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Los vecinos del barrio granadino del Zaidín homenajean a Almudena Grandes poniéndole su nombre a su biblioteca

El alcalde de Granada, Francisco Cuenca, y su marido, Luis García Montero, descubren la placa con el nombre de la escritora

Álvaro López

21 de febrero de 2022 20:47 h

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Granada no se olvida de Almudena Grandes. La escritora madrileña, fallecida en noviembre siendo una de las figuras más importantes de la literatura contemporánea española, tiene desde ahora una biblioteca que lleva su nombre a los pies de la Alhambra. La biblioteca de Las Palomas, en pleno corazón del barrio del Zaidín, ya es la de Almudena Grandes. Así lo ha decidido el Ayuntamiento de la capital después de que todas las asociaciones de vecinos lo solicitaran el pasado mes de enero como una forma de honrar su memoria.

La elección de este lugar no es casual ya que Almudena Grandes tenía una vinculación muy directa con Granada. Desde 1996 estaba casada con el poeta granadino Luis García Montero que ha participado en el acto en el que se ha descubierto la placa con el nombre de la autora de 'Las edades de Lulú' o 'El corazón helado'. “Almudena se hizo granadina de mi mano, del mismo modo que yo me hice madrileño de la suya”, ha confesado García Montero durante el evento en el que la biblioteca ha sido rebautizada. Lo ha hecho rodeado de algunos de los mejores amigos que la pareja cosechó durante las tres décadas de amor y literatura. Un homenaje que ha llegado apenas un día antes de que el Ayuntamiento de Madrid la nombre oficialmente hija predilecta de la ciudad, a pesar de la polémica que se generó cuando el alcalde, José Luis Martínez Almeida, llegó a decir que “no merecía” ese reconocimiento.

En el acto granadino, al que han acudido vecinos y representantes de todos los partidos del Ayuntamiento salvo la extrema derecha, y que ha sido sencillo pero cargado de emoción, no ha dejado de flotar en el ambiente la sensación de que Almudena Grandes sigue viva en el recuerdo de los presentes. Aunque se trataba de descubrir una placa, en realidad era mucho más. Era cerrar un círculo que se abrió cualquier viernes de hace ya más de 25 años. Aquellos viernes en los que Luis García Montero recibía en su casa a una mujer a la que admiró profundamente. A través de una anécdota tan cotidiana como humana, el poeta ha desvelado a los presentes el simbolismo de aquellos fines de semana granadinos: “Normalmente en mi casa, cuando yo estaba solo, había mucho desarreglo, periódicos por el suelo o la nevera desordenada… Al principio solo pasábamos los fines de semana juntos y la primera vez que vino Almudena a Granada ya estaba todo ordenado; y entonces aprendí la lección”.

Una biblioteca con historia

Así, como encajando piezas y acabando con un desbarajuste que tenía que arreglarse, el destino ha acabado por renombrar en la segunda ciudad de Almudena Grandes una biblioteca que tiene una historia que recuerda inevitablemente a la de Nino en su novela 'El lector de Julio Verne'. Un niño que logró escapar de la sinrazón de una España franquista a través de las lecturas de los libros de Doña Elena. Porque la librería que ahora se apellida como la literata madrileña también es un símbolo de lucha e integración del barrio del Zaidín, uno de los más humildes y populares de la capital. Entre sus paredes se han curtido en la lectura cientos de granadinos que de otro modo no habrían tenido la oportunidad. Con los libros de sus estanterías se han roto tabúes y se han derribado muros de incomprensión, porque la palabra, bien entendida, no construye fronteras. De hecho, esta biblioteca llegó a estar cerrada durante cinco años.

Paradójicamente, fue el cuñado de Almudena Grandes, Juan García Montero, el que la clausuró en 2011 siendo concejal de Cultura del Ayuntamiento de Granada por el PP. Lo hizo porque entendía que no era necesaria por la construcción de otra nueva instalación a unas cuantas calles de allí. Pero se equivocaba, como lo demostraron los vecinos que nunca dejaron de luchar para que las calles del Zaidín volviesen a oler a libro gracias a su biblioteca de la plaza de Las Palomas. También de forma irónica, tras muchas presiones, el propio Juan García Montero acabaría reinaugurándola en 2016 siendo alcalde en funciones. Un episodio que Luis García Montero ha preferido no mencionar para centrarse en ver con orgullo cómo su ciudad rinde un homenaje a la mujer de su vida.

“Imagino que esta plaza y esta biblioteca serían un lugar donde Almudena estaría dichosa. Borges decía que imaginaba el paraíso como una gran biblioteca. También en ese paraíso yo imagino a Almudena”, ha dicho uno de los presentes, Horacio 'Tato' Rébora, uno de los hombres más destacados de la Granada cultural y amigo íntimo del matrimonio. Sus palabras han sido emocionantes porque ha querido poner en valor la cercanía de la escritora con su público. Tan próxima era que “quienes fueron al entierro parecían todos hermanos e íntimos amigos”. “Ese patrimonio se llevó Almudena que es lo más que alguien se puede llevar”, ha dicho.

Los viernes de una vida

Porque pese a haber sido una de las figuras de la cultura española más importante de nuestro tiempo fue una mujer sencilla en el trato con todo el mundo, y así las describen. Una forma de entender la vida que encajó con Luis García Montero hasta el punto de sellar los viernes como un algo inseparable en el que Granada, su amor, la literatura y su historia estaban unidos. “Cómo se nota que es viernes, el día que viene Almudena, me decían mis amigos”, ha recordado García Montero. “Viernes es el día de la cita y el de la novela 'Te llamaré viernes'. Por esa novela ella se preocupó porque no quería ser famosa, sino que quería ser escritora y optó por escribir una novela muy difícil y yo titulé mi libro ‘Completamente viernes’ porque tenía que ver con nuestra cita, con el día de Venus y con su novela”.

Poemas inéditos

Y en este relato de intimidad que el poeta granadino ha querido compartir con los asistentes al acto, también ha querido tener un gesto con la biblioteca y con el barrio que la acoge. Desde ahora, cualquier persona que lo desee puede leer dos poemas inéditos que le dedicó a Almudena Grandes. Uno durante su enfermedad y otro después de morir. Porque los dos se prestaban libros mutuamente y en ellos, en cada última página, dejaban escrito un texto. Palabras que ahora forman parte de las estanterías de la librería de Almudena Grandes en la plaza de las Palomas. “Estoy muy emocionado y muy agradecido. No solo porque se haya puesto el nombre, sino por el proceso por el que se ha elegido. Por las asociaciones. El trato a Almudena en mi ciudad me ilusiona especialmente”.

Agradezco que un barrio tan popular como este haya tenido este acto de generosidad

Luis García Montero Viudo de Almudena Grandes

La escritora huyó de la pose del literato que se siente elegido por los dioses “porque ella era una vecina”. Era alguien que vivía la realidad. Según su marido, “amaba sentirse parte de la vida cotidiana”. “Por eso, agradezco que un barrio tan popular como este haya tenido este acto de generosidad”. Un acto en el que también ha estado presente el alcalde de la ciudad, Francisco Cuenca, que ha afirmado que ha sido una jornada “feliz” y “necesaria” por “homenajear a los libros, a la cultura, al amor, a un barrio, al feminismo, desde la humildad, pero también desde el enorme respeto”. “Vecinas del Zaidín, gracias por haber permitido que esta casa siga dedicada a la educación y a la literatura”.

De esta forma, Granada tiene una biblioteca que recordará siempre a Almudena Grandes. En ella descansarán para siempre los versos del poema que Luis García Montero le dedicó al morir. Un texto titulado ‘La muerte es un sueño’ y que cierra sus rimas con un arranque de lucidez y pureza que sobrecoge: “Nunca tuvimos fe, pero teníamos palabras para decir adiós, para ponerle el nombre al no saber… para darnos las gracias para cerrar los ojos. Tu cabeza en mi hombro en un viaje infinito en el que sigo todavía”.

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