaba funcionando sin sobresaltos dos años. La cláusula de más peso era una ruptura con la estrategia de la dirección nacional del PP, entonces en manos de Pablo Casado y Teodoro García Egea. Se recogía el compromiso de que ni PP ni Cs “favorecerán o aceptarán ningún trasvase de representantes públicos o electos de un partido a otro del Gobierno”, es decir, que no admitirán tránsfugas de dirigentes de Cs al PP, como había ocurrido en Murcia.

“Aberración” y “poco democrático”

La tensión, entonces, entre el PP andaluz de Moreno y la ejecutiva nacional de Casado y García Egea era máxima. En aquel momento, el presidente andaluz y su vicepresidente, el líder regional de Ciudadanos, Juan Marín, hicieron una encendida defensa de los valores de “regeneración democrática” y mostró su rechazo a una estrategia que incentivase el “transfuguismo”, tildándolo de “aberración” y de comportamiento “poco democrático”.

El mensaje ha virado, dos años después, a una petición explícita para que los diputados del PSOE se rebelen contra la dirección federal, como ya lo hicieran en 2016 para facilitar la investidura de Mariano Rajoy, una decisión que provocó un desgarro político y emocional en las filas socialistas del que aún no se han recuperado. Ese es el punto de inflexión de la dualidad tóxica que sufre hoy el PSOE. De aquel apoyo a Rajoy, abanderado por la entonces presidenta andaluza, Susana Díaz, salió el portazo y la posterior reinvención de Pedro Sánchez, que volvería a la dirección federal y acabaría convirtiéndose en presidente del Gobierno bajo el lema del “no es no”.

En la entrevista del viernes, Moreno defiende que “el diputado tiene un acta personal, se presenta a través de una formación política, pero el acta es suya y él toma las decisiones. Más allá de la lógica disciplina de partido, que debe haberla, a veces se llega a extremos en los que los diputados deben rebelarse por sus propios principios y apoyar la investidura [de Feijóo]”.

En el acto contra la amnistía

Moreno participará este domingo en la concentración convocada por el PP en Madrid contra la hipótesis de una amnistía pactada por el Gobierno en funciones de Pedro Sánchez y los partidos independentistas catalanes, a cambio de lograr su investidura.

El líder y candidato del PP cuenta con los apoyos de Vox, Coalición Canaria y UPN, pero le siguen faltando cuatro votos para lograr la investidura. En el mes largo que ha tenido para negociar con otros partidos, desde que el rey Felipe VI le hiciera el encargo, Feijóo no ha conseguido sumar nuevos apoyos. Sus reuniones con el PNV y la apelación y posterior rectificación a dialogar con Junts han fracasado, y el dirigente popular ha ido deslizando la idea de que no logrará la investidura.

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