La cultura gaditana lamenta la fuga a Málaga del legado del director de cine Julio Diamante
Cádiz era la primera opción, pero finalmente será Málaga. El archivo del director de cine Julio Diamante será depositado finalmente en la Universidad malagueña (UMA), lo que ha suscitado múltiples manifestaciones de malestar entre los creadores y agentes culturales gaditanos, que esperaban que la ciudad natal del veterano cineasta -88 años- acogiera su legado.
Finalizaba el mes de enero de 2017 cuando el portal de transparencia del Ayuntamiento de Cádiz anunciaba la aceptación por parte de la Junta de Gobierno local del legado de Diamante, “compuesto por centenares de volúmenes importantes, con ejemplares de revistas extranjeras, un fondo importante de flamenco, jazz, ensayos políticos, correspondencia con otros directores y actores de cine, guiones, documentación de sus actividades sindicales, documentación como director del mítico festival de Benalmádena, entre otros muchos”, enumeraba el comunicado.
Las dos condiciones que el donatario ponían eran muy fáciles de aceptar: que la consulta de estos fondos fuera gratuita y que estuviera abierta a la ciudadanía en general. Todo parecía pan comido hasta que esta semana, para sorpresa de muchos, la UMA anunciaba a bombo y platillo, con el aval de la presencia del director de cine, el destino final del archivo.
El Ayuntamiento gaditano se apresuró a lanzar un comunicado en el que explicaba que ya durante la celebración del festival Alcances en septiembre de 2017, “se barajaban diferentes opciones en espacios municipales” que pudieran albergar el material, “sin concretarse ninguna decisión”. Y que en 2018, el propio Diamante visita una posible sede en el número 16 de la calle Ancha, pero “no se muestra muy convencido” y “manifiesta que ‘se lo tiene que pensar y que ya comunicara oficialmente su decisión’”.
“Durante 2019”, prosigue el comunicado, “la Delegación Municipal de Cultura intenta contactar con él en varias ocasiones sin conseguirlo”, hasta que saltó la noticia de Málaga. El Consistorio gaditano, en todo caso, “respeta profundamente la decisión personal” del director.
Las exigencias de Diamante
Diamante no ha revelado las razones de ese cambio de parecer, pero es evidente que ese giro se produjo. Un buen amigo de Diamante, el productor Carlos Taillefer, recibió hace más de un año una llamada del director que, relata, “me sorprendió. Me dijo que había decidido no donar su legado a Cádiz –las razones las desconozco– y había pensado en Málaga. En concreto, en la academia de San Telmo”.
Dicha academia mostró inicialmente un gran interés por el ofrecimiento, pero tenía un problema: la falta de presupuesto. Por suerte, un convenio firmado con la UMA permitió que se pusiera en marcha la maquinaria. Un primer viaje a Madrid de dos vicerrectores y el presidente de San Telmo para visitar los archivos de Diamante sentaron la base de la donación. El siguiente paso fue un viaje del director y su mujer a Málaga para estudiar posibles ubicaciones. Finalmente, le convenció una habitación de unos 80 metros cuadrados frente al legado de un viejo conocido de Julio, el poeta Alfonso Canales.
Ahora sólo queda que el próximo mes de septiembre un camión de grandes dimensiones viaje a Madrid para traer los documentos que hay en la capital , ya que los relativos a la Semana de Cine de Autor de Benalmádena residen en un apartamento que Diamante posee en la capital malagueña. Los gastos de transporte y de archivo correrán a cargo de la UMA, y se calcula que en dos o tres años estarán completamente registrados y a disposición de los usuarios.
“Va a haber cosas muy interesantes”, explica Taillefer. “Por ejemplo, muchas carpetas de las revueltas estudiantiles de Madrid, donde Julio fue uno de los líderes. O una carpeta que se titula ‘Moscú 1977’, con todo el material del viaje que hizo para seleccionar películas para Benalmádena… Va a dar mucho trabajo, pero lo que está claro es que ha sido una negociación limpia, nada de rivalizar entre capitales de provincia”.
“Falta de interés”
Una idea que no consuela a la comunidad cultural gaditana, que esta semana veía cómo dejaba pasar un nuevo tesoro. El escritor y director de cine José Manuel Serrano Cueto es de los que más lo lamentan: “Me alegré muchísimo con las noticias que salieron en prensa gaditana sobre la cesión del legado de Diamante a Cádiz. Julio nació en Cádiz. Es gaditano y gadita. Su ilusión era que su legado estuviera en su ciudad natal pero, eso sí, no a toda costa”, dice. “Durante charlas que mantuve en la Academia con Julio, el cineasta me manifestó su malestar por el poco interés que notaba desde Cádiz. Ni siquiera la visita que recibió en su casa madrileña le contentó. Él tenía una serie de exigencias, que quizás pudieran parecer muy férreas, pero, como digo, hay que comprender que lo que iba a ceder no era baladí”.
“Lo que a Julio le preocupaba era que su legado se quedase olvidado en una sala, como tantas otras cosas”, concluye Serrano Cueto, quien asegura que el cambio de parecer de Diamante “no ha sido de un día para otro. Han sido meses de negociaciones y reuniones en Madrid, con los principales agentes interesados visitando a Julio y aceptando sus peticiones. Julio estaba muy contento por esto, porque por fin alguien estaba dispuesto a acoger su legado con todas las garantías. Durante meses, repito, Málaga viajó a Cádiz, se habló, se reflexionó, y, al fin, se aceptó”.
El actor Bruto Pomeroy, afincado en Cádiz, afirma que “no tengo suficientes elementos de juicio, pero tendría cierta lógica que este legado se hubiera quedado en Cádiz. Que sea Málaga su destino final no es una mala noticia, y teniendo en cuenta que a Julio lo tenemos todavía con nosotros, se pueden hacer más cosas con él en Cádiz. El elemento imaginación debería jugar a nuestro favor”.
Más crítica se muestra la directora Mercedes Moncada, quien lamenta que “temas como estos de interés público se manejen de manera discrecional, que la cultura en general se maneje de manera discrecional y que las instituciones no cuenten con la sociedad civil”, denuncia. “Es bastante frustrante tener la sospecha de que no hay un proyecto de cultura, o que éste se limite a una agenda de oferta de espectáculos al público. Y la sospecha de que ni las mismas autoridades notan su ausencia ni tienen mucha idea de qué trata eso”.
En peligro, el legado de Marchante
El realizador de documentales y periodista Lorenzo Benítez advierte de que, junto al legado de Diamante, Cádiz puede quedarse también sin el patrimonio de José Manuel Marchante, quien fuera director del festival de Alcances desde finales de los años 70 hasta los primeros 90 y que murió hace ahora una década.
“Una de las bibliotecas de cine más importantes de España: miles de libros, fotos, afiches, películas en distintos formatos, muchas muy difíciles de conseguir”, describe Benítez. Un total de 900 cajas que descansan actualmente en un almacén de Cáceres, y que corre el peligro de deteriorarse si no se protege adecuadamente.
En enero de 2018 hubo una primera reunión de representantes municipales con el heredero, pero a pesar de manifestar las buenas intenciones, no se hizo nada al respecto. En junio de este año, el actual director de Alcances, Javier Miranda, viajó hasta Cáceres para hacer un examen superficial de los materiales. Sin embargo, el Ayuntamiento aseguró que no tiene capacidad económica para enviar a un experto en archivos que pueda hacer una catalogación previa in situ. Ni, sospecha el heredero, para dar garantías de catalogación y conservación.
“Cuando vi la noticia de Diamante, por desgracia no me extrañó”, prosigue Benítez. “Este Ayuntamiento en ese ámbito tiene una gran desidia, el presupuesto se lo come casi todo el Carnaval y la Semana Santa, y después de cuatro años no existe un modelo cultural, transformador ni alternativo. Es meramente continuista de lo que había antes, y en algunos casos peor, porque está habiendo recortes fuertes. El propio festival de Alcances sigue un camino de deterioro importante”, apostilla.