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Almería también existe: un pintor, contra el “centralismo sevillano” de la Junta de Andalucía

El artista almeriense Manu Muñoz

Alejandro Luque

29 de junio de 2021 20:30 h

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Como otros 1.290 artistas plásticos, Manu Muñoz (Almería, 1977) se presentó el año pasado a la convocatoria de ayudas que había lanzado la Junta de Andalucía en plena pandemia: 500.000 euros destinados a compras de creadores sureños. No tenía grandes esperanzas, pues serían muchos los candidatos a entrar en la selección, pero por probar que no quedara. Se anunció el fallo del jurado, Muñoz había quedado fuera, nada que objetar. La vida seguía más allá de los concursos.

Sin embargo, hubo un detalle que le hizo levantar primero una ceja, y luego la voz en las redes sociales. De las 44 piezas adquiridas por la Junta, 22 procedían de Sevilla, 7 de Málaga, 6 de Cádiz, 5 de Granada, 3 de Huelva, 2 de Córdoba y 1 de Jaén. Ninguna de Almería, la provincia de Manu Muñoz. Entonces decidió acudir al altavoz de Twitter: “La mitad de los artistas que recibieron esta ayuda pertenecen a la provincia de Sevilla. Que ya sabemos que Sevilla tiene un arte que no se pué aguantá, pero también sabemos que no representa a la mitad de la población andaluza. Tampoco considero que sea una casualidad fruto de una deliberación justa. Sinceramente. Ni qué decir –como viene siendo costumbre– que Almería, una vez más, queda totalmente al margen. NI UN SOLO ARTISTA! De verdad, que me encantaría que alguien (alguien de la Junta de Andalucía, claro) me explicara cómo han conseguido materializar este despropósito sin el menor rubor”.

Afincado en el Cabo de Gata, Manu Muñoz lleva casi 30 años dedicándose profesionalmente al arte, y trabaja con galerías nacionales como la barcelonesa Víctor Lope o la madrileña Blanca Soto, e internacionales como la londinense Chrom o la parisina Geraldine Banier. En su currículum figuran exposiciones en Japón, Estados Unidos, México, Alemania, Bélgica, Inglaterra o Francia.

Silencio administrativo

A día de hoy, no ha recibido ninguna respuesta de la Junta, pero tampoco reacción alguna desde el Ayuntamiento o la Diputación de Almería, o de los partidos de la oposición en dichas instituciones. Silencio total, que el pintor ilustró con el gift de una bola de matojos rodando por el desierto. Y le confirmó en la idea de que el extremo oriental de la comunidad no existe para la cultura oficial.

“Vivo en la esquina del mundo, para lo bueno y para lo malo. Almería es, junto a Jaén, la gran olvidada. Cuando vi el fallo de las ayudas pensé que no tenía mucho sentido armar follón, porque la respuesta fácil es decir: claro, como no te lo han dado, protestas”, dice el artista a elDiario.es Andalucía. “Respeto el fallo, pero canta a centralismo a una legua”. 

Muñoz se pregunta por qué, del mismo modo que se estableció la paridad por sexos en las ayudas, no hay una correspondencia aproximada entre territorios. “Aunque sea por quedar bien, tendrían que haberle dado al menos 1.000 euros a Almería. Pero ni eso. También respeto a los artistas que han sido seleccionados, pero también digo muy a las claras que mi obra no está por debajo de ninguna de las que hay en esa selección”. 

“La procedencia de las obras no es criterio para la puntuación”

La comisión técnica del Centro Andaluz de Arte contemporáneo (CAAC) encargada de analizar las obras presentadas estuvo presidida por el director del centro, Juan Antonio Álvarez Reyes, y compuesta por Natalia Bravo (profesora de la Universidad de Málaga), Juan Cuenca (artista y arquitecto), Juan Bosco Díaz Urmeneta (profesor de la Universidad de Sevilla y crítico de arte), Estrella de Diego (catedrática de la Universidad Complutense), Francisco Jarauta (catedrático de la Universidad de Murcia), María Dolores Jiménez–Blanco (profesora de la Universidad Complutense), Luisa López (ex directora del Museo de Arte Contemporáneo de Sevilla y comisaria de exposiciones), Víctor Pérez Escolano (ex director del Museo de Arte Contemporáneo de Sevilla y catedrático de la Hispalense), Ana Salaberria (comisaria de exposiciones) y Berta Sichel (comisaria de exposiciones).

Entre los artistas seleccionados, destacaban nombres conocidos como los de Teresa Duclós, José Ramón Sierra, José María Bermejo, Chema Cobo, Rafael Agredano, Salomé del Campo, Isaías Griñolo, Nuria Carrasco, Miki Leal, Regina de Miguel, Juan del Junco, Carlos Aires o María Cañas o José Miguel Péreñíguez, entre otros.

Para Álvarez Reyes, la acusación de centralismo no responde a la verdad. “Como ocurre en el Estado español, hay centros que tienen mayor incidencia en algún aspecto. Córdoba, por ejemplo, tiene en poesía un punto más fuerte que otras provincias. Y en las artes plásticas, es evidente que Sevilla tiene un peso desde el barroco, y una tradición de arte contemporáneo de la que otras ciudades carecen. También de Granada y Málaga está surgiendo gente muy interesante, y es señal de que las cosas se están haciendo bien en las escuelas de Bellas Artes”.

En todo caso, el director del CAAC subraya que “la procedencia de las obras no es un criterio para la puntuación, siempre procuramos que haya una variedad. Lo importante es saber dónde está el peso de la creación, aunque luego haya siempre focos interesantes. Pero los reduccionismos nunca son buenos, y menos cuando hablamos de cultura”, añade.

Una voz en el desierto

Por su parte, Manu Muñoz asume que su protesta puede ser una voz en el desierto. “No he tocado nunca una puerta de un despacho, jamás he pedido una beca. Pero la primera vez que he probado suerte en una convocatoria, me choco con esta realidad. Y no soy el único, es mucha la gente, incluso de la provincia de Sevilla, que se ha puesto en contacto conmigo y piensa que hay mucho mamoneo en todo esto. Pero nadie se atreve a denunciarlo porque temen quedarse fuera del juego”.

“Tengo la impresión de que para hacerse un hueco en este panorama hay que pasar por un aro por el que no estoy dispuesto a pasar”, concluye. “Es el mismo panorama corrupto de años y años. No quiero hacerlo, no quiero ser beneficiario de nada bajo estas condiciones. No voy a impugnar nada, pero al menos sí quiero decir: oiga, que nos hemos dado cuenta”. 

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